Honduras contra la historia

Honduras

Image via Wikipedia

By Their Methods You Shall Know Them (English)

Honduras contra a história (Portuguese)

Honduras contra la historia

Por sus métodos los conocerás

La Biblia refiere que cierta vez los maestros de la ley llevaron ante Jesús a una mujer adúltera. Pretendían apedrearla hasta la muerte, según los obligaba la ley de Dios, que por entonces dicen que era también la ley de los hombres. Maestros y fariseos quisieron probar a Jesús, de lo cual se induce que Jesús ya era conocido por su falta de ortodoxia con respecto a las leyes más antiguas. Jesús sugirió que quien estuviese libre de pecado tirase la primera piedra. Así nadie pudo ejecutar la ley escrita.

De esta forma y de muchas otras, la misma Biblia se fue cambiando a sí misma, pese a ser una suma de libros inspiradas por Dios. Las religiones se han preciado siempre de ser grandes fuerzas conservadoras que, enfrentadas a los reformistas, se convirtieron en grandes fuerzas reaccionarias. La paradoja radica en que toda religión, toda secta ha sido fundada por algún subversivo, por algún rebelde o revolucionario. Por algo pululan los mártires, perseguidos, torturados y asesinados por los poderes políticos del momento.

Los hombres que perseguían a la adúltera se retiraron, reconociendo con los hechos sus propios pecados. Pero a lo largo de la historia el resultado ha sido diferente. Los hombres que oprimen, matan y asesinan a los presuntos pecadores siempre lo hacen justificados en alguna ley, en algún derecho y en nombre de la moral. Esta regla, más universal, fue la aplicada en el mismo ajusticiamiento de Jesús. En su época no fue el único rebelde que luchó contra el imperio romano. No por casualidad se lo crucificó junto con otros dos reos. Por asociación, se quiso significar que se estaba ajusticiando a un reo más. Ni siquiera a un disidente religioso. Ni siquiera a un disidente político. Invocando otras leyes, se sacó del medio al subversivo que ponía en cuestión la pax romana y el colaboracionismo de la aristocracia y las jerarquías religiosas de su propio pueblo. Todo fue realizado según las leyes. Pero la historia los reconoce hoy por sus métodos.

El gobierno de George Bush nos dio tema de sobra y a gran escala. Todas las guerras y las violaciones a las leyes nacionales e internacionales fueron acometidas en defensa de la ley y el derecho. Por sus intereses sectarios será juzgado por la historia. Por sus métodos se conocerán sus intereses.

En América latina, el papel de la iglesia católica ha sido casi siempre el papel de los fariseos y los maestros de la ley que condenaron a Jesús en defensa de las clases dominantes. No hubo dictadura militar, de origen oligarca, que no recibiera la bendición de obispos y de influyentes sacerdotes, legitimizando así la censura, la opresión o el asesinato en masa de los supuestos pecadores.

Ahora, en el siglo XXI, el método y los discursos se repiten en Honduras como un latigazo del pasado.

Por sus métodos los conocemos. El discurso patriota, la complacencia de una clase alta educada en la dominación de los pobres sin educación académica. Una clase dueña de los métodos de educación popular, como lo son los principales medios de comunicación. La censura; el uso del ejército en acción de sus planes; la represión de las manifestaciones populares; la expulsión de periodistas; la expulsión por la fuerza de un gobierno elegido por votación democrática, su posterior requerimiento ante Interpol, su amenaza al encarcelamiento de los disidentes si regresaban y su posterior negación por la fuerza a que regresen.

Para ver mejor este fenómeno reaccionario vamos a dividir la historia humana en cuatro grandes períodos:

1) El poder colectivo de la tribu concentrado en un miembro fuerte de una familia, por lo general un hombre.

2) Un período de expansión agrícola unificado por un tótem (algo así como un apellido vencedor) y luego un faraón o emperador. En este momento surgen las guerras y se consolidan los ejércitos más primitivos, no tanto para la defensa sino para la conquista de nuevos territorios productivos y para la administración estatal de la sobreproducción de su propio pueblo y la opresión de sus pueblos esclavos. Esta etapa se continúa con sus variaciones hasta los reyes absolutistas de Europa, pasando por la Era Feudal. En todos, la religión es un elemento central de cohesión y también de coacción.

3) En la Era Moderna tenemos un renacimiento y una radicalización del experimento griego de democracia representativa. Sólo que en este momento el pensamiento humanista incluye la idea de universalidad, de la igualdad implícita de todo ser humano, la idea de la historia como un proceso de perfeccionamiento y no de inevitable corrupción y el concepto de moral como un producto humano y relativo a un determinado tiempo. Y quizás la idea más importante, ya desde el filósofo árabe Averroes: el poder político no como la pura voluntad de Dios sino como el resultado de los intereses sociales, de clases, etc. El liberalismo y el marxismo son dos radicalizaciones (opuestas en sus medios) de esta misma corriente de pensamiento, que también incluye la teoría de la evolución de Charles Darwin. Este período de democracia representativa fue la forma más práctica de reunir las voces de millones de hombres y mujeres en una sola casa, el Congreso o Parlamento. Si el Humanismo es anterior a las técnicas de popularización de la cultura, también es potenciado por éstas. La imprenta, los libros de bolsillo, los periódicos a bajo precio en el siglo XIX, la necesaria alfabetización de los futuros obreros fueron pasos decisivos hacia la democratización. No obstante, al mismo tiempo las fuerzas reaccionarias, las fuerzas dominantes del período anterior, rápidamente conquistaron estos medios. Así, si ya no era posible demorar más la llegada de la democracia representativa, sí era posible dominar sus instrumentos. Los sermones medievales en las iglesias, funcionales en gran parte a los príncipes y duques, se reformularon en los medios de información y en los medios de la nueva cultura popular, como la radio, el cine y la televisión.

4) No obstante la ola democrática siguió su camino, con frecuencia regado en sangre por los sucesivos golpes reaccionarios. En el siglo XXI la ola del humanismo renacentista se continúa. Y con ella se continúan los instrumentos para hacerla posible. Como Internet, por ejemplo. Pero también las fuerzas contrarias, las reacciones de los poderes constituidos por las etapas anteriores. Y en la lucha van aprendiendo a usar y dominar los nuevos instrumentos. Cuando la democracia representativa no termina de madurar, ya surgen las ideas y los instrumentos para pasar a una etapa de democracia directa, participativa, radical.

En algunos países, como hoy en Honduras, la reacción no es contra esta última etapa sino contra la anterior. Una especie de reacción tardía. Aunque en apariencia implica una escala menor, tiene una trascendencia latinoamericana y universal. Primero porque significa un llamado de atención ante la reciente complacencia democrática del continente; y segundo porque estimula el modus operandi de aquellos reaccionarios que han navegado siempre contra las corrientes de la historia.

Antes anotamos las pruebas de por qué el presidente depuesto en Honduras no violó ninguna ley, ninguna constitución. Ahora podemos ver que su propuesta de una encuesta popular era un método de transición entre una democracia representativa hacia una democracia directa. Quienes interrumpieron este proceso pusieron reversa hacia la etapa anterior.

La cuarta etapa era intolerable para una mentalidad bananera que se reconoce por sus métodos.

Jorge Majfud

Julio 2009

Lincoln University

Honduras Against History

By Their Methods You Shall Know Them

The Bible relates the story of how the teachers of the law brought before Jesus an adulterous woman. They intended to stone her to death, as they were required to do by the law of God, which at the time was said to be the law of men as well. The teachers and Pharisees wanted to test Jesus, from which one can induce that Jesus was already well known for his lack of orthodoxy with respect to the most ancient laws. Jesus suggested that whoever was free of sin should cast the first stone. Thus nobody was able to execute the strict law.

In this way, and in many others, the Bible itself has continued transforming itself, despite being a collection of books inspired by God. Religions have always been considered to be great conservative forces which, faced with reformers, became great reactionary forces. The paradox is rooted in the fact that all religion, all sects, have been founded by some subersive, by some rebel or revolutionary. It is not for nothing that history teems with those martyred, persecuted, tortured and assassinated by the political powers of the moment.

The men who were persecuting the adulteress retreated, recognizing in the turn of events their own sins. But over the course of history the result has been different. The men who oppress, kill and assassinate the alleged sinners always do so with the justification of some law, some right and in the name of some morality. This, more universal, rule was the one applied in Jesus’s own execution. In his time he was not the only rebel who fought against the Roman Empire. Not coincidentally, he was crucified together with two other prisoners. By association, this was intended to signify that he was just another prisoner being executed. Not even a religious dissident. Not even a political dissident. Invoking other laws, they eliminated the suberversive who had questioned the Pax Romana and the collaborationism of the aristocracy and of the religious hierarchies of his own people. Everything was carried out according to the laws. But history recognizes them today by their methods.

George Bush’s government gave us plenty of examples, and on a large scale. All of the wars and violations of national and international law were committed in defense of the law and sovereign right. By its sectarian interests, history will judge it. By its methods, its interests shall be known.

In Latin America, the role of the Catholic Church has almost always been the role of the Pharisees and the teachers of the law who condemned Jesus in defense of the dominant classes. There has never been a military dictatorship of oligarchical origin that didn’t receive the blessing of bishops and influential priests, thereby legitimizing the censorship, the opression of the mass murder of the supposed sinners.

Now, in the 21st century, the method and the discourses are repeated in Honduras like a crack of the whip from the past.

By their methods we know them. The patriotic discourse, the complacency of an upper class trained in the domination of the poor who have no formal education. A class that owns the methods of popular education, which is what the main communication media are. Censorship; the use of the army to carry out their plans; repression of the popular demonstrations; the expulsion of journalists; the expulsion by force of a government elected by democratic vote, its later demand before Interpol, its threat to jail dissidents if they return and its later denial by force of their return.

In order to better see this reactionary phenomenon let’s divide human history into four grand periods:

1) The collective power of the tribe concentrated in one strong member of a family, generally a man.

2) A period of agricultural expansion unified by a totem (something akin to a conquering surname) and later a pharoah or emperor. During this time wars emerge and primitive armies are consolidated, not so much for defense as for the conquest of new productive territories and for state administration of its own people’s surplus production and the oppression of its people’s slaves. This stage continues with variations up until the absolutist kings of Europe, passing through the feudal era. In all of these regimes, religion is a central element of cohesion as well as coercion.

3) In the modern era we have a renaissance and a radicalization of the Greek experiment in representative democracy. But in the modern period humanist thought includes the idea of universality, of the implicit equality of every human being, the idea of history as a process of reaching toward perfection instead of inevitable corruption, and the concept of morality as a human product relative to a determined historical time. And perhaps the most important idea, from the Arab philosopher Averroes: political power not as the pure will of God but as the result of social interests, class interests, etc. Liberalism and Marxism are two radicalizations (opposed in their means) of this same current of thought, which also includes Charles Darwin’s theory of evolution. This period of representative democracy was the most practical form for bringing together the voices of millions of men and women in one house, the Congress or Parlament. If Humanism pre-exists the techniques for popularizing culture, it is also empowered by them. The printing press, the paperback book, the low-price newspapers of the 19th century, the necessary literacy training of future workers were decisive steps toward democratization. Nonetheless, at the same time the reactionary forces, the dominant forces of the previous period, rapidly conquered these media. Thus, if it was no longer possible to further delay the arrival of representative democracy, it was possible to dominate its instruments. The medieval sermons in the churches, functional in great measure for the princes and dukes, were reformulated in the media of information and in the media of the new popular culture, like rade, film and television.

4) Despite this, the democratic wave continued on, frequently bathed in blood by successive reactionary coups. In the 21st century the renaissance humanist wave continues. And with it continue the instruments to make it possible. Like the Internet, for example. But so too the contrary forces, the reactions of the powers constituted by the previous stages. And in the process of struggle they learn to use and dominate the new instruments. While representative democracy has not yet matured, already one see emerging the ideas and instruments necessary for passing on to a stage ofdirect democracy, participatory and radical.

In some countries, as today in Honduras, the reaction is not against this latest stage but the previous one. A kind of late reaction. Even though in appearance it suggests a smaller scale, it has Latin American and universal significance. First because it represents a calling to attention of the recent democratic complacency of the continent; and second because it stimulates the modus operandi of those reactionaries who have always sailed against the currents of history.

Earlier we noted the proof of why the deposed president of Honduras had not violated the law or the constitution. Now we can see that his proposal of a non-binding popular referendum was a method of transition from a representative democracy toward a direct democracy. Those who interrupted this process reversed it toward the prior stage.

The fourth stage was intolerable for a Banana republic mentality that can be recognized by its methods.

Jorge Majfud

July 2009, Lincoln University

Translated by Bruce Campbell

Honduras contra a história

«Na América Latina, o papel da Igreja católica quase sempre foi o papel dos fariseus e dos mestres da lei que condenaram Jesus na defesa das classes dominantes. […] Agora, no século XXI, o método e os discursos se repetem em Honduras como uma chibatada do passado.»

Essa é a opinião do escritor uruguaio e professor da Lincoln University, Jorge Majfud, em artigo para o jornal argentino Página/12, 15-07-2009. A tradução é deMoisés Sbardelotto.

A Bíblia refere que, certa vez, os mestres da lei levaram uma mulher adúltera diante de Jesus. Pretendiam apedrejá-la até a morte, segundo a lei de Deus os obrigava, que então dizem que era também a lei dos homens. Mestres e fariseus quiseram provar Jesus, do que se induz que este já era conhecido pela sua falta de ortodoxia com relação às leis mais antigas. Jesus sugeriu que quem estivesse livre de pecado atirasse a primeira pedra. Assim, ninguém pôde executar a lei escrita.

Dessa forma e de muitas outras, a própria Bíblia foi mudando a si mesma, apesar de ser uma soma de livros inspirados por Deus. As religiões sempre se orgulharam de ser grandes forças conservadoras, que, enfrentadas pelos reformistas, se converteram em grandes forças reacionárias. O paradoxo está radicado em que toda religião, toda seita foi fundada por algum subversivo, por algum rebelde ou revolucionário. Por algo pululam os mártires, perseguidos, torturados e assassinados pelos poderes políticos do momento.

Os homens que perseguiam a adúltera se retiraram, reconhecendo com os fatos os seus próprios pecados. Mas ao longo da história o resultado foi diferente. Os homens que oprimem, matam e assassinam os supostos pecadores sempre o fazem justificados em alguma lei, em algum direito e em nome da moral. Essa regra, mais universal, foi a aplicada no próprio julgamento de Jesus. Em sua época, ele não foi o único rebelde que lutou contra o Império Romano. Não por casualidade ele foi crucificado junto com outros dois réus. Por associação, quis-se significar que um réu a mais estava sendo julgado. Nem sequer um dissidente religioso. Nem sequer um dissidente político. Invocando outras leis, tirou-se do meio o subversivo, que colocava em questão a «pax romana» e o colaboracionismo da aristocracia e das hierarquias religiosas de seu próprio povo. Tudo foi realizado segundo as leis. Mas a história reconhece-os hoje pelos seus métodos.

O governo de George Bush nos deu assunto de sobra e em grande escala. Todas as guerras e as violações às leis nacionais e internacionais foram acometidas em defesa da lei e do direito. Por seus interesses sectários, ele será julgado pela história. Por seus métodos seus interesses serão conhecidos.

Na América Latina, o papel da Igreja católica quase sempre foi o papel dos fariseus e dos mestres da lei que condenaram Jesus na defesa das classes dominantes. Não houve ditadura militar, de origem oligárquica, que não recebesse a benção de bispos e de sacerdotes influentes, legitimando assim a censura, a opressão e o assassinato em massa dos supostos pecadores.

Agora, no século XXI, o método e os discursos se repetem em Honduras como uma chibatada do passado.

Por seus métodos os conhecemos. O discurso patriota, a complacência de uma classe alta educada na dominação dos pobres sem educação acadêmica. Uma classe dona dos métodos de educação popular, como são os principais meios de comunicação. A censura, o uso do exército em ação de seus plano, a repressão das manifestações populares, a expulsão de jornalistas, a expulsão pela força de um governo eleito por votação democrática, seu posterior requerimento diante da Interpol, sua ameaça à prisão dos dissidentes se regressassem e sua posterior negação pela força ao fato de que regressem.

Para ver melhor esse fenômeno reacionário, vamos dividir a história humana em quatro grandes períodos:

1) O poder coletivo da tribo concentrado em um membro forte de uma família, em geral um homem.

2) Um período de expansão agrícola unificado por um totem (algo assim como um sobrenome vencedor) e depois um faraó ou imperador. Nesse momento, surgem as guerras e se consolidam os exércitos mais primitivos, não tanto para a defesa, mas sim para a conquista de novos territórios produtivos e para a administração estatal da sobreprodução de seu próprio povo e a opressão de seus povos escravos. Essa etapa continua com suas variações até os reis absolutistas da Europa, passando pela era feudal. Em todos, a religião é um elemento central de coesão e também de coação.

3) Na era moderna, temos um renascimento e uma radicalização da experiência grega de democracia representativa. Só que, neste momento, o pensamento humanista inclui a ideia de universalidade, de igualdade implícita de todo ser humano, a ideia da história como um processo de aperfeiçoamento e não de inevitável corrupção e o conceito de moral como um produto humano e relativo a um determinado tempo.

E, talvez, a ideia mais importante, já desde o filósofo árabe Averróis: o poder político não como a pura vontade de Deus, mas sim como o resultado dos interesses sociais, de classes etc. O liberalismo e o marxismo são duas radicalizações (opostas em seus meios) dessa mesma corrente de pensamento, que também inclui a teoria da evolução deCharles Darwin. Esse período de democracia representativa foi a forma mais prática de reunir as vozes de milhões de homens e mulheres em uma só casa, o Congresso ou Parlamento.

Se o humanismo é anterior às técnicas de popularização da cultura, ele também é potencializado por estas. A imprensa, os livros de bolso, os jornais de baixo preço no século XIX, a necessária alfabetização dos futuros operários foram passos decisivos para a democratização. No entanto, ao mesmo tempo, as forças reacionárias, as forças dominantes do período anterior rapidamente conquistaram esses meios. Assim, se já não era possível demorar mais a chegada da democracia representativa, era possível sim dominar seus instrumentos. Os sermões medievais nas igrejas, funcionais em grande parte aos príncipes e duques, se reformularam nos meios de informação e nos meios da nova cultura popular, como o rádio, o cinema e a televisão.

4) No entanto, a onda democrática seguiu seu caminho, com frequência regado a sangue pelos sucessivos golpes reacionários. No século XXI, a onda do humanismo renascentista continua. E com ela continuam os instrumentos para torná-la possível. Como a Internet, por exemplo. Mas também as forças contrárias, as reações dos poderes constituídos pelas etapas anteriores. E, na luta, vão aprendendo a usar e a dominar os novos instrumentos. Quando a democracia representativa não acaba de amadurecer, já surgem as ideias e os instrumentos para passar para uma etapa de democracia direta, participativa, radical.

Em alguns países, como hoje em Honduras, a reação não é contra essa última etapa, mas sim contra a anterior. Uma espécie de reação tardia. Mesmo que, na aparência, implique em uma escala menor, tem uma transcendência latino-americana e universal. Primeiro porque significa uma chamada de atenção diante da recente complacência democrática do continente. E, segundo, porque estimula o «modus operandi» daqueles reacionários que navegaram sempre contra as correntes da história.

Antes, anotamos as provas de por que o presidente deposto em Honduras não violou nenhuma lei, nenhuma Constituição. Agora, podemos ver que a sua proposta de uma enquete popular era um método de transição entre uma democracia representativa para uma democracia direta. Aqueles que interromperam esse processo colocaram marcha ré para a etapa anterior.

A quarta etapa era intolerável para uma mentalidade bananeira que se reconhece por seus métodos.

A la Constitución rogando y con el mazo dando


Observaciones no vinculantes sobre un golpe de Estado

En la Constitución de Honduras de 1982, como en cualquier otra, es posible encontrar líneas que lleven a alguna contradicción en la práctica. Al igual que los escritos sagrados, no es un texto perfecto. Ha sido escrito por la mano del hombre y de algunas mujeres. No obstante es la constitución vigente en ese país y a ella hay que comenzar a referirse para el más breve análisis sobre el reciente conflicto de poderes.

Quienes secuestraron al presidente Manuel Zelaya y pusieron en su lugar al presidente del Congreso, Roberto Micheletti, afirman que todo el proceso fue hecho de forma legal y en respaldo a la constitución. Supongo que, como suelen hacerlo las sectas religiosas, han pasado tijera por un par de párrafos y lo han invocado para justificar toda la violencia y arbitrariedad de la que hicieron gala.

Los artículos que parecerían darles la razón a los golpistas son el 239 y el 374. En resumen, ambos dicen que “el ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Designado. El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos”. Más adelante: “No podrán reformarse, en ningún caso, el artículo anterior, el presente artículo, los artículos constitucionales que se refieren a la forma de gobierno, al territorio nacional, al período presidencial, a la prohibición para ser nuevamente Presidente de la República”

Pero la realidad está compuesta de varios niveles de integración. Notemos en principio que los partidarios del golpe de Estado entienden que “cesar de sus respectivos cargos” incluye (1) el allanamiento de domicilio; (2) el secuestro por la fuerza de las armas de un presidente; (3) el exilio forzado de todo un grupo, ahora disidente; (4) la desaparición de sus colaboradores; (5) la suspensión de las garantías constitucionales de todos los ciudadanos (disidentes) de ese país; (6) la intervención de los medios de prensa que no les son favorables, como si no fuera suficiente tener de lado a la prensa más influyente; (7) la promoción de marchas a favor del nuevo régimen y (8) la represión violenta de los manifestantes en contra.

La discusión central debería radicar en estas y otras violaciones a los derechos humanos que comete un “proceso democrático con el apoyo unánime de la población”, definida por el presidente de facto como un ejército de “siete millones de soldados”. Por no ir más lejos con una discusión sobre las tensiones sociales, económicas e ideológicas que históricamente han sido estigmatizadas como demonios comunistas.

Pero como la disputa se ha centrado en la legalidad del golpe de estado para evitar definirlo como tal, volvamos a este punto.

La misma constitución, en el artículo 45, dice que “Se declara punible todo acto por el cual se prohíba o limite la participación del ciudadano en la vida política del país”. El artículo 2 dice que “la suplantación de la soberanía popular y la usurpación de los poderes constituidos se tipifican como delitos de traición a la Patria”. Y el artículo 3 complementa: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas”.

No obstante la acción del presidente Zelaya que se alega ilegal consistió en convocar al pueblo para una encuesta no vinculante que podría proponer, o no, un referéndum sobre la creación de una Asamblea Nacional Constituyente en las próximas elecciones de noviembre donde él no sería ni podría ser candidato reelegible.

Esta práctica está amparada en el artículo 5 de la Ley de Participación ciudadana de 2006, según el cual es posible realizar consultas populares no vinculantes sobre una gestión o una propuesta política. El decreto 3-2006 aprobado por el mismo Congreso Nacional de Honduras, invocando “la Constitución de la República establece que la soberanía corresponde al pueblo del cual emanan los Poderes del Estado” y considerando que “la evolución y la dinámica del comportamiento social[…] debe ser modernizada para no limitar el ejercicio de los derechos constitucionales”, establece en su artículo 5 que “la iniciativa ciudadana es un mecanismo de participación mediante el cual el ciudadano podrá presentar las solicitudes e iniciativas siguientes: Solicitar que los titulares de órganos o dependencias públicas de cualquiera de los poderes del Estado, que convoque a la ciudadanía en general […] para que emitan opiniones y formulen propuestas de solución a problemas colectivos que les afecten. Los resultados no serán vinculantes pero sí elementos de juicio para el ejercicio de las funciones del convocante”.

Es decir, en ningún momento se intentó realizar un referéndum para reformar la constitución. Ni siquiera se propuso una consulta vinculante para promover dicho referéndum. Si las encuestas populares “no serán vinculantes pero sí elementos de juicio para el ejercicio de las funciones del convocante”, entonces no hay directa ni indirectamente un proceso de “reforma de la constitución”.

Ahora, ¿para qué sirve una Asamblea Nacional constituyente? Para redactar una nueva constitución, ya que la actual si bien reconoce que el soberano es el pueblo (no sus representantes), al mismo tiempo no reconoce que este pueblo pueda cambiar su propia constitución en lo que refiere a la forma o el período de sus gobiernos usando medios pacíficos y democráticos.

No es mi interés defender lo que siempre he criticado de los caudillos, como es su costumbre de permanecer de por vida en el poder o en sus sombras. Pero estos caudillos, esta cultura, tradicionalmente han tenido una función social específica, como lo es el mantenimiento de un statu quo que favorece a las clases dominantes. En Honduras, dueñas de los principales medios de comunicación y fabricantes de opiniones y de pasiones a su medida y conveniencia. Lo nuevo no son los caudillos. Lo nuevo son los caudillos que no responde claramente a los deseos de estas clases dominantes.

Recientemente he recibido una avalancha de correos electrónicos a favor y en contra del Golpe de Estado. Tal vez la mayoría no los leeré nunca. Algunos justifican el golpe invocando la pobreza, la delincuencia, la corrupción y el narcotráfico. Razón por las cuales habría que dar un golpe de Estado en cada país de este mundo. Uno de estos mensajes defendía, digamos que con honestidad, su defensa a la democracia y al golpe de Estado con el siguiente argumento en mayúsculas: “No es coincidencia que el que apoya al asno de Mel [Zelaya] sean pobres, sin educación, sin criterio propio. Eso es un abuso”.

Con frecuencia una frase vale por mil palabras.

Jorge Majfud

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