América Latina, hoy y los años por venir

Syriza

Por Dimitris Givis para Syriza.org

http://epohi.gr/synenteuxh-me-ton-xorxe-maxfount-kathghth-latinoamerikanikhs-logotexnias-kai-diethnwn-spoudwn-sto-panepisthmio-tzaksonvil

 

Entrevista con Jorge Majfud: América Latina, hoy y los años por venir

 

  1. ¿Cómo evalúa usted la situación actual de América Latina en términos generales?

América Latina tuvo una de sus mejores décadas de su historia, aproximadamente entre 2005 y 2015, la que coincidió con un giro político de sus gobiernos electos hacia la izquierda con diversos grados de cambio y estilos de gobiernos. Faltaron muchas reformas (educación, infraestructura) pero se redujo la pobreza como nunca antes. Aunque el precio de las comodities ayudó, es falso que esto explique por sí solo la bonanza esa década, ya que en el pasado hubo mayores bonanzas de las exportaciones de materias primas con un efecto contrario: a medida que crecía el PIB crecía también la pobreza y la marginación. Sin embargo, el retorno de la región a la derecha conservadora y neoliberal se debe a (1) un contexto mundial (nuevos nacionalismos medievales y descontento del Primer mundo con la Globalización y las democracias liberales) y (2) el despertar de la vieja cultura colonialista, la tradición del hacendado, del peonaje, y una mentalidad militarista propia de la larga historia de dictaduras y otros abusos tradicionales.

Esta reacción de la derecha tribalística (amplificada por las leyes propias de las redes sociales) no es otra cosa que una reacción a un proceso histórico mayor, reiniciada siglos atrás, hacia la liberación de las mayorías marginales (negros, mujeres, homosexuales, pobres de todo tipo). Se trata de una reacción iniciada en Europa y Estados Unidos por su pérdida de poder relativo y por su pérdida de autoestima (cultural y racial) y por el cambio de roles (de invasores reales a supuestos invadidos, de victimarios a victimizados). Es, también, una reacción diseñada por la elite multimillonaria que es capaz de convencer hasta los esclavos que, de no ser por ella, todos estaríamos peor y no se hubiese inventado ni la rueda ni el cero.

  1. ¿Se podría decir que la reacción de esa derecho ha perdido su momento en América Latina demostrando la incapacidad de las políticas neoliberales para obtener un respaldo popular o es demasiado temprano para sacar ese tipo de conclusiones?

JM: En parte sí, es una reacción que ha perdido fuerza, pero al matrimonio de conservadores y neoliberales aún le queda algunos años en el poder político (Brasil, por ejemplo) y muchas décadas en la mentalidad de la clase dirigente tradicional latinoamericana sostenidas por sus tradicionales servidores. Lo que Malcom X llamaba “los negros de la casa”. Las raíces clasistas y autoritarias, el odio por los pobres, el desprecio por los negros y los indios en América Latina son tan difíciles de extirpar como el racismo, el sentido de superioridad racial y la paranoia armamentística en Estados Unidos.

  1. ¿Cómo podrían los movimientos sociales y sus posibles nuevas tácticas darles alguna esperanza al pueblo latinoamericano, considerando el retroceso de los gobiernos progresistas en el continente? ¿Qué perspectivas o posibilidades les ve usted?

JM. Casi todos los progresos sociales que ocurrieron en Estados Unidos en el siglo XX se debieron a los demonizados grupos de resistencia a la Guerra de Vietnam en los años 60s. Hoy los estadounidenses han aprendido a ser mucho más dóciles y, por eso, el 0,1 por ciento más rico puede continuar secuestrándole más riqueza al resto de la sociedad sin que haya reacciones significativas. Pero una reacción histórica es cuestión de tiempo.

En América Latina no es diferente, aunque en ese continente no se imprime el dólar ni sus países tienen cientos de bases militares alrededor del mundo para presionar, intimidar y cerrar buenos negocios. Pero sus múltiples movimientos populares, muchos continuadores de una antigua tradición de resistencia indígena, sean de resistencia (como en Ecuador) o de organización política (como en Uruguay) son no sólo una barrera para los abusos del poder sino, también, la razón de cualquier conquista popular. Todo lo que cae desde arriba es sólo anestesia social.

  1. ¿Qué dilemas le plantean las próximas elecciones en Argentina, Uruguay y Bolivia?

JM: En mi modesta opinión, el caso argentino es el más claro: es urgente detener las políticas neoliberales que, a través del actual presidente Macri y sus creyentes, empezaron por desestabilizar la sociedad imponiéndoles el pago de casi todo el esfuerzo social, subiendo los precios de los servicios básicos a fuerza de insensibilidad exitista, quebrando el tejido social y, como consecuencia, arruinando la misma economía nacional que los neoliberales se jactan de conocer muy bien; endeudando un país y la generación siguiente con el viejo y maldito recurso de los préstamos del FMI, sin siquiera lograr una reversión de la catástrofe, sino el agravamiento de la deuda y de la pobreza colectiva.

En cuanto a Uruguay, por ahora el objetivo es continuar resistiendo un contexto regional prolongado de recesiones, de crisis sociales, de violencia civil, de narcotráfico. Al mismo tiempo, resistir y evitar el regreso de los salvadores neoliberales que ya quebraron el país en el 2001, en sintonía con otros neoliberales más agresivos, como la Argentina de Carlos Menem. Uruguay debe, también, evitar las tentaciones militaristas, las que afirman saber cómo resolver cada problema a los tiros y a las patadas, tal como propuso en Brasil el capitán apologista de las pasadas dictaduras militares, Jair Bolsonaro. Brasil, el eterno país del futuro, ya tuvo una década dorada gracias a un presidente sindicalista, sin titulo de doctor o de general, y eso no lo soportan las viejas elites, acostumbradas a humillar y oprimir a los de abajo.

En el caso de Bolivia, Evo Morales es uno de los presidentes más exitosos de América del Sur, como lo fuera Rafael Correa en Ecuador, y por eso la gran prensa mundial casi nunca habla de él sino de Nicolás Maduro. Evo tiene mucho que corregir de sus administraciones anteriores, como por ejemplo no creerse imprescindible. Sin embargo, la idea de que “Evo es un dictador” porque es el clásico líder latinoamericano que se enamora del poder, deja de lado la consideración de hechos simples como que Franklin D. Roosevelt fue presidente de Estados Unidos cuatro veces consecutivas, o que Angela Merkel en Alemania o Benjamín Netanyahu en Israel han sido reelectos múltiples veces y el centro del mundo nunca se atrevería a llamarlos autoritarios y, mucho menos, dictadores. En la narración hegemónica de la realidad está el germen del autoritarismo, del colonialismo y del racismo que, por sutil, no deja de ser menos efectivo y menos brutal.

  1. ¿Cómo evalúa usted las políticas neoliberales que fueran impuestas sobre América latina y que aún predominan en países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia y otros? ¿Podemos decir que el neoliberalismo ha fallado en el continente latinoamericano?

 JM: La idea de fracaso es como la idea de éxito. Todo depende del propósito de cada uno. El neoliberalismo no ha fracasado en el sentido de que ha impuesto sus objetivos en muchas partes del mundo, especialmente desde el trabajo de hormiga que el profesor de la Universidad de Chicago, Milton Friedman, comenzó en los años 50s para contrarrestar el “socialismo” que sacó a Estados Unidos de la Depresión. En América Latina el gran experimento fue Chile: se acosó al gobierno socialista de Salvador Allende (como se hizo con Irán en 1953, con Guatemala en 1954, con Cuba en los 60s) hasta destruir su economía. Una vez instalado en su lugar el general Augusto Pinochet, un dictador de perfil Nazi, los campeones del neoliberalismo no tuvieron ninguna resistencia para hacer y deshacer. Como ocurriese con dictaduras anteriores en otros países, Estados Unidos inundó ese país con créditos y ayudas económicas y morales para que tuviese éxito y así mostrar al mundo un buen ejemplo. Es el mismo método que se sigue usando en diversas partes del mundo: acoso a cualquier opción al capitalismo salvaje y ayuda ilimitada a sus aduladores.

Obviamente, desde el punto de vista de la población y de las promesas de sus sacerdotes, el neoliberalismo ha fracasado repetidas veces, con una frecuencia que asombra y no habla bien de una parte significativa de la población que lo sufre y lo apoya con fanatismo.

15 de octubre 2019

Συνέντευξη με τον Χόρχε Μαχφούντ , καθηγητή λατινοαμερικανικής λογοτεχνίας και διεθνών σπουδών στο πανεπιστήμιο Τζακσονβιλ

 

Στη Λατινική Αμερική το μεγάλο πείραμα ήταν η Χιλή

 

** Στη Λατινική Αμερική, η ταξικότητα, ο αυταρχισμός, το μίσος για τους φτωχούς, η περιφρόνηση για τους μαύρους και τους ινδιάνους, είναι τόσο δύσκολο να καταργηθούν, όπως είναι ο ρατσισμός, η αίσθηση της φυλετικής υπεροχής, και η παράνοια των όπλων στις ΗΠΑ.

Τη συνέντευξη πήρε
ο Δημήτρης Γκιβίσης

Ποια είναι η γενική εικόνα που έχεις για τις εξελίξεις στην Λατινική Αμερική;
Η Λατινική Αμερική είχε μία από τις καλύτερες δεκαετίες στην ιστορία περίπου μεταξύ 2004 και 2014, που συνέπεσε με μια πολιτική στροφή προς τα αριστερά με ποικίλους βαθμούς αλλαγών και μορφών κυβερνήσεων. Απέτυχαν σε πολλές μεταρρυθμίσεις (εκπαίδευση, υποδομή), αλλά πολλά πολιτικά δικαιώματα προστατεύθηκαν από νέους νόμους, και η φτώχεια μειώθηκε όσο ποτέ πριν. Αν και η υψηλή τιμή των εμπορευμάτων βοήθησε, είναι λάθος να το αποδίδουμε αυτό μόνο στην περίοδο της ανθηρής οικονομίας λόγω των μεγάλων εξαγωγών, καθώς στο παρελθόν υπήρχαν μεγαλύτερες τέτοιες περίοδοι με το αντίθετο αποτέλεσμα: καθώς τα ΑΕΠ των χωρών αυξήθηκαν, αυξήθηκαν επίσης η φτώχεια και η περιθωριοποίηση. Τώρα, η επιστροφή της περιοχής στις συντηρητικές και νεοφιλελεύθερες πολιτικές οφείλεται πρώτον σε ένα νέο παγκόσμιο πλαίσιο (νεομεσαιωνική ρητορική, εθνικισμοί, και δυσαρέσκεια τόσο με την παγκοσμιοποίηση όσο και με τις φιλελεύθερες δημοκρατίες στον Πρώτο Κόσμο), και δεύτερον στην αφύπνιση της παλιάς αποικιοκρατικής κουλτούρας, της παράδοσης του γαιοκτήμονα και των εργατών γης, και μιας παλιάς μιλιταριστικής νοοτροπίας, χαρακτηριστική της μακράς ιστορίας της δικτατορίας και του ξένου παρεμβατισμού στο όνομα της «εθνικής ασφάλειας». Αυτή η αντίδραση της φυλετικής δεξιάς πτέρυγας, ενισχυμένη από τους νόμους των ΜΜΕ, δεν είναι παρά μια αντίδραση σε μια μεγαλύτερη ιστορική διαδικασία, στην απελευθέρωση των περιθωριοποιημένων πλειοψηφιών (μαύροι, γυναίκες, ομοφυλόφιλοι, φτωχοί). Πρόκειται για μια αντίδραση που ξεκίνησε στην Ευρώπη και στις ΗΠΑ για την απώλεια της σχετικής εξουσίας τους και της αυτοεκτίμησής τους (πολιτιστική και φυλετική), και την αλλαγή των ρόλων (από εισβολείς σε κατακτημένους, από θύτες σε θύματα). Είναι επίσης μια αντίδραση που χρησιμοποιείται από τις ελίτ των δισεκατομμυριούχων, οι οποίοι είναι ικανοί να πείσουν ακόμα και τους σκλάβους ότι αν δεν ήταν αυτοί θα ήμασταν όλοι χειρότερα, και ούτε ο τροχός ούτε το παραμικρό θα είχαν εφευρεθεί.

Θέμα χρόνου

Θεωρείς ότι η δεξιά αντεπίθεση έχει χάσει τη δυναμική της στη Λατινική Αμερική;
Εν μέρει, ναι, είναι μια αντίδραση που έχει χάσει τη δύναμή της. Αλλά ο ετερόκλητος γάμος συντηρητικών και νεοφιλελεύθερων, θρησκειών και εμπόρων, έχει ακόμα αρκετά χρόνια στην πολιτική εξουσία (π.χ. στη Βραζιλία), και πολλές δεκαετίες στη νοοτροπία των παραδοσιακών λατινικοαμερικανικών αρχουσών τάξεων, και έχει ριζώσει σε ένα σημαντικό τμήμα των ανθρώπων. Είναι αυτό που ο Μάλκολμ X αποκάλεσε «the House Negro» (σημ: είναι ένας ιστορικός όρος για τον σκλάβο σπιτιού αφρικανικής καταγωγής). Στη Λατινική Αμερική, η ταξικότητα, ο αυταρχισμός, το μίσος για τους φτωχούς, η περιφρόνηση για τους μαύρους και τους ινδιάνους, είναι τόσο δύσκολο να καταργηθούν, όπως είναι ο ρατσισμός, η αίσθηση της φυλετικής υπεροχής, και η παράνοια των όπλων στις ΗΠΑ.

Μπορούν σήμερα τα κοινωνικά κινήματα και οι νέες χειραφετητικές πρακτικές να ξαναδώσουν την ελπίδα στους λαούς της Λατινικής Αμερικής, απέναντι στην εξάντληση του κρατικού προοδευτισμού;
Σχεδόν όλη η κοινωνική πρόοδος που σημειώθηκε στις ΗΠΑ στον 20ο αιώνα, οφειλόταν στις δαιμονοποιημένες ομάδες αντίστασης στον πόλεμο του Βιετνάμ τη δεκαετία του ‘60. Σήμερα οι Αμερικανοί έχουν μάθει να είναι πιο υπάκουοι και, ως εκ τούτου, το πλουσιότερο 0,1% μπορεί να συνεχίζει να απαγάγει περισσότερο πλούτο από την υπόλοιπη κοινωνία χωρίς σημαντικές αντιδράσεις. Αλλά μια ιστορική απάντηση είναι θέμα χρόνου. Στη Λατινική Αμερική δεν είναι διαφορετικά, αν και δεν μπορεί να εκτυπώσει δολάρια, ούτε να έχει εκατοντάδες στρατιωτικές βάσεις σε όλο τον κόσμο, για να πιέζει, να εκφοβίζει, και να κλείνει καλές συμφωνίες. Όμως τα πολυάριθμα λαϊκά κινήματα, όπως στον Ισημερινό, και οι πολιτικές οργανώσεις, όπως στην Ουρουγουάη, δεν αποτελούν μόνο εμπόδιο στις καταχρήσεις της εξουσίας, αλλά και ο λόγος για το κάθε λαϊκό επίτευγμα. Μόνο η βροχή και η κοινωνική αναισθησία πέφτουν φυσικά από πάνω.

Για τις εκλογές σε Βολιβία, Αργεντινή και Ουρουγουάη

Ποια είναι τα διλήμματα που αναδύονται ενόψει των σημερινών εκλογών στη Βολιβία, και αυτών της επόμενης Κυριακής στην Αργεντινή και την Ουρουγουάη;
Κατά τη γνώμη μου, η περίπτωση της Αργεντινής είναι η πιο ξεκάθαρη: επείγει να σταματήσουν οι νεοφιλελεύθερες πολιτικές, που με τον σημερινό πρόεδρο επιχειρηματία και τους πιστούς του αποσταθεροποίησαν την κοινωνία στο όνομα της «υπευθυνότητας και του ρεαλισμού», αυξάνοντας τις τιμές των βασικών κοινωνικών υπηρεσιών, συγχέοντας μια χώρα με μια ιδιωτική επιχείρηση, σπάζοντας τον κοινωνικό ιστό, και καταστρέφοντας την ίδια την οικονομία που οι νεοφιλελεύθεροι καυχώνται ότι γνωρίζουν πολύ καλά: επιστροφή στο ΔΝΤ, αστρονομικό χρέος που θα πληρωθεί από την επόμενη γενιά, αυξανόμενη φτώχεια. Όσον αφορά την Ουρουγουάη, προς το παρόν, ο στόχος είναι να συνεχιστεί η αντίσταση σε ένα παρατεταμένο περιφερειακό πλαίσιο ύφεσης, κοινωνικών κρίσεων, πολιτικής βίας, και διακίνησης ναρκωτικών. Ταυτόχρονα, να αντέξει και να αποφύγει την επιστροφή των ίδιων νεοφιλελεύθερων σωτήρων που διέλυσαν τη χώρα το 2001, σε συμφωνία με άλλους πιο επιθετικούς νεοφιλελεύθερους, όπως την Αργεντινή του Κάρλος Μένεμ. Η Ουρουγουάη πρέπει επίσης να αποφύγει τους μιλιταριστικούς πειρασμούς, που ισχυρίζονται ότι γνωρίζουν πως να λύσουν το κάθε πρόβλημα μόνο φωνάζοντας και πυροβολώντας, όπως πρότεινε στη Βραζιλία ο Ζαΐρ Μπολσονάρο, ο θαυμαστής των στρατιωτικών δικτατοριών. Όσον αφορά τη Βολιβία, ο Έβο Μοράλες είναι ένας από τους πιο επιτυχημένους προέδρους της Νότιας Αμερικής, όπως ήταν στον Ισημερινό ο Ραφαέλ Κορέα, και αυτός είναι ο λόγος για τον οποίο τα μεγάλα παγκόσμια μέσα ενημέρωσης δεν μιλάνε σχεδόν ποτέ για αυτόν, παρά μόνο για τον Νικολάς Μαδούρο. Ο Έβο έχει πολλά να διορθώσει από τις προηγούμενες διοικήσεις του, όπως το να μη θεωρεί τον εαυτό του απαραίτητο. Ωστόσο, η ιδέα ότι «ο Έβο είναι δικτάτορας», επειδή είναι ο κλασσικός ηγέτης της Λατινικής Αμερικής που επανεκλέγεται πολλές φορές, παραβλέπει το γεγονός ότι ο Φραγκλίνος Ρούσβελτ ήταν πρόεδρος των ΗΠΑ για τέσσερις συνεχόμενες θητείες, και ότι η Άνγκελα Μέρκελ στη Γερμανία ή ο Μπενιαμίν Νετανιάχου στο Ισραήλ έχουν επανεκλεγεί επίσης πολλές φορές. Το κέντρο του κόσμου δεν θα τολμούσε ποτέ να τους αποκαλέσει αυταρχικούς και, πόσο μάλλον, δικτάτορες. Αυτό είναι το ηγεμονικό αφήγημα, όπου υπάρχει ο πραγματικός αυταρχισμός.

Έχοντας υπόψη τα αποτελέσματα των νεοφιλελεύθερων πολιτικών που εφαρμόστηκαν στην περιοχή, και συνεχίζονται σε Αργεντινή, Χιλή, Βραζιλία, Κολομβία κλπ, μπορούμε να πούμε ότι ο νεοφιλελευθερισμός απέτυχε στη Λατινική Αμερική;
Η ιδέα της αποτυχίας είναι σαν την ιδέα της επιτυχίας. Όλα εξαρτώνται από τον σκοπό του καθενός. Ο νεοφιλελευθερισμός δεν έχει αποτύχει, με την έννοια ότι έχει επιβάλει τους στόχους του σε πολλά μέρη του κόσμου, ειδικά αφότου το έργο του Μίλτον Φρίντμαν ξεκίνησε στη δεκαετία του ‘50 για να εξουδετερώσει τον «σοσιαλισμό» που έβγαλε τις ΗΠΑ από την ύφεση. Στη Λατινική Αμερική το μεγάλο πείραμα ήταν η Χιλή: η σοσιαλιστική κυβέρνηση του Σαλβαδόρ Αλιέντε παρενοχλήθηκε, όπως έγινε με το Ιράν το 1953, τη Γουατεμάλα το 1954, την Κούβα τη δεκαετία του ΄60, κλπ, μέχρι την καταστροφή της οικονομίας της. Αυτό είχε προγραμματιστεί πολύ πριν ο Αουγκούστο Πινοσέτ, ένας ναζί – δικτάτορας, γίνει ο πρωταθλητής του νεοφιλελευθερισμού. Όπως συνέβη και με τις προηγούμενες δικτατορίες, για παράδειγμα τη Βραζιλία, οι ΗΠΑ πλημμύρισαν τη χώρα με πιστώσεις και οικονομικά και ηθικά βοηθήματα, ώστε να πετύχει και έτσι να δείξουν στον κόσμο ότι είναι ένα καλό παράδειγμα. Είναι η ίδια μέθοδος που χρησιμοποιείται ακόμα σε διάφορα μέρη του κόσμου: παρενόχληση της οποιασδήποτε επιλογής απέναντι στον άγριο καπιταλισμό, και απεριόριστη βοήθεια στους κόλακές του. Προφανώς, από την άποψη του πληθυσμού και των υποσχέσεων των κηρύκων του ο νεοφιλελευθερισμός έχει επανειλημμένα αποτύχει, με μια συχνότητα και επανάληψη που εκπλήσσει, και δεν εκφράζει σωστά ένα σημαντικό μέρος του πληθυσμού που υποφέρει και τον υποστηρίζει με φανατισμό.

Σημ: Ο Χόρχε Μαχφούντ γεννήθηκε στην Ουρουγουάη, και είναι ένας από τους σημαντικότερους συγγραφείς μιας νέας γενιάς λατινοαμερικάνων διανοούμενων. Έχει εκδώσει διάφορα βιβλία, αρκετά από αυτά σε συνεργασία με συγγραφείς όπως ο Ζοζέ Σαραμάγκου, ο Εδουάρδο Γκαλεάνο, ο Σλαβόι Ζίζεκ, και ο Μάριο Βάργκας Λιόσα, μεταξύ άλλων.

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Ο δεκάλογος κατά του ανθρωπισμού

Painting "Humanism and the Technology"

Image via Wikipedia

Diez azotes contra el humanismo (Spanish)

Monthly Review
MR II

Ο δεκάλογος κατά του ανθρωπισμού

Translated by Eleni Alexopoulou

του ΧΟΡΧΕ ΜΑΧΦΟΥΝΤ*
Χόρχε Μαχφούντ
Τεύχος Νο 30
Αρχική Δημοσίευση: MRZine, 6 Μαρτίου 2007

Μετάφραση: Νίκος Παπαπολύζος

Μια δευτερεύουσα παράδοση στη συντηρητική σκέψη είναι ο ορισμός του διαλεκτικού αντιπάλου ως πνευματικά ανεπαρκούς και ηθικά επιλήψιμου. Καθώς αυτό ποτέ δεν συγκροτεί επιχείρημα, το ξέσπασμα συγκαλύπτεται από κάποια ανακόλουθη και ταυτολογική συλλογιστική, ίδιον της μεταμοντέρνας σκέψης στην πολιτική προπαγάνδα. Δεν είναι τυχαίο που στη Λατινική Αμερική άλλοι συγγραφείς αναπαράγουν το παράδειγμα των ΗΠΑ με βιβλία όπως το Manual del perfecto idiota latinoamericano [Εγχειρίδιο για τον τέλειο Λατινοαμερικανό ηλίθιο] (1996) ή καταρτίζοντας λίστες σχετικά με τους «Los diez estúpidos más estúpidos de América Latina» [Οι δέκα πιο βλάκες από τους βλάκες της Λατινικής Αμερικής]. Λίστες που συνήθως έχουν στην κορυφή τον φίλο μας, τον φοίνικα Εντουάρδο Γκαλεάνο, ο οποίος απαντά με αβρή αδιαφορία• τον έχουν σκοτώσει τόσες πολλές φορές που έχει συνηθίσει να ξαναγεννιέται.

Κατά κανόνα, οι λίστες των δέκα βλακωδέστερων ανθρώπων στις Ηνωμένες Πολιτείες τείνουν να φιλοξενούν στην κορυφή διανοούμενους. Η εξήγηση για αυτή την ιδιοτυπία δόθηκε κάμποσο καιρό πριν από έναν αξιωματικό του στρατού της τελευταίας αργεντινής δικτατορίας (1976–1983), ο οποίος παραπονέθηκε στις τηλεοπτικές κάμερες για τους διαδηλωτές που έκαναν πορεία στους δρόμους του Μπουένος Άιρες: «Δεν υποπτεύομαι τους εργαζόμενους, γιατί είναι πάντα απασχολημένοι με τη δουλειά τους. Υποπτεύομαι τους φοιτητές γιατί, έχοντας τόσο πολύ ελεύθερο χρόνο, τον καταναλώνουν στη σκέψη. Και όπως γνωρίζετε, κε δημοσιογράφε, η υπερβολική σκέψη είναι επικίνδυνη». Κάτι που ήταν συνεπές προς το προηγούμενο εγχείρημα του στρατηγού Ονγκανία[1] (1966–1970): την εκδίωξη όλων των διανοουμένων ώστε να λυθούν τα προβλήματα της Αργεντινής.

Σχετικά πρόσφατα, ο Νταγκ Χάγκιν, στο διάσημο τηλεοπτικό πρόγραμμα Dave’s Top Ten, παρασκεύασε τη δική του λίστα των Δέκα Πιο Βλακωδών Αριστερών Ιδεωδών. Αν προσπαθήσουμε να δούμε το πρόβλημα χωρίς την απλούστευση που προσφέρει η πολιτική ετικέτα, θα αντιληφθούμε ότι κάθε κατηγορία ενάντια στους λεγόμενους αριστερούς των ΗΠΑ στην πραγματικότητα αποτελεί επίθεση σε διάφορες ανθρωπιστικές αρχές.

10. Περιβαλλοντισμός.

Σύμφωνα με τον συγγραφέα, οι αριστεροί δεν σταματούν σε ένα λογικό επίπεδο προστασίας του περιβάλλοντος.

Προφανώς ο ορισμός του τι είναι ή δεν είναι λογικό εξαρτάται από τα οικονομικά συμφέροντα της στιγμής. Όπως κάθε συντηρητικός, ασπάζεται την ιδέα ότι η θεωρία της παγκόσμιας υπερθέρμανσης είναι μόνο μια θεωρία, όπως η θεωρία της εξέλιξης: δεν υπάρχουν αποδείξεις ότι ο Θεός δεν δημιούργησε τους σκελετούς των δεινοσαύρων και των άλλων ειδών και μετά τους σκόρπισε τριγύρω, απλά για να συγχύσει τους επιστήμονες και να δοκιμάσει την πίστη τους. Η συντηρητική νοοτροπία, ηρωικά αμετακίνητη, αδυνατεί να φανταστεί ότι οι ωκεανοί μπορεί να υπόκεινται στην εξέλιξη, πέρα από ένα λογικό επίπεδο.

9. Για να μεγαλώσεις ένα παιδί χρειάζεσαι μια κοινότητα.

Ο συγγραφέας το αρνείται: το πρόβλημα είναι ότι οι αριστεροί πάντοτε σκέφτονταν συλλογικά. Εφόσον δεν πιστεύουν στον ατομικισμό, θεωρούν ότι η εκπαίδευση των παιδιών πρέπει να λαμβάνει χώρα μέσα στην κοινωνία.

Αντιθέτως, η αντιδραστική σκέψη πιστεύει περισσότερο στη μονάδα, στον κοινωνικό αυτισμό, παρά στον ύποπτο ανθρωπισμό. Κατά το σκεπτικό μεσαιωνικού αριστοκράτη, ένας πλούσιος άνθρωπος μπορεί να είναι πλούσιος εν μέσω εξαθλίωσης, ένα παιδί μπορεί να γίνει ηθικός άνθρωπος και να εισέλθει στον παράδεισο χωρίς να μολυνθεί από τις αμαρτίες της κοινωνίας. Η κοινωνία, οι μάζες, χρησιμεύουν μόνο για να επιτρέψουν στον ηθικό άνθρωπο να επιδείξει τη συμπόνια του δωρίζοντας στους έχοντες ανάγκη αυτά που του περίσσεψαν – αφαιρώντας τα από τους φόρους του.

8. Τα παιδιά δεν μπορούν να χειριστούν το στρες. Εξού και δεν πρέπει να τα διορθώνουν οι δάσκαλοι με κόκκινο μελάνι, ή δεν πρέπει να έρχονται αντιμέτωπα με τις ωμότητες της ιστορίας.

Ο συγγραφέας σωστά παρατηρεί ότι το να δουν κάτι δυσάρεστο ως νήπια προετοιμάζει τα παιδιά για ένα κόσμο που δεν είναι ευχάριστος. Παρ’ όλα αυτά, κάποιοι συμπονετικοί συντηρητικοί υπερβάλλουν λίγο όταν ντύνουν τα παιδιά τους με στρατιωτικές στολές και τους δίνουν παιχνίδια που, αν και ρίχνουν μόνο ακτίνες λέιζερ, μοιάζουν πάρα πολύ με όπλα ακτίνων λέιζερ που ρίχνουν άλλου είδους βλήματα σε παρόμοιους στόχους (και σε μαύρους ανθρώπους).
7. Ο ανταγωνισμός είναι κακός.

Για τον συγγραφέα, όχι: το γεγονός ότι κάποιοι κερδίζουν σημαίνει ότι άλλοι χάνουν, όμως αυτή η δυναμική μάς οδηγεί στη μεγαλοσύνη.

Δεν εξηγεί κατά πόσο υφίσταται εδώ το «λογικό όριο» για το οποίο μίλησε πριν, ή κατά πόσο αναφέρεται στη μισητή ιστορία της εξέλιξης, που θέλει τον ισχυρότερο να επιβιώνει στον πρωτόγονο κόσμο. Ούτε και ξεκαθαρίζει σε ποια μεγαλοσύνη αναφέρεται – σε αυτή του σκλάβου στην ευημερούσα βαμβακοφυτεία ή στο μέγεθος της φυτείας; Δεν λαμβάνει υπόψη, φυσικά, κανένα είδος κοινωνίας που να βασίζεται στην αλληλεγγύη, να έχει απελευθερωθεί από τη νεύρωση του ανταγωνισμού.

6. Η υγεία είναι δικαίωμα του πολίτη.

Όχι για τον συγγραφέα: η υγεία αποτελεί προσωπική ευθύνη.

Σε αυτό το επιχείρημα αρέσκονται όσοι αρνούνται την ανάγκη για καθολικό σύστημα υγείας, αλλά την ίδια στιγμή δεν προτείνουν ιδιωτικοποίηση της αστυνομίας και ακόμη περισσότερο του στρατού. Κανείς δεν πληρώνει την αστυνομία μόλις καλέσει το 100, κάτι που είναι λογικό. Αν κάποιος μας επιτεθεί και μας πυροβολήσει στο κεφάλι, δεν θα πληρώσουμε τίποτα για τη σύλληψή του, όμως αν είμαστε φτωχοί, και θέλουμε οι γιατροί να μας σώσουν τη ζωή, θα καταλήξουμε χρεοκοπημένοι. Συμπεραίνει κανείς ότι, σύμφωνα με αυτή τη λογική, ένας κλέφτης που ληστεύει ένα σπίτι αντιπροσωπεύει μια κοινωνική ασθένεια, αλλά μια επιδημία δεν είναι τίποτα περισσότερο από ένα μάτσο ανεύθυνα άτομα που δεν επηρεάζουν την υπόλοιπη κοινωνία. Ποτέ βεβαίως δεν λαμβάνεται υπόψη ότι η συλλογική αλληλεγγύη είναι μια από τις υψηλότερες μορφές ατομικής ευθύνης.

5. Ο πλούτος είναι βδέλυγμα.

Σύμφωνα με τον συγγραφέα, οι αριστεροί θέλουν να ποινικοποιήσουν την επιτυχία των πλουσίων και να τους επιβάλουν φόρους, ούτως ώστε να δώσουν τον πλούτο τους στην ομοσπονδιακή κυβέρνηση για να τον χρησιμοποιήσει ανεύθυνα, βοηθώντας αυτούς που δεν είναι τόσο επιτυχημένοι.

Με άλλα λόγια, οι εργαζόμενοι οφείλουν το καθημερινό ψωμί τους στους πλούσιους. Το να κερδίζεις τα προς το ζην με τον ιδρώτα του προσώπου σου είναι η τιμωρία σου από αυτούς τους επιτυχημένους ανθρώπους που δεν έχουν ανάγκη να εργαστούν. Υπάρχει λόγος που η σωματική ομορφιά έχει ιστορικά συσχετιστεί με τις μεταβαλλόμενες, αλλά πάντοτε νωχελικές, συνήθειες της αριστοκρατίας. Υπάρχει λόγος που στον ευτυχισμένο κόσμο του Ουώλτ Ντίσνεϋ δεν υπάρχουν εργαζόμενοι. Η ευτυχία είναι κρυμμένη σε κάποιο σεντούκι με χρυσά νομίσματα. Για τον ίδιο λόγο, είναι αναγκαίο να μην χαραμίζονται λεφτά από φόρους στην εκπαίδευση και την υγεία. Τα εκατομμύρια που ξοδεύονται σε στρατούς ανά τον κόσμο δεν μας προβληματίζουν επειδή αποτελούν μέρος των επενδύσεων που τα κράτη κάνουν με υπευθυνότητα, για να διατηρήσουν την επιτυχία των πλουσίων και το όνειρο των φτωχών για δόξα.

4. Υπάρχει αχαλίνωτος ρατσισμός που θα διορθωθεί μόνο με την ανεκτικότητα.

Όχι: οι αριστεροί βλέπουν τις φυλετικές σχέσεις μέσα από το πρίσμα του πεσιμισμού. Όμως το θέμα της φυλής δεν απασχολεί τους περισσότερους από εμάς, απασχολεί μόνον εκείνους.

Σαν να λέμε δηλαδή, όπως με το εφεύρημα της παγκόσμιας υπερθέρμανσης, ότι αν ένας συντηρητικός δεν έχει στο μυαλό του κάτι ή κάποιον, αυτό το κάτι ή ο κάποιος δεν υπάρχουν. Οι Δε Λας Κάσας, Λίνκολν και Μάρτιν Λούθερ Κινγκ πολέμησαν ενάντια στο ρατσισμό γιατί ήταν αδαείς. Αν οι ανθρωπιστές σταματούσαν να σκέφτονται τον κόσμο θα ήμασταν ευτυχέστεροι, επειδή ο πόνος των άλλων δεν θα υπήρχε, ούτε θα υπήρχαν άκαρδοι ληστές που κλέβουν από τους συμπονετικούς πλούσιους.

3. Έκτρωση.

Για να αποφύγουν την προσωπική ευθύνη, οι αριστεροί υποστηρίζουν την ιδέα της φόνευσης του αγέννητου.

Ο μαζικός φόνος των ήδη γεννημένων αποτελεί επίσης μέρος της ατομικής ευθύνης, σύμφωνα με την τηλεοπτικά μεταδιδόμενη δεξιά σκέψη, αν και κάποιες φορές αποκαλείται ηρωισμός και πατριωτισμός. Μόνο όταν ωφελεί το σπίτι μας. Αν κάνουμε λάθος που καταπιέζουμε ένα λαό, αποφεύγουμε την ευθύνη μιλώντας για την έκτρωση. Ένα διπλό ηθικό παζάρι, βασισμένο σε ηθική δύο μέτρων και δύο σταθμών.

2. Τα όπλα είναι φαύλα.

Οι αριστεροί μισούν τα όπλα και μισούν όσους θέλουν να αυτοπροστατευθούν. Σε αντίθεση, οι αριστεροί πιστεύουν ότι αυτή την προστασία θα έπρεπε να την παρέχει το κράτος. Και πάλι, δεν θέλουν να αναλάβουν ευθύνη για τον εαυτό τους.

Σαν να λέμε, οι βιαιοπραγούντες, οι ανήλικοι συμμορίτες, οι μαθητές που πυροβολούν στα λύκεια, οι έμποροι ναρκωτικών και οι λοιποί γκάγκστερ ασκούν το δικαίωμά τους να υπερασπίζονται το συμφέρον τους, το ατομικό και επιχειρηματικό. Κανείς άλλωστε δεν αμφισβητεί το κράτος και δεν πιστεύει στη δική του ευθύνη περισσότερο από αυτούς. Εξυπακούεται λοιπόν ότι οι στρατοί, σύμφωνα με το παραπάνω σκεπτικό, αποτελούν το βασικό στοιχείο της υπεύθυνης άμυνας που διεξάγεται από το ανεύθυνο κράτος.

1. Ο κατευνασμός του κακού εξασφαλίζει την ειρήνη.

Οι αριστεροί πάντοτε θέλησαν να κατευνάσουν τους Ναζί, τους δικτάτορες και τους τρομοκράτες.

Η σοφία του συγγραφέα δεν φτάνει στο σημείο να λάβει υπόψη ότι πολλοί αριστεροί ήταν συνειδητά υπέρ της βίας, και ως παράδειγμα θα αρκούσε να θυμηθούμε τον Ερνέστο Τσε Γκεβάρα – μολονότι αντιπροσωπεύει τη βία του σκλάβου μάλλον, παρά του αφέντη. Είναι αλήθεια, οι συντηρητικοί δεν έχουν κατευνάσει δικτάτορες: στη Λατινική Αμερική τουλάχιστον, τους εξέθρεψαν. Στην τελική, οι δικτάτορες υπήρξαν πάντοτε φίλοι των όπλων και μάλιστα έκλειναν πολύ καλές συμφωνίες στο όνομα της ασφάλειας. Οι Ναζί, οι δικτάτορες και οι τρομοκράτες κάθε είδους, έτσι όπως ρέπουν προς την ιδεολογική υπεραπλούστευση, θα συμφωνούσαν επίσης με το τελευταίο κομμάτι στη συλλογιστική της λίστας: «Οι αριστεροί δεν καταλαβαίνουν ότι κάποιες φορές η βία είναι η μόνη λύση. Το Κακό υπάρχει και πρέπει να εξαρθρωθεί». Και, τέλος: «Θα το σκοτώσουμε [το Κακό], ή αυτό θα σκοτώσει εμάς, είναι τόσο απλό. Θα σκοτώσουμε το Κακό, ή το Κακό θα σκοτώσει εμάς. Το μόνο πράγμα που είναι πιο απλουστευτικό από αυτό είναι η αριστερή σκέψη».

Άμπρα κατάμπρα!

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* Ο Χόρχε Μαχφούντ γεννήθηκε στο Τακουαρεμπό της Ουρουγουάης το 1969. Διδάσκει λατινοαμερικανική λογοτεχνία στο Πανεπιστήμιο της Τζώρτζια. Έχει επισκεφτεί περισσότερες από σαράντα χώρες, και οι ταξιδιωτικές του εντυπώσεις περιλήφθηκαν στα μυθιστορήματα και τα δοκίμιά του. Έχει εκδώσει, μεταξύ άλλων, τα μυθιστορήματα Hacia qué patrias del silencio (memorias de un desaparecido) (1996), La reina de América (2002) και Perdona nuestros pecados (2007), καθώς και τα δοκίμια Crítica de la pasión pura (1998). Έργα του έχουν μεταφραστεί στα αγγλικά και τα πορτογαλικά. Ιστορίες και άρθρα του έχουν κυκλοφορήσει σε διάφορες εφημερίδες και περιοδικά όπως οι El País και La República του Μοντεβιδέο, Página/12 του Μπουένος Άιρες, Milenio του Μεξικού καθώς και τα Rebelión και Hispanic Culture Review του Πανεπιστημίου George Mason. Είναι ιδρυτής και εκδότης του περιοδικού SigloXXI – reflexiones sobre nuestro tiempo, και τακτικός συνεργάτης της εβδομαδιαίας έκδοσης της República, Bitácora.

[1] Στις 29 Ιουλίου 1966, κατόπιν διαταγών του δικτάτορα μόλις από την προηγουμένη Juan Carlos Onganía, η αστυνομία εισέβαλε στο Πανεπιστήμιο του Μπουένος Άιρες, ξυλοκόπησε και συνέλαβε τους ενάντιους στη δικτατορία φοιτητές και καθηγητές, και κατέστρεψε εργαστήρια και βιβλιοθήκες. Η πανεπιστημιακή αυτονομία καταλύθηκε και πάρα πολλοί καθηγητές απολύθηκαν ή αυτοεξορίστηκαν. Το περιστατικό είναι γνωστό ως «νύχτα των κλομπ» (La Noche de los Bastones Largos). (Σ.τ.Ε.)

Crisis de los ricos, via crucis de los pobres

Lucas bebiendo

Image by Arguez via Flickr

Krise der Reichen, Kreuzweg für die Armen (German)

Crisi dei ricchi, via crucis dei poveri (Italian)

Crisis for the Rich, Via Crucis for the Poor (English)

Crisis de los ricos, via crucis de los pobres

Las teorías de la evolución después de Darwin asumen una dinámica de divergencias. Dos especies pueden derivar de una en común; cada tanto, estas variaciones pueden desaparecer de forma gradual o abrupta, pero nunca dos especies terminan confluyendo en una. No existe mestizaje sino dentro de la misma especie. A la larga, una gallina y un hombre son parientes lejanos, descendientes de algún reptil y cada uno significa una respuesta exitosa de la vida en su lucha por la sobrevivencia.

Es decir, la diversidad es la forma en que la vida se expande y se adapta a los diversos medios y condiciones. Diversidad y vida son sinónimos para la biósfera. Los procesos vitales tienden a la diversidad pero al mismo tiempo son la expresión de una unidad, la biósfera, Gaia, la exuberancia de la vida en lucha permanente por sobrevivir a su propio milagro en ambientes hostiles.

Por la misma razón la diversidad cultural es una condición para la vida de la humanidad. Es decir, y aunque podría ser una razón suficiente, la diversidad no se limita sólo a evitarnos el aburrimiento de la monotonía sino que, además, es parte de nuestra sobrevivencia vital como humanidad.

No obstante, hemos sido los humanos la única especie que ha sustituido la natural y discreta pérdida de especies por una artificial y amenazante exterminación, por la depredación industrial y por la contaminación del consumismo. Aquellos que sostenemos un posible aunque no inevitable “progreso de la historia” basado en el conocimiento y el ejercicio de la igual-libertad, podemos ver que la humanidad, tantas veces puesta en peligro de extinción por sí misma, ha logrado algunos avances que le ha permitido sobrevivir y convivir con su creciente fuerza muscular. Y aún así, nada bueno hemos agregado al resto de la naturaleza. En muchos aspectos, quizás en ese natural proceso de prueba y error, hemos retrocedido o nuestros errores se han vuelto exponencialmente peligrosos.

El consumismo es uno de esos errores. Ese apetito insaciable nada o poco tiene que ver con el progreso hacia una posible y todavía improbable era sin-hambre, post-escasez, sino con la más primitiva era de la gula y la codicia. No digamos con un instinto animal, porque ni los leones monopolizan la sabana ni practican el exterminio sistemático de sus victimas, y porque hasta los cerdos se sacian alguna vez.

La cultura del consumismo ha errado en varios aspectos. Primero, ha contradicho la condición antes señalada, pasando por encima de las diversidades culturales, sustituyéndolas por sus baratijas universales o creando una pseudo diversidad donde un obrero japonés o una oficinista alemana pueden disfrutar dos días de una artesanía peruana hecha en China o cinco días de las más hermosas cortinas venecianas importadas de Taiwán antes que se rompan por el uso. Segundo, porque también ha amenazado el equilibrio ecológico con sus extracciones ilimitadas y sus devoluciones en forma de basuras inmortales.

Ejemplos concretos podemos observarlos a nuestro alrededor. Podríamos decir que es una suerte que un obrero pueda disfrutar de las comodidades que antes les estaban reservadas sólo a las clases altas, las clases improductivas, las clases consumidoras. No obstante, ese consumo —inducido por la presión cultural e ideológica— se ha convertido muchas veces en la finalidad del trabajador y en un instrumento de la economía. Lo que por lógica significa que el individuo-herramienta se ha convertido en un medio de la economía como individuo-consumidor.

En casi todos los países desarrollados o en vías de ese “modelo de desarrollo”, los muebles que invaden los mercados están pensados para durar pocos años. O pocos meses. Son bonitos, tienen buena vista como casi todo en la cultura del consumo, pero si los miramos fijamente se rayan, pierden un tornillo o quedan en falsa escuadra. Ahora resulta un exotismo aquella preocupación de mi familia de carpinteros por mejorar el diseño de una silla para que durase cien años. Pero los nuevos muebles descartables no nos preocupan mayormente porque sabemos que han costado poco dinero y que, en dos o tres años vamos a comprar otros nuevos, lo que de paso da más interés y variación en la decoración de nuestras casas y oficinas y sobre todo estimulan la economía del mundo. Según la teoría en curso, lo que tiramos aquí ayuda al desarrollo industrial en algún país pobre. Por eso somos buenos, porque somos consumidores.

No obstante, esos muebles, aún los más baratos, han consumido árboles, han quemado combustible en su largo viaje desde China o desde Malasia. La lógica de “tírelo después de usar”, que es lo más razonable para una jeringa de plástico, se convierte en una ley necesaria para estimular la economía y mantener el PBI en perpetuo crecimiento, con sus respectivas crisis y fobias cuando su caída provoca una recesión del dos por ciento. Para salir de ella hay que aumentar la droga. Sólo Estados Unidos, por ejemplo, destina billones de dólares para que sus habitantes vuelvan a consumir, a gastar, para salir de la locura de la recesión y así el mundo pueda seguir girando, consumiendo y desechando.

Pero esos desechos, por baratos que sean —el consumismo está basado en mercaderías baratas, desechables, que hace casi inaccesible el reciclaje de productos duraderos— poseen trozos de madera, plástico, baterías, caños de hierro, tornillos, vidrio y más plástico. En Estados Unidos todo eso y algo más va a la basura —aún en este tiempo llamado “de gran crisis” por razones equívocas— y en los países pobres, los pobres van en busca de esa basura. A la larga, quien termina consumiendo toda la basura es la naturaleza mientras la humanidad sigue poniendo en suspenso sus cambios de hábitos para salir de la recesión primero y para sostener el crecimiento de la economía después.

Pero ¿qué significa “crecimiento de la economía”, ese dos o tres por ciento que obsesiona al mundo entero, de Norte a Sur y de Este a Oeste?

El mundo está convencido de que se encuentra en una terrible crisis. Pero el mundo siempre estuvo en crisis. Ahora es definida como crisis mundial porque (1) procede y afecta la economía de los más ricos; (2) el paradigma simplificado del desarrollo ha irradiado su histeria al resto del mundo, restándole legitimidad. Pero en Estados Unidos las personas siguen inundando las tiendas y los restaurantes y sus recortes no llegan nunca al hambre, aun en la gravedad de millones de trabajadores sin trabajo. En nuestros países periféricos una crisis significa niños en la calle pidiendo limosna. En Estados Unidos suele significar consumidores consumiendo un poco menos mientras esperan el próximo cheque del gobierno.

Para salir de esa “crisis”, los especialistas se exprimen el cerebro y la solución es siempre la misma: aumentar el consumo. Irónicamente, aumentar el consumo prestándole a la gente común su propio dinero a través de los grandes bancos privados que reciben la ayuda salvadora del gobierno. No se trata solo de salvar algunos bancos, sino, sobre todo, de salvar una ideología y una cultura que no sobreviven por sí solas sino en base a frecuentes inyecciones ad hoc: estímulos financieros, guerras que impulsan la industria y controlan la participación popular, drogas y diversiones que estimulan, tranquilizan y anestesian en nombre del bien común.

¿Realmente habremos salido de la crisis cuando el mundo retome un crecimiento del cinco por ciento mediante el estímulo del consumo en los países ricos? No estaremos preparando la próxima crisis, una crisis real —humana y ecológica— y no una crisis artificial como la que tenemos hoy? ¿Realmente nos daremos cuenta que ésta no es realmente una crisis sino sólo una advertencia, es decir, una oportunidad para cambiar nuestros hábitos?

Cada día es una crisis porque cada día elegimos un camino. Pero hay crisis que son una larga una via crusis y otras que son críticas porque, tanto para oprimidos como para opresores significa una doble posibilidad: la confirmación de un sistema o su aniquilación. Hasta ahora ha sido lo primero por faltas de alternativas a lo segundo. Pero nunca hay que subestimar a la historia. Nadie hubiese previsto jamás una alternativa al feudalismo medieval o al sistema de esclavitud. O casi nadie. La historia de los últimos milenios demuestra que los utópicos solían preverlo con exagerada precisión. Pero como hoy, los utópicos siempre han tenido mala fama. Porque es la burla y el desprestigio la forma que cada sistema dominante ha tenido siempre para evitar la proliferación de gente con demasiada imaginación.

Jorge Majfud

Lincoln University, febrero, 2009.

Crisi dei ricchi, via crucis dei poveri

Le teorie dell’evoluzione dopo Darwin assumono una dinamica divergente. Due specie possono discendere da una comune; ogni tanto, le specie stesse possono scomparire in forma graduale o drastica, ma mai due specie finiscono con il confluire in una sola. Non esiste meticciato se non all’interno della stessa specie. Nel lungo periodo, una gallina e un’uomo sono parenti lontani, discendenti di un qualche rettile ed entrambi rappresentano una risposta positiva della vita nella lotta per la sopravvivenza.

Cioé, la diversità è la forma in cui la vita si espande e si adatta ai diversi ambienti e alle diverse condizioni. Diversità e vita sono sinonimi per la biosfera. I processi vitali tendono alla diversità ma allo stesso tempo sono espressione di una unità, la biosfera, Gaia, l’esuberanza della vita nella sua permanente lotta per sopravvivere in ambienti ostili al suo stesso miracolo.

Per la stessa ragione la diversità culturale è un requisito per la vita dell’umanità. Ovvero, e comunque potrebbe essere una ragione sufficiente, la diversità non si limita solo a evitarci la noia della monotonia ma, inoltre, è parte della nostra sopravvivenza vitale come umanità.

Nonostante ciò, siamo stati noi esseri umani la unica specie che ha sostituito la naturale e prudente sostituzione di specie con un artificiale e minaccioso sterminio, con il saccheggio industriale e con la contaminazione del consumismo. Coloro tra noi che sostengono un possibile ma non inevitabile “progresso della storia” basato sulla conoscenza e l’esercizio dell’eguale-libertà, possono vedere che l’umanità, tante volte posta in pericolo di estinzione da se stessa, ha ottenuto alcuni successi che le hanno permesso di sopravvivere e di convivere con la propria crescente forza muscolare. E nonostante ciò, non abbiamo aggiunto niente di buono al resto della natura. In molti aspetti, in questo naturale processo di prove ed errori, forse siamo andati indietro o i nostri errori sono diventati esponenzialmente più pericolosi.

Il consumismo è uno di questi errori. Questo appetito insaziabile ha poco o niente a che fare con il progresso verso una possibile e comunque improbabile era senza-fame, post-scarsità, piuttosto ha a che vedere con una più primitiva era della gola e dell’avidità. Non diciamo che ha a che fare con un istinto animale, perchè nemmeno i leoni monopolizzano la savana né praticano lo sterminio sistematico delle proprie vittime, e perchè perfino i maiali si saziano solo di tanto in tanto.

La cultura del consumismo ha mostrato i suoi limiti in vari aspetti. Primo, ha contraddetto la condizione prima segnalata, superando le diversità culturali, sostituendole con i suoi ninnoli universali o creando una pseudo diversità dove un operaio giapponese o una meccanica tedesca possono utilizzare per due giorni un oggetto di artigianato peruviano fatto in Cina o possono godere cinque giorni della più bella tendina veneziana importata da Taiwan prima che si rompano per l’uso eccessivo. Secondo, perchè ha anche minacciato l’equilibrio ecologico con le sue estrazioni illimitate e le sue restituzioni sotto forma di spazzatura immortale.

Esempi concreti possiamo osservarli attorno a noi. Potremmo dire che è una fortuna che un operaio possa apprezzare le comodità che prima erano riservate solo alle classi agiate, le classi improduttive, le classi consumatrici. Nonostante ciò, questo consumo –indotto dalla pressione culturale e ideologica- si è convertito molte volte nella finalità del lavoratore e in uno strumento dell’economia. Il che, a rigor di logica, significa che l’individuo-strumento si è convertito in un mezzo dell’economia in quanto individuo-consumatore.

In quasi tutti i paesi sviluppati o in via di questo “modello di sviluppo”, i mobili che invadono i mercati sono pensati per durare pochi anni. O pochi mesi. Sono carini, hanno un bell’aspetto come quasi tutto nella cultura del consumo, ma se li fissiamo a lungo si rigano, perdono una vite o sono squadrati. Ogni giorno di più risulta esotica la preocupazione della mia familia di carpentieri per migliorare il disegno di una sedia perchè durasse cent’anni. Dei nuovi mobili usa-e-getta non ci si preoccupa molto perchè sappiamo che sono costati poco e che, in due o tre anni ne compreremo degli altri nuovi, il che comporta maggior interesse e trasformazione nella decorazione delle nostre case e dei nostri uffici e soprattutto stimola l’economia mondiale. Secondo la teoria in corso, ciò che buttiamo qui aiuta lo sviluppo industriale in qualche paese povero. Per questo ci sentiamo buoni, perchè siamo consumatori.

Ma questi mobili, anche quelli più economici, hanno consumato alberi, hanno bruciato combustibile nel loro lungo viaggio dalla Cina o dalla Malesia. La logia del “butto dopo aver usato”, che è la cosa più ragionevole per una siringa di plastica, diventa una legge necessaria per stimolare l’economia e mantenere il PIL in perpetua crescita, con le sue rispettive crisi e fobie quando la caduta provoca una recessione del due per cento. Per uscire dalla crisi bisogna aumentare la droga. I soli Stati Uniti, per esempio, destinano milioni di dollari perchè i suoi abitanti ritornino a consumare ed a spendere, destinano milioni di dollari per uscire dalla disperazione della recessione in modo che così il mondo possa continuare a girare, consumare e buttare.

Ma questi rifiuti, pur economici che siano –il consumismo è basato su della mercanzia economica, usa-e-getta, che rende quasi impossibile il riciclaggio di prodotti durevoli- possiedono pezzi di legno, plastica, batterie, canne di ferro, viti, vetro e ancora plastica. Negli Stati Uniti tutto ciò e anche di più va nella spazzatura –anche in questo tempo chiamato per ragioni equivoche “di grande crisi” – mentre nei paesi poveri, i poveri vanno alla ricerca della stessa spazzatura. Alla lunga, chi finisce con il consumare tutta la spazzatura è la natura mentre l’umanità continua a sospendere i cambiamenti nel proprio stile di vita al fine di uscire dalla recessione e al fine di sostenere la crescita dell’economia.

Ma cosa significa “crescita economica”, cosa significa questo due o tre per cento che ossessionano tutto il mondo, da Nord a Sud da Est a Ovest?

Il mondo è convinto che si trova in una terribile crisi. Ma il mondo è sempre stato in crisi. Ora la crisi è definita come mondiale perché (1) avanza e colpisce l’economia dei più ricchi; (2) il semplificato paradigma dello sviluppo ha diffuso la propria isteria al resto del mondo, contribuendo a darle legittimità. Ma negli Stati Uniti le persone continuano ad innondare i negozi e i ristoranti e i loro tagli non implicano mai la fame, sebbene siano in una situazione di gravità in cui milioni di lavoratori si trovano senza lavoro. Nei nostri paesi periferici una crisi significa bambini per la strada a chiedere elemosina. Negli Stati Uniti vuol dire consumatori che consumano un po’ meno mentre aspettano il prossimo ticket del governo.

Per uscire da questa “crisi”, gli specialisti si strizzano il cervello e la soluzione risulta sempre la stessa: aumentare il consumo. Ironicamente, aumentare il consumo prestando alla gente comune il suo stesso denaro attraverso le grandi banche private che ricevono l’aiuto salvifico del governo. Non si tratta solo di salvare alcune banche, ma, soprattutto, di salvare una ideologia e una cultura che da sole non sopravviverebbero se non ricevessero frequenti iniezioni ad hoc: stimoli finanziari, guerre che promuovono l’industria e controllano la partecipazione popolare, droghe e diversioni che stimolano, tranquillizzano e anestetizzano in nome di un bene comune.

Usciremo veramente dalla crisi quando il mondo ricomincerà una crescita del cinque per cento attraverso lo stimolo del consumo nei paesi ricchi? Non staremo preparando la prossima crisi?, una crisi reale –umana ed ecologica- e non una crisi artificiale come quella che subiamo oggi? Quando ci renderemo conto che questa non è veramente una crisi ma solo un’avvertenza, ovvero una opportunità per cambiare le nostre abitudini?

Ogni giorno rappresenta una crisi perchè ogni giorno scegliamo un percorso. Ma ci sono crisi che sono una lunga via crucis e altre che sono critiche perchè, sia per gli oppressi che per gli oppressori comportano una doppia possibilità: la conferma di un sistema o il suo annichilimento. Finora la prima ha prevalso sul secondo per mancanza di alternative. Ma non bisogna mai sottostimare la storia. Nessuno avrebbe mai pensato ad una alternativa al feudalesimo medioevale o al sistema schiavista. O quasi nessuno. La storia degli ultimi millenni dimostra che gli utopici l’avevano previsto con una precisione esagerata. Ma, come ai giorni nostri, gli utopici hanno sempre goduto di una cattiva fama. Perchè sono la denigrazione e il discredito le forme che ciascun sistema dominante ha sempre avuto per evitare la proliferazione di gente con troppa immaginazione.

di Jorge Majfud

Lincoln University

Febbraio 2009

Traduzione di Ruggero Fornoni

Niemals darf die Geschichte unterschätzt werden

Krise der Reichen, Kreuzweg für die Armen


Jorge Majfud

Übersetzt von  Isolda Bohler

Die Evolutionstheorien nehmen nach Darwin eine Dynamik von Meinungsverschiedenheiten an. Zwei Arten können von einer gemeinsamen abstammen; immer wieder können diese Variationen allmählich oder abrupt verschwinden, aber niemals werden sich zwei Spezies zu einer vereinigen. Es gibt nur innerhalb der gleichen Spezies Artenmischung. Auf die Dauer gesehen sind die Henne und ein Mensch weitläufig verwandt, Nachkommen von irgendeinem Reptil und jeder von ihnen bedeutet eine erfolgreiche Antwort des Lebens im Kampf um sein Überleben.

Das heißt, die Vielfalt ist eine Form, in der sich das Leben entfaltet und sich an die verschiedenen Umweltbedingungen anpasst. Vielfalt und Leben sind für die Biosphäre Synonyme. Die lebenswichtigen Prozesse neigen zur Verschiedenartigkeit, aber sie sind gleichzeitig der Ausdruck einer Einheit, der Biosphäre. Gaia, die Überfülle des Lebens im permanenten Kampf um ihre eigenes Wunder in einer feindlichen Umgebung zu überleben.

Aus dem selben Grund ist die kulturelle Vielfalt eine Bedingung für das Leben der Menschheit. Das heißt, obwohl es ein ausreichender Grund wäre, begrenzt sich die Verschiedenartigkeit nicht nur darauf, uns vor der Langeweile der Monotonie zu bewahren, sondern sie ist außerdem Teil von unserem vitalen Überleben als Menschheit.

Trotzdem waren wir, die Menschen, die einzige Art, die den natürlichen und diskreten Verlust von Arten durch eine künstliche und bedrohliche Ausrottung ersetzt hat, durch die industrielle Verwüstung und durch die Umweltverschmutzung des Konsumdenkens. Jene, die wir einen möglichen, wenngleich nicht unvermeidlichen „Fortschritt in der Geschichte“ aufrechterhalten, der auf der Kenntnis und der Ausübung von Gleichheit – Freiheit basiert, können sehen, dass die Menschheit, die sich so viele Male aus eigenem Verschulden in der Gefahr des Aussterbens befand, einiges an Fortschritten erreichte, die ihr zu überleben und mit ihrer wachsenden Muskelkraft zusammenzuleben erlaubten. Und obgleich dies so ist, haben wir nichts Gutes dem Rest der Natur hinzugefügt. In vielen Aspekten haben wir uns vielleicht in diesem natürlichen Prozess der Prüfung und des Irrtums zurückentwickelt oder unsere Irrtümer sind zu großen Gefahren geworden.

Der Konsumzwang ist einer dieser Fehler. Dieser unersättliche Appetit hat nichts oder wenig mit dem Fortschritt auf eine mögliche oder noch unwahrscheinliche Ära ohne Hunger, post-Mangel, zu tun, sondern mit der primitivsten Ära der Gefräßigkeit und der Habsucht. Wir können nicht einmal sagen, aus einem tierischen Instinkt heraus, denn die Löwen monopolisieren weder die Savanne, noch praktizieren sie die systematische Ausrottung ihrer Opfer und sogar die Schweine fressen sich manchmal satt.

Die Kultur des Konsumdenkens irrte sich in verschiedenen Aspekten. Zuerst widersprach sie der zuvor aufgezeigten Bedingung, ging über die kulturellen Verschiedenheiten hinweg, indem sie die durch ihren universellen Schund ersetzte oder eine Pseudovielfalt schuf, mit der sich ein japanischer Arbeiter oder eine deutsche Büroangestellte zwei Tage an peruanischem Kunsthandwerk, hergestellt in China, erfreuen kann oder fünf Tage an den schönsten aus Taiwan importierten venezianischen Vorhängen, ehe sie durch den Gebrauch zerreißen. Zweitens, weil sie auch mit ihren unbegrenzten Extraktionen und ihren Rückgaben in Form von umweltbelastendem „unsterblichem“ Müll das ökologische Gleichgewicht bedrohten.

Konkrete Beispiele können wir in unserer Umgebung beobachten. Wir könnten sagen, es ist ein Glück, dass sich ein Arbeiter an den Bequemlichkeiten erfreuen kann, die früher nur für die obere Klasse reserviert waren, den unproduktiven Klassen, der Konsumentenklasse. Aber dieser Konsum – durch kulturellen und ideologischen Druck irregeführt – ist oft zum Zweck der Arbeit des Arbeiters und zu einem Wirtschaftsinstrument geworden. Was logischerweise bedeutet, dass sich das Individuum – Werkzeug in ein Mittel der Wirtschaft als Individuum – Kosument verwandelte.

In fast allen entwickelten Ländern oder in solchen, auf dem Weg zu diesem „Entwicklungsmodell“, sind die Möbel, die die Märkte überfluten, dafür gedacht, wenige Jahre zu halten. Oder wenige Monate. Sie sind hübsch, schön anzuschauen, wie fast alles in der Kultur des Konsums; wenn wir sie aber genau betrachten, bekommen sie Kratzer, verlieren eine Schraube oder verziehen sie sich. Jetzt kommen mir jene Sorgen meiner Familie von Schreinern, das Design eines Stuhles zu verbessern, damit der hundert Jahre halten konnte, fremd und sonderbar vor. Aber die neuen Wegwerfmöbel beunruhigen die Mehrheit nicht, denn wir wissen, dass sie wenig Geld kosteten und wir in zwei oder drei Jahren neue kaufen werden, was nebenbei mehr Abwechslung in unsere Häuser und Büros bringt, sie interessanter macht und v.a. kurbeln sie die Weltwirtschaft an. Gemäß der zur Zeit laufenden Theorie hilft das, was wir hier wegwerfen, der industriellen Entwicklung in einem armen Land. Deshalb handeln wir gut, denn wir sind Konsumenten.

Aber diese Möbel, auch die billigsten, konsumierten Bäume, verbrannten Brennstoffe im Laufe ihrer Reise von China oder von Malaysia. Die Logik von „nach Gebrauch wegwerfen“, die für eine Plastikspritze das vernünftigste ist, wird zu einem notwendigen Gesetz für den  wirtschaftlichen Anreiz und zum Erhalt des BSP durch ständiges Wachstum, mit ihren jeweiligen Krisen und Phobien, wenn ihr Fallen eine Rezession von zwei % hervorruft. Um aus ihr herauszukommen, muss die Droge erhöht werden. Nur die USA beispielsweise bestimmen zwei Billionen Dollar, damit ihre Bewohner wieder konsumieren, wieder Geld ausgeben, um aus der Verrücktheit der Rezession herauszukommen und so kann sich die Welt weiter drehen, konsumierend und wegwerfend.

Aber diese Abfälle, auch wenn sie noch so billig sind, – der Konsumzwang basiert auf billigen Wegwerf- Handelswaren, die fast das Recycling von dauerhaften Produkten unerreichbar machen – bestehen aus Stücken von Holz, Plastik, Batterien, Eisenrohren, Schrauben, Glas und noch mehr Plastik. In den USA geht all dies und etwas mehr in den Müll – obgleich in dieser Zeit der aus falschen Gründen sogenannten „großen Krise“ – und in den armen Ländern, suchen die Armen in diesem Müll. Wer auf die Dauer den ganzen Müll konsumieren wird, ist die Natur, während die Menschheit weiterhin das Verändern ihrer  Gewohnheiten in der Schwebe hält, um zuerst aus der Rezession zu kommen und danach das Wirtschaftswachstum aufrechterhalten zu können,.

Aber was bedeutet „wirtschaftliches Wachstum“? Diese zwei oder drei %, die der ganzen Welt von Nord nach Süd und von Ost nach West keine Ruhe lassen?

Die Welt ist davon überzeugt, dass sie sich in einer schrecklichen Krise befindet. Aber die Welt befand sich immer in Krise. Jetzt wird sie als eine weltweite Krise definiert, denn (1) kommt sie von der Wirtschaft der Reichen und betrifft diese; (2) strahlte das vereinfachte Paradigma der Entwicklung seine Hysterie auf den Rest der Welt aus, ihr Legitimität entziehend. Aber in den USA überschwemmen die Leute weiterhin die Läden und die Restaurants und die Kürzungen erreichen nie den Hunger, sogar in der schweren Situation  von Millionen arbeitsloser Arbeiterinnen und Arbeiter. In unseren peripheren Ländern bedeutet eine Krise, Kinder auf der Straße, die um Almosen bitten. In den USA bedeutet sie, ein bisschen weniger konsumierende Konsumenten, während sie auf den nächsten Scheck der Regierung warten.

Die Spezialisten strengen ihr Gehirn an, wie aus dieser „Krise“ herauszukommen ist und die Lösung ist immer die gleiche: Der Konsum. Ironischerweise bedeutet den Konsum zu steigern, den gemeinen Leuten ihr eigenes Geld durch die großen Privatbanken zu leihen, denen die Regierung die rettende Hilfe zukommen lässt. Es handelt sich nicht nur um die Rettung einiger Banken, sondern v.a. um die Rettung einer Ideologie und einer Kultur, die nicht für sich allein überlebt, sondern nur aufgrund der häufigen ad hoc Injektionen: Finanzielle Anreize, Kriege, die die Industrie antreiben und die Teilnahme des Volks kontrollieren, Drogen und Vergnügungen, die im Namen des gemeinsamen Guten anregen, beruhigen und betäuben.

Sind wir wirklich aus der Krise gekommen, wenn die Welt wieder fünf % Wachstum mittels des Konsumanreizes in den reichen Ländern annimmt? Werden wir so nicht die nächste Krise vorbereiten, eine reale Krise – für die Menschen und die Ökologie – und keine künstliche Krise, wie die von heute? Werden wir wirklich merken, dass es tatsächlich keine Krise ist, sondern nur eine Warnung, d.h. eine Gelegenheit, unsere Gewohnheiten zu ändern?

Jeder Tag ist eine Krise, weil wir jeden Tag einen Weg wählen. Aber es gibt Krisen, die ein langer Leidensweg sind und andere, die Beurteilungen sind; denn sowohl für die Unterdrückten als auch für die Unterdrücker bedeuten sie eine doppelte Möglichkeit: Die Bestätigung eines Systems oder ihre Vernichtung. Bis jetzt war es die erste wegen des Fehlens von Alternativen für die zweite. Aber niemals sollte die Geschichte unterschätzt werden. Niemals hätte jemand eine Alternative zum mittelalterlichen Feudalismus oder zum Sklavensystem vorhergesehen. Oder fast niemand. Die Geschichte der letzten Jahrtausende zeigt, dass die Utopien sie mit übertriebener Genauigkeit vorherzusehen pflegten. Aber, wie auch heute, hatten die Utopisten einen schlechten Ruf. Da der Spott und die Herabsetzung die Form ist, die jedes herrschende System immer benutzte, um die Ausbreitung von Leuten mit zu viel Vorstellungskraft zu verhindern.

Jorge Majfud

Lincoln University

Crise pour les riches,

chemin de croix pour les pauvres

Auteur:  Jorge Majfud

Traduit par  Isabelle Rousselot, révisé par Fausto Giudice

Les théories de l’évolution post-Darwinienne supposent une dynamique de divergences. Deux espèces peuvent avoir pour origine une espèce commune ; de temps en temps, ces variations peuvent disparaître de façon progressive ou soudaine, mais deux espèces ne finissent jamais par confluer  en une seule. In n’y a de métissage possible qu’au sein de la même espèce. Sur la longue durée, la poule et l’ homme sont des parents éloignés, tous deux descendants d’un reptile et chacun d’eux offre une réponse réussie de la vie dans sa lutte pour la survie.

En d’autres mots, la diversité est la forme dans laquelle la vie se développe et s’adapte aux divers environnements et conditions. La diversité et la vie sont synonymes pour la biosphère. Les processus vitaux tendent à la diversité mais en même temps, ils sont l’expression d’une unité, la biosphère, Gaia, l’exubérance de la vie dans sa lutte permanente pour la survie de son propre miracle dans des environnements hostiles.

Pour la même raison, la diversité culturelle est une des conditions à la vie de l’humanité. C’est-à-dire, et bien que cela puisse être une raison suffisante, la diversité ne se borne pas seulement à éviter l’ennui de la monotonie mais elle prend part en plus, de façon primordiale, à notre survivance en tant qu’humanité.

Néanmoins, nous, les êtres humains, sommes la seule espèce à avoir remplacé la perte naturelle et discrète des espèces par une extermination artificielle et dangereuse, avec une dégradation industrielle et la pollution du consumérisme. Ceux d’entre nous qui soutiennent un « progrès de l’histoire » possible même s’il nest pas inévitable, fondé sur le savoir et sur l’exercice de l’égal-liberté, peuvent voir que l’humanité, qui se place si souvent, elle-même, en danger d’extinction, a réalisé certaines avancées qui lui ont permis de survivre et de coexister avec son pouvoir musculaire croissant. Et ceci même si nous n’avons rien rajouté de bon au reste de la nature. À bien des égards, peut-être avons-nous, dans ce processus naturel d’expériences, régressé ou nos erreurs sont –elles devenues, de façon exponentielle, plus dangereuses.

Le consumérisme est une de ces erreurs. Cet appétit insatiable n’a peu ou rien à voir avec l’évolution vers une époque sans famine, post-pénurie, possible bien que peu probable et a, au contraire, tout à voir avec une ère plus primitive de cupidité et de gloutonnerie. On ne peut pas parler d’un instinct animal car même les lions n’accaparent pas la savane ni ne pratiquent une extermination systématique de leurs victimes et même les cochons connaissent parfois la satiété.

La culture de la société de consommation s’est fourvoyée de plusieurs façons. Premièrement, elle a contredit la condition susmentionnée, traversant les diversités culturelles, les remplaçant par ses babioles universelles ou créant une pseudo-diversité où un ouvrier japonais ou un employé de bureau allemand peuvent profiter pendant deux jours d’un produit de l’artisanat péruvien traditionnel fabriqué en Chine, ou pendant cinq jours, de magnifiques rideaux vénitiens importés de Taïwan, avant qu’ils ne se délabrent et ne soient plus utilisables. Deuxièmement, car elle a aussi menacé l’équilibre écologique avec ses extractions illimitées et ses rejets sous la forme de déchets immortels.

Nous pouvons en observer des exemples concrets tout autour de nous. Nous pouvons dire que c’est une chance qu’un travailleur puisse bénéficier des produits qui étaient auparavant réservés aux classes supérieures, aux classes improductives, aux classes consommatrices. Pourtant, cette consommation – provoquée par la pression culturelle et idéologique – a souvent été transformée en finalité du travailleur et en un instrument de l’économie. Ce qui signifie logiquement que l’individu en tant qu’outil a été transformé en un moyen de l’économie en tant qu’individu-consommateur.

Dans pratiquement tous les pays développés, ou ceux qui suivent ce « modèle de développement », le mobilier qui envahit les marchés, n’est pas prévu pour durer plus de quelques années. Ou quelques mois. Les objets du mobilier sont jolis, ils paraissent beaux comme presque tout dans la culture de la consommation, mais si on les regarde de plus près, ils sont rayés, il leur manque une vis ou ils sont un peu de travers. La préoccupation de ma famille de menuisiers d’améliorer la conception d’une chaise afin qu’elle dure une centaine d’années, paraît aujourd’hui exotique. Mais le nouveau mobilier jetable ne nous inquiète pas trop car nous savons qu’il nous coûte peu et que, dans deux ou trois ans, nous allons acheter de nouvelles choses, qui apporteront du coup un nouvel intérêt et du changement dans la décoration de nos maisons et bureaux et surtout, qui stimuleront l’économie mondiale. Selon la théorie actuelle, ce que nous jetons aide le développement industriel de certains pays pauvres. Donc nous sommes bons car nous sommes des consommateurs.

Et pourtant, ces objets de mobilier, même les meilleur marché, ont consommé des arbres et brûlé du carburant pendant leur long voyage depuis la Chine ou la Malaisie. La logique du « jeter après usage » qui est plutôt raisonnable lorsqu’il s’agit de seringues en plastique, devient une loi nécessaire pour stimuler l’économie et maintenir la croissance perpétuelle du PIB, avec les crises et les phobies qui l’accompagnent à chaque fois que sa chute provoque une récession de 2 %. Afin d’échapper à la récession, il faut augmenter la dose de drogue. Les USA à eux seuls, par exemple, consacrent des milliards de dollars pour que leurs résidents puissent continuer à consommer, à dépenser afin d’échapper à la folie de la récession et ainsi permettre au monde de continuer à tourner, à consommer et à jeter.

Mais ces rebuts, aussi bon marché qu’ils soient – le consumérisme est basé sur une marchandise bon marché, jetable qui rend le recyclage des produits durables presque inabordable – comprennent des morceaux de bois, de plastique, des piles, des vis, du verre et plus de plastique. Aux USA, tout cela et plus encore va à la poubelle – même dans cette période de ce qu’on appelle la « grande crise » pour des raisons douteuses – et aux pays pauvres, les pauvres qui vont récupérer ces déchets. À long terme, celle qui se retrouve à consommer tous ces déchets est la nature, tandis que l’humanité continue à reporter à plus tard tout changement de ses habitudes afin de, d’abord, sortir de la récession et pour, plus tard, soutenir la croissance de l’économie.

Mais quelle est la signification de cette « croissance de l’économie » de 2 à 3 % qui obsède le monde entier, du nord au sud et d’est en ouest ?

Le monde est convaincu de se trouver dans une crise terrible. Mais le monde a toujours été en crise. Maintenant la crise est définie comme étant mondiale car 1) elle a pour origine et affecte l’économie des plus riches ; 2) le paradigme simplifié du développement a irradié son hystérie dans le reste du monde, sapant sa légitimité. Mais aux USA les gens continuent d’envahir les magasins et les restaurants et leurs restrictions n’entraînent jamais la faim, même dans les cas les plus graves où des millions de travailleurs se retrouvent sans emploi. Dans nos pays périphériques, une crise signifie que des enfants mendient dans les rues. Aux USA, cela signifie plutôt que les consommateurs consomment un peu moins en attendant le prochain chèque du gouvernement.

Afin de sortir de cette « crise », les experts se creusent la cervelle et arrivent toujours à la même solution : augmenter la consommation. Ironiquement, augmenter la consommation signifie prêter aux gens ordinaires leur propre argent à travers les grosses banques privées qui reçoivent de l’aide du gouvernement. Il ne s’agit pas seulement de sauver quelques banques mais, surtout, de sauver une idéologie et une culture qui ne peuvent pas survivre seules sans injections fréquentes et de circonstance : stimulant financier, guerres pour promouvoir l’industrie et contrôler la participation populaire, drogues et divertissements qui stimulent, calment et anesthésient au nom du bien commun.

Serons-nous vraiment sortis de la crise quand le monde sera revenu à un taux de croissance de  5 % à travers la stimulation de la consommation dans les pays riches ? N’allons-nous pas préparer le terrain pour la prochaine crise, une vraie crise cette fois – humaine et écologique – et non pas une crise artificielle comme celle que nous traversons maintenant ? Allons-nous enfin réaliser que celle-ci n’est pas une vraie crise mais juste un avertissement, c’est à dire, une occasion de changer nos habitudes ?

Chaque jour est une crise car chaque jour nous choisissons une voie.  Mais il y a des crises qui sont un long chemin de croix et d’autres qui sont décisives car, pour l’opprimé comme pour l’oppresseur, elles offrent une alternative : la confirmation d’un système ou son annihilation. Pour l’instant, c’est la première possibilité qui se produit à cause d’un manque d’alternatives à la seconde. Mais on ne doit jamais sous-estimer l’histoire. Personne n’aurait pu prévoir une alternative au féodalisme médiéval ou au système de l’esclavage. Enfin, presque personne. L’histoire du dernier millénaire démontre que les utopistes prévoient généralement l’avenir avec une précision exagérée. Mais, et c’est toujours le cas aujourd’hui, les utopistes ont toujours eu mauvaise réputation. Car la dérision et la décrédibilisation sont la forme qu’utilisent les systèmes dominants pour éviter la prolifération des gens avec trop d’imagination.

Jorge Majfud

Lincoln University

Crisis for the Rich, Via Crucis for the Poor

Theories of evolution after Darwin assume a dynamic of divergences. Two species can derive from one in common; every now and then, these variations can disappear gradually or abruptly, but two species never end up flowing together into one. There is no mixing except within a given species. In the long view, a hen and a man are distant relatives, descendants of some reptile, and each one represents a successful response by life in its struggle for survival.

In other words, diversity is the form in which life expands and adapts to diverse environments and conditions. Diversity and life are synonymous for the biosphere. Vital processes tend toward diversity but at the same time they are the expression of a unity, the biosphere, Gaia, the exuberance of life in permanent struggle for the survival of its own miracle in hostile surroundings.

For the same reason, cultural diversity is a condition for the life of humanity. That is to say, and even though it might be motive enough in itself, diversity is not limited merely to avoiding the boredom of monotony but instead is, besides, part of our vital survival as humanity.

Nevertheless, we humans are the only species that has replaced the natural and discrete loss of species with an artificial and threatening extermination, with industrial depredation and with the pollution of consumerism. Those of us who insist on a possible though not inevitable “progress of history” based on knowledge and the exercise of equal-liberty, can see that humanity, so often placing itself in danger of extinction, has achieved some advances that have allowed it to survive and abide its growing muscular power. And even so, we have added nothing good to the rest of nature. In many respects, perhaps in that natural process of trial and error, we have regressed or our errors have become exponentially more dangerous.

Consumerism is one of those errors. That insatiable appetite has little or nothing to do with progress toward a possible and yet improbable post-scarcity, hunger-free era, and everything to do with the more primitive era of greed and gluttony. Let’s not say with an animal instinct, because not even lions monopolize the savanna or practice systematic extermination of their victims, and because even pigs are sated sometimes.

The culture of consumerism has erred in several ways. First, it has contradicted the aforementioned condition, passing over cultural diversities, substituting them for its universal trinkets or creating a pseudo-diversity where a Japanese laborer or German office worker can enjoy for two days a piece of traditional Peruvian craftwork made in China, or for five days the most beautiful Venetian curtains imported from Taiwan, before they fall apart from use. Second, because it also has threatened the ecological balance with its unlimited extractions and its returns in the form of immortal garbage.

We can observe concrete examples all around us. We might say that it is good fortune that a worker could enjoy commodities that previously were reserved only for the upper classes, the unproductive classes, the consumer classes. Nonetheless, that consumption – induced by cultural and ideological pressure – often has been turned into the very purpose of the worker and an instrument of the economy. Which logically means that the individual-as-tool has been turned into a means of the economy as individual-as-consumer.

In almost all of the developed countries, or those following that “model of development,” the furniture that invades the markets is intended to last only a few years. Or a few months. The furniture items are pretty, they look good just like almost everything in the culture of consumption, but if we look closely they are scratched, missing a screw or our out of square. That preoccupation of my family of carpenters with improving the design of a chair so that it might last a hundred years turns out to be exotic now. But the new disposable furniture does not worry us too much because we know that it costs little and that, in two or three years we are going to buy some more new stuff, which happens to provide more interest and variation in the decoration of our homes and offices and above all stimulates the world economy. According to the current theory, what we throw away here aids the industrial development of some poor country. Thus we are good, because we are consumers.

And yet, those furniture items, even the cheapest ones, have consumed trees and burned up fuel in their long journey from China or from Malaysia. The logic of “dispose of it after use,” which is most reasonable for a plastic syringe, becomes a necessary law for stimulating the economy and maintaining the perpetual growth of GDP, with its respective crises and phobias whenever its fall provokes a recession of two percent. In order to escape the recession one must increase the dosage of the drug. The United States alone, for example, dedicates billions of dollars so that its residents might continue to consume, to spend, in order to escape the madness of the recession and thus allow the world to continue to turn, consuming and discarding.

But those discards, as cheap as they may be – consumerism is based on cheap, disposable merchandise that makes the recycling of durable products almost inaccessible – possess bits of wood, plastic, batteries, steel pipe, screws, glass and more plastic. In the United States all of that and more goes into the garbage – even in this time of what is called “great crisis” for the wrong reasons – and in the poor countries, the poor go out looking for that garbage. Over the long term, the one who ends up consuming all the garbage is nature, while humanity continues to suspend its changes of habit in order to get out of the recession first and in order to sustain the growth of the economy later.

But what is the meaning of “growth of the economy,” that two or three per cent with which the whole world is obsessed, from North to South and East to West?

The world is convinced that it finds itself in a terrible crisis. But the world was already in crisis. Now the crisis is defined as worldwide because 1) it proceeds from and affects the economy of the wealthiest; 2) the simplified paradigm of development has radiated its hysteria out to the rest of the world, undermining its legitimacy. But in the United States people are still flooding the stores and restaurants and their cut backs never involve hunger, even in the gravest cases of the millions of workers without jobs. In our peripheral countries a crisis means children begging in the streets. In the United States it tends to mean consumers consuming a little less while they await the next government check.

In order to get out of that “crisis,” the experts squeeze their brains and the solution is always the same: increase consumption. Ironically, increasing consumption by lending regular people their own money through the big private banks that receive rescue aid from the government. It’s not only a matter of saving a few banks, but, above all, of saving an ideology and culture that cannot survive on their own without frequent ad hoc injections: financial stimulus, wars that promote industry and control popular participation, drugs and entertainment that stimulate, tranquilize and anaesthetize in the name of the common good.

Will we have really emerged from the crisis when the world returns to a five percent growth rate through the stimulation of consumption in the wealthy countries? Will we not be laying the ground for the next crisis, a real – human and ecological – crisis and not an artificial crisis like the one we have now? Will we truly realize that this one is not truly a crisis but just a warning, which is to say, an opportunity for changing our habits?

Every day is a crisis because every day we choose a road. But there are crises that are a long via crucis and others that are critical because, for oppressed and oppressors alike, it means a double possibility: the confirmation of a system or its annihilation. So far it has been the first because of a lack of alternatives to the second. But one must never underestimate history. Nobody could have ever foreseen an alternative to medieval feudalism or to the system of slavery. Or almost nobody. The history of the most recent millennia demonstrates that utopians usually foresee the future with an exaggerated precision. But like today, the utopians have always had a bad reputation. Because mockery and disrepute are the form that every dominant system has always used to avoid the proliferation of people with too much imagination.

Dr. Jorge Majfud

Febrero, 2009

Lincoln University

Translated by

Dr. Bruce Campbell

St. John’s University