Como escritor de ensayos no tengo problemas escribiendo sobre fascistas.
Como escritor de ficción (la exportación más profunda sobre la naturaleza humana, cuando no se trata sólo de vender libros) he escrito novelas desde la voz narrativa de una mujer y de individuos extraños, alejados años luz de mis valores morales.
Pero todavía tengo dificultades para ponerme en la piel de alguien que se cree superior por haber nacido en un país X, por el color de su piel y por el perfil de su nariz.

Confesión
JM, marzo 2021