Desde Shakespeare y Cervantes, cada vez que muere un gran escritor al poco tiempo muere otro. Y no sé por qué, pero casi todos se van en abril. Si hago una revisión de memoria de alguno de mis escritores de respeto, entre ellos están, aparte de aquellos clásicos del renacimiento que murieron una misma semana de abril de 1616, Alejo Carpentier, Cesar Vallejo, Roa Bastos, Jean-Paul Sartre, Octavio Paz, Ernesto Sábato y tantos otros. Algunos, como Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti, Carlos Fuentes y Mario Benedetti esperaron hasta mayo. Hoy, o ayer, también a mediados de abril se fueron Gunter Grass y Eduardo Galeano.