Mes: septiembre 2011
Escritura y civilización

Código de Hammurabi
La civilización de la escritura
La invención de la escritura (3.500 a. C.) no solo posibilitó el registro de datos; también provocó una revolución metafísica, difícil de igualar por cualquier otro invento: el tiempo mitológico fue reemplazado por otro “histórico”, y con ello todo un mundo se derrumbó para dejar paso a otro.
No es cierto de que con la escritura comenzó el registro de las acciones humanas. Mucho antes las creaturas conservaban su pasado en un tipo de memoria colectiva, transmitida de forma oral. Para su conservación, este tipo de memoria implicaba una perpetua repetición y en este tránsito los registros sufrían modificaciones. Sabemos que estos cambios no eran arbitrarios y que se producían en beneficio de cierto arquetipo: el mito. Como lo mostró el rumano Mircea Elide, las culturas arcaicas no soportaban la historia; la anulaban traduciendo los hechos reales en arquetipos mediante la repetición. Incluso en nuestro tiempo, un acontecimiento concreto no persiste dos siglos en la memoria colectiva sin perder su particularidad histórica, tiempo que deberíamos reducir a unos pocos años si consideramos los grandes ídolos populares del siglo XX. La mentalidad arcaica solo conserva lo general y echa al olvido los datos particulares. Esa costumbre de la mente humana está aún entre nosotros. En su Historia de la eternidad, J. L. Borges, libre de las supersticiones de la modernidad, olvidando o contradiciendo el existencialismo de la época, observó: “Lo genérico puede ser más intenso que lo concreto”. Acababa de analizar el platonismo y recordaba: “De chico, veraneando en el norte de la provincia, la llanura redonda y los hombres que mateaban en la cocina me interesaron, pero mi felicidad fue terrible cuando supe que ese redondel era pampa y esos varones gauchos”.
Así como en diferentes culturas encontramos las mismas pirámides, también encontramos el relato de la Creación como las diferentes versiones de una misma historia. La memoria oral, imprecisa y fugaz, recurría al arquetipo, a la estructura “natural” de las primeras culturas. La invención de la escritura supuso un largo proceso y sus consecuencias no fueron tan inmediatas como las que provocó Edison con cualquiera de sus juguetes. Los antiguos mitos y, sobre todo, la conducta mitológica de la mente arcaica se conservaron en las novedosas tablas de arcilla de Sumeria y en los papiros de Egipto. Pero desde entonces el tiempo dejó de ser circular e impreciso. Los hechos individuales comenzaron a ser ordenados según su orden de precedencia. Los semidioses e intelectuales del Nilo ampliaron y elevaron la antigua obsesión de conservar el cuerpo de sus muertos: mejor, comenzaron a conservar sus memorias; hazañas, desdichas, historias familiares e historias del imperio. Más al oriente, Sargón y Hammurabi se sumergieron en las profundidades del tiempo, pero ya no dejaron de ser hombres concretos, los autores de leyes y victorias en el campo de batalla. El olvido ya no era posible y ellos, que no querían ser olvidados como sus vecinos hindúes, se ocuparon en anotar hechos, fechas y nombres.
Cuando Hegel describió el espíritu indiano (hedonista, sensual y onírico), lo que hizo fue describir las propias fantasías europeas sobre aquel país exótico de donde provenían los más intensos aromas, no el espíritu hindú. Pero advirtió una característica significativa: los hindúes carecían de las preocupaciones historiográficas de otras naciones. Con frecuencia los describe como desproporcionados mentirosos. “Los indios —escribió— no pueden comprender nada semejante a lo que el Antiguo Testamento refiere de los patriarcas. La inverosimilitud, la imposibilidad no existen para ellos”. Luego recuerda que, según la memoria hindú, existieron reyes que gobernaron miles de años. Cuenta, por ejemplo, que el reinado de Wikramâdiya fue un momento glorioso en la historia de India. Pero también se supo que hubo ocho o nueve reyes con este mismo nombre en un periodo de 1500 años. Inverosímil, se lo atribuye a un defecto de la numeración decimal que toma fracciones por números enteros. Señor, a cualquier pueblo se le puede atribuir este desliz matemático, menos a los inventores del cero. Bueno, pero Hegel hizo otras observaciones importantes: los hindúes, que alcanzaron gran fama en literatura, álgebra, geometría, astronomía y gramática, descuidaron por completo la historia. La mayor parte de lo que se conocía de la historia india en tiempos de Hegel había sido escrita por extranjeros.
Este desinterés por la historia de los hindúes se explica por su propia concepción del tiempo: profundamente mitológico, circular como el samsara. Porque en India, aún hoy, la realidad más concreta está vista a través de la doctrina de los ciclos cósmicos que lleva a las almas a transmigrar y al Universo a regenerarse eternamente, incluyendo en la misma rueda a las creaturas, a los dioses y a las piedras. “El hombre indio —observó Spengler— lo olvida todo. En cambio, el egipcio no podía olvidar nada. No ha habido nunca un arte indio del retrato, de la biografía in nuce. La plástica egipcia, en cambio, no conoció otro tema”. Hay que agregar otros ejemplos: la escultura idealista de la Grecia clásica y la escultura retratística de Roma. El primero, un pueblo mitológico; el otro, obsesivamente histórico.
El sánscrito es una de las lenguas más antiguas que se ha dado la Humanidad. En su uso y perfección maduró una poderosísima cultura, la india, mucho antes de la aparición del sánscrito escrito. El pueblo hebreo, en cambio, está marcado por la escritura, y ello se debe a que se formó y maduró (no antes del 1250 a. C.) sobre una poderosa tradición escrita; tanto si consideramos la tradición egipcia en Moisés como la civilización sumeria en Abraham.
Jorge Majfud
Octavio Paz
Una biografía
Entrevista de Soler Serrano
…oigo las voces que yo pienso,
las voces que me piensan al pensarlas.
Soy la sombra que arrojan mis palabras.
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voy detrás del murmullo,
pasos dentro de mí, oídos con los ojos,
el murmullo es mental, yo soy mis pasos,
oigo las voces que yo pienso,
las voces que me piensan al pensarlas.
Soy la sombra que arrojan mis palabras».México y Cambridge, Mass,
del 9 de septiembre al 27 de diciembre de 1974.De: Pasado en claro
Octavio Paz
Practicing life
Practicing life
By Jorge Majfud
Translated by John Catalinotto. John Jay College, New York.
Not a few times I’ve heard that the disadvantage of learning a new language is that if it isn’t used, it is lost. This is technically inaccurate, since losing the ability to use knowledge does not necessarily mean that one has forgotten everything or all that is needed. In fact, the same thing happens with our own mother tongue. In our memory there are tens of thousands of words (you can check by opening a dictionary), but we use just a tiny fraction. This is just one example, since the problem is rooted not in quantity but in quality. According to some studies conducted with students in my home country, new generations of students use only 500 words, which is contradictory considering the new written media in the digital age. Contradictory, but not inexplicable: you cannot emerge unscathed from having mastered the ability to manage emoticons and other forms of intellectual poverty and laziness, so characteristic of the «click» culture.
Sure, you have to respect the changes of the new generations; a generation that doesn’t change is a lost generation. But neither can you cozy up to the younger generation, in a complicit and cowardly manner, while neglecting to point out all they have inadvertently lost because they probably never encountered it. At least until it is shown that the one old habit of reading 300 pages of antiquities (on paper, why not?) by some genius of history is a futile and anachronistic exercise. Then all worldly power will remain concentrated in the hands of those few who come from top universities, redoubts and bastions of the «old» literacy, while the rest will be limited to another traditional role: their function as consumers of novelties.
The old catchphrase of «a picture is worth a thousand words» is far more popular but no less true than its opposite: «a word is worth a thousand pictures,» and not only for abstract thought and the most profound emotions. We also see it every day in the media: images, with the false aura of objectivity, are almost always slaves of the text accompanying them, of the speech that says who is the base and who is noble in that war, in that street brawl, among those children dying of hunger. In these cases, what is bizarre is to hear: «The images speak for themselves.»
Learning is often a pleasure, but any serious learning involves a great effort. If it were not, the world would be almost perfect and no title, no recognition and probably no skill would have any social value, like a medal in an Olympic tournament that is valued for its selective discrimination. Of course not all knowledge and all skills mean a breakthrough for humanity. For example, stupidity is not innate. No one will find a stupid child two years old. That is, stupidity is also a skill that is acquired after a careful training.
Languages, then, are not the only example of something that requires care to grow and maintain itself. In the same way you learn any subject, including those that require physical training, you also can lose many skills and much knowledge when you don’t use them. The muscles of a bodybuilder deflate much more quickly than the exotic words we learn in a sightseeing trip.
I studied mathematics for many years in formal education in my country and for a few semesters I even taught math (at a time when, not without contradiction, my main job was to solve practical problems in construction projects) before leaving all of this for literature. Sure, to leave is also an imprecise verb. Everything is still there. However, my ability to solve differential or integral equations, which at one point in my life was a fascinating exercise, has significantly diminished. One day I started to refresh some of that know-how and I realized, not without difficulty, that the high-walled city had not disappeared, it was somewhere in my memory, but a little bit buried, or maybe more so. Or maybe that this ability that formerly served to solve the equations or structural calculations that computers now do, is dedicated now to influencing my life in some other unsuspected form.
Either way, we know that the same thing happens to an athlete. The brain is, after all, a muscle, a greasy muscle that consumes almost one third of the total body oxygen. We do not know if it’s there that the spirit, the soul and all emotional activity lie, along with the intellect, but it is surely the central station of all these life experiences.
The game of profit and loss also occurs with the most complex feelings and emotions and with the most basic and elemental ones like love and hate, sadness and happiness.
Once a teacher friend in the United States saw that I was worried and when I told him my vague reasons (the world, my own uncertainties about the future) he warned me about the following: you always have problems and, of course, it’s best to take them seriously and solve them. For a problem there is nothing better than a solution. But then, if you live in a constant state of worry or unhappiness, even when you’ve solved those problems that were troubling you, you will fail to notice what has been done or, worse, you will be unable to be reasonably happy, because you will have lost the training or wisdom needed to reach that state. You learn to be unhappy and then, as with a mother-tongue, it is more difficult to lose that perspective. Still, no learning is irreversible.
If you do not practice certain feelings, you lose them. It is possible to recover them, however. Sure, it is easier to understand this intellectually than to do it. But understanding is almost always the first step.
Keeping memory (and now also intelligence) in hand, is not something that will go unnoticed by the intellectual muscle, just as it would not pass unnoticed if a tennis champion should replace the traditional court and racket with a PlayStation. While universities manage robots that look more and more like human beings, not only for their intelligence but now also for their ability to express and react to emotions, our habits as consumers are making us more and more similar to the robots.
That is, not only are the unused language skills being lost, the basic skills that make us human beings face the same fate. In the first case it is obvious because there’s always a language from which to observe the loss, in the other it’s not so obvious, because once you lose the human condition you can no longer notice it, just as a robot cannot really see that it really is not a human being, no matter what it says, thinks or feels.
Jorge Majfud
majfud.org
Antonio Machado
Francisco Franco
«Desfile de la victoria», 1939.
Franco, en el patio del Banco de España, dirigido a los jefes y oficiales del ejército (año XXXVII). Franco resume su desprecio a las ideas liberales y de la Ilustración: “Nosotros debemos ahora derribar la frivolidad de un siglo y desterrar hasta los últimos vestigios del fatal espíritu de la enciclopedia”.
Oliver Law
Oliver Law
El comandante afroamericano de la Brigada Lincoln en la Guerra Civil de España (1936-1936)
Oliver Law (1899 -9 de julio, 1937) fue un afroamericano comunista, sindicalista, y activista social, que luchó con el Batallón Lincoln, en la Guerra Civil Española.
Nacido en Texas, sirvió en el ejército durante la Primera Guerra Mundial, luego se trasladó a Chicago, donde desempeñó varios trabajos. Se unió al Partido comunista de los Estados Unidos en 1929, durante la Grán Depresión, en la que se quedó en paro, convirtiéndose en un importante activista.
Fuertemente opuesto al fascismo, lideró manifestaciones contra la ocupación italiana de Etiopía, en 1936 zarpó a España, desde Nueva York, para unirse a las fuerzas que lucharon contra los nacionales, a pesar de la prohibición del gobierno norteamericano. Era un destacado soldado con una considerable experiencia militar, sirvió en una compañía de ametralladoras y pronto se convirtió en comandante del batallón. Fue el primer afroamericano que comandó a tropas de estadounidenses blancos en la historia.
En 1936 Law se unió al Batallón Lincoln, una unidad de voluntarios estadounidenses que luchó en favor del gobierno del Frente Popular.
Después del fracaso de la toma de Madrid mediante batalla frontal, Franco ordenó cortar la carretera que unía Madrid con el resto del territorio Republicano. 40.000 hombres del bando Nacionalista, cruzaron el rio Jarama el 11 de febrero de 1937. El general José Miaja envió tres Brigadas Internacionales al valle del Jarama para bloquear el avance. La buena actuación de Law en la batalla le permitió promocionar a comandante de la compañía de ametralladoras. Unas semanas más tarde fue nombrado comandante del batallón.
El 6 de julio, el gobierno republicano lanzó una gran ofensiva en un intento de mitigar la ofensiva sobre Madrid. El general Vicente Rojo envió al Ejército Republicano a Brunete, desafiando el control Nacionalista del oeste de la capital. Luchando durante el cálido verano, las Brigadas Internacionales sufrieron muchas bajas. Law merecería aquellos galones, dirigía a sus hombres encabezando los ataques, murió en combate el 9 de julio durante un ataque en el Cerro del Mosquito, siendo alcanzado por un mortero en la batalla de Brunete.
Estos hombres hicieron cuanto estuvo en su mano, pero en su mayoría no eran militares profesionales. Ahora bien, la experiencia y el entrenamiento que les faltaba lo compensaban con su fe, su pasión y su ánimo. No estaban luchando por ellos mismos, ni tampoco por dinero. Estaban luchando por hondas convicciones. Y por eso es por lo que estaban dispuestos a morir.
Eslanda Robeson Diary
Eslanda Goode Robeson’s diary excerpt of Oliver Law’s story, as told by «K»
As we drove along, K. [accompanying soldier] got talking and told us the story of Oliver Law. It seems he was a Negro – about 33 – who was a former Army man fromChicago. He had risen to be a corporal in the U.S. Army. Quiet, dark brown, dignified, strongly built. All the men liked him. He began here as a corporal, soon rose to sergeant, lieutenant, captain and finally was commander of the Battalion – the Lincoln-Washington Battalion. K. said warmly that many officers and men here inSpainconsidered him the best battalion commander inSpain. The men all liked him, trusted him, respected him and served him with confidence and willingly.
K. tells of an incident when the battalion was visited by an old Colonel, Southern, of the U.S. Army. He said to Law – «Er, I see you are in a Captain’s uniform?» Law replied with dignity, «Yes, I am, because I am a Captain. In America, in your army, I could only rise as high as corporal, but here people feel differently about race and I can rise according to my worth, not according to my color!» Whereupon the Colonel hemmed and hawed and finally came out with: «I’m sure your people must be proud of you, my boy.» «Yes,» said Law. «I’m sure they are!»
K. says that Law rose from rank to rank on sheer merit. He kept up the morale of his men. He always had a big smile when they won their objectives and an encouraging smile when they lost. He never said very much.
Law led his men in charge after charge at Brunete, and was finally wounded seriously by a sniper. K. brought him in from the field and loaded him onto a stretcher when he found how seriously wounded he was. K. and another soldier were carrying him up the hill to the first aid camp.
On the way up the hill another sniper shot Law, on the stretcher; the sniper’s bullet landed in his groin and he began to lose blood rapidly. The did what they could to stop the blood, hurriedly putting down the stretcher. But in a few minutes the loss of blood was so great that Law died.
«Journey Into Spain» Eslanda Goode Robeson, January 31, 1938.
From Alvah Bessie’s The Heart of Spain (New York, VALB, 1952), p. 248.
Oliver Law was born in Texas in 1899. He served in the United States Army during the First World War. After six years in the forces he left to work in a cement factory. He later moved to Chicago where he drove a taxi, worked as a stevedore and ran a small restaurant.
During the Great Depression Law joined the Communist Party and became active in the unemployment movement. This included the organization of the International Unemployment Day demonstration on 6th March 1930. During the demonstration Law, Joe Dallet, Steve Nelson and eleven other activists were arrested and badly beaten by the police. Two weeks after the beatings Law had recovered sufficiently to march with 75,000 demonstrators to demand unemployment insurance.
Law also helped to organize mass protests against Benito Mussolini and the Italian invasion of Ethiopia.
In 1936 Law joined the Abraham Lincoln Battalion, a unit that volunteered to fight for the Popular Front government during the Spanish Civil War. Law arrived in Spain in January 1937 and joined the otherInternational Brigades atAlbacete.
After failing to take Madrid by frontal assault General Francisco Franco gave orders for the road that linked the city to the rest of Republican Spain to be cut. A Nationalist force of 40,000 men, including men from theArmy of Africa, crossed the Jarama River on 11th February, 1937.
General José Miaja sent three International Brigades to theJaramaValley to block the advance. Law first saw action on 27th February. He performed so well in the battle he was promoted to commander of the machine-gun company. A few weeks later he became battalion commander. It was the first time in American history that an integrated military force was led by an African-American officer.
On 6th July 1937, the Popular Front government launched a major offensive in an attempt to relieve the threat to Madrid. General Vicente Rojo sent the Republican Army to Brunete, challenging Nationalist control of the western approaches to the capital. The 80,000 Republican soldiers made good early progress but they were brought to a halt when General Francisco Franco brought up his reserves.
Fighting in hot summer weather, the Internationals suffered heavy losses. Oliver Law was killed on 9th July when he was leading his men in an attack against Mosquito Ridge.
Paul Robeson speaking to members of the
Abraham Lincoln Battalion in Madrid in 1938.
After the war, an anti-Communist, William Herrick, claimed that Law had been murdered by his own men who objected to being led by a black man. This claim has been dismissed by Harry Fisher, the battalion runner, who took part in the offensive: «He was the first man over the top. He was in the furthest position when he was hit by a fascist bullet in the chest.» David Smith, the medic who attempted to staunch the bleeding with a coagulant, also confirmed that he had been killed by the Nationalists.
Paul Robeson attempted to get a film made on the life of Law. Robeson later complained «the same money interests that block every effort to helpSpain, control the Motion Picture industry, and so refuse to allow such a story.»
Spanish Civil War
Light Speed May Have Been Exceeded By Subatomic Particle
CERN: Light Speed May Have Been Exceeded By Subatomic Particle
GENEVA — One of the very pillars of physics and Einstein’s theory of relativity – that nothing can go faster than the speed of light – was rocked Thursday by new findings from one of the world’s foremost laboratories.
European researchers said they clocked an oddball type of subatomic particle called a neutrino going faster than the 186,282 miles per second that has long been considered the cosmic speed limit.
The claim was met with skepticism, with one outside physicist calling it the equivalent of saying you have a flying carpet. In fact, the researchers themselves are not ready to proclaim a discovery and are asking other physicists to independently try to verify their findings.
«The feeling that most people have is this can’t be right, this can’t be real,» said James Gillies, a spokesman for the European Organization for Nuclear Research, or CERN, which provided the particle accelerator that sent neutrinos on their breakneck 454-mile trip underground from Geneva to Italy.
Going faster than light is something that is just not supposed to happen according to Einstein’s 1905 special theory of relativity – the one made famous by the equation E equals mc2. But no one is rushing out to rewrite the science books just yet.
It is «a revolutionary discovery if confirmed,» said Indiana University theoretical physicist Alan Kostelecky, who has worked on this concept for a quarter of a century.
Stephen Parke, who is head theoretician at the Fermilab near Chicago and was not part of the research, said: «It’s a shock. It’s going to cause us problems, no doubt about that – if it’s true.»
Even if these results are confirmed, they won’t change at all the way we live or the way the world works. After all, these particles have presumably been speed demons for billions of years. But the finding will fundamentally alter our understanding of how the universe operates, physicists said.
Einstein’s special relativity theory, which says that energy equals mass times the speed of light squared, underlies «pretty much everything in modern physics,» said John Ellis, a theoretical physicist at CERN who was not involved in the experiment. «It has worked perfectly up until now.»
France’s National Institute for Nuclear and Particle Physics Research collaborated with Italy’s Gran Sasso National Laboratory on the experiment at CERN.
CERN reported that a neutrino beam fired from a particle accelerator near Geneva to a lab 454 miles (730 kilometers) away in Italy traveled 60 nanoseconds faster than the speed of light. Scientists calculated the margin of error at just 10 nanoseconds. (A nanosecond is one-billionth of a second.)
Given the enormous implications of the find, the researchers spent months checking and rechecking their results to make sure there were no flaws in the experiment.
A team at Fermilab had similar faster-than-light results in 2007, but a large margin of error undercut its scientific significance.
If anything is going to throw a cosmic twist into Einstein’s theories, it’s not surprising that it’s the strange particles known as neutrinos. These are odd slivers of an atom that have confounded physicists for about 80 years.
The neutrino has almost no mass, comes in three different «flavors,» may have its own antiparticle and has been seen shifting from one flavor to another while shooting out from our sun, said physicist Phillip Schewe, communications director at the Joint Quantum Institute in Maryland.
Columbia University physicist Brian Greene, author of the book «Fabric of the Cosmos,» said neutrinos theoretically can travel at different speeds depending on how much energy they have. And some mysterious particles whose existence is still only theorized could be similarly speedy, he said.
Fermilab team spokeswoman Jenny Thomas, a physics professor at the University College of London, said there must be a «more mundane explanation» for the European findings. She said Fermilab’s experience showed how hard it is to measure accurately the distance, time and angles required for such a claim.
Nevertheless, Fermilab, which shoots neutrinos from Chicago to Minnesota, has already begun working to try to verify or knock down the new findings.
And that’s exactly what the team in Geneva wants.
Gillies told The Associated Press that the readings have so astounded researchers that «they are inviting the broader physics community to look at what they’ve done and really scrutinize it in great detail, and ideally for someone elsewhere in the world to repeat the measurements.»
Only two labs elsewhere in the world can try to replicate the work: Fermilab and a Japanese installation that has been slowed by the tsunami and earthquake. And Fermilab’s measuring systems aren’t nearly as precise as the Europeans’ and won’t be upgraded for a while, said Fermilab scientist Rob Plunkett.
Drew Baden, chairman of the physics department at the University of Maryland, said it is far more likely that the CERN findings are the result of measurement errors or some kind of fluke. Tracking neutrinos is very difficult, he said.
«This is ridiculous what they’re putting out,» Baden said. «Until this is verified by another group, it’s flying carpets. It’s cool, but …»
So if the neutrinos are pulling this fast one on Einstein, how can it happen?
Parke said there could be a cosmic shortcut through another dimension – physics theory is full of unseen dimensions – that allows the neutrinos to beat the speed of light.
Indiana’s Kostelecky theorizes that there are situations when the background is different in the universe, not perfectly symmetrical as Einstein says. Those changes in background may alter both the speed of light and the speed of neutrinos.
But that doesn’t mean Einstein’s theory is ready for the trash heap, he said.
«I don’t think you’re going to ever kill Einstein’s theory. You can’t. It works,» Kostelecky said. There are just times when an additional explanation is needed, he said.
If the European findings are correct, «this would change the idea of how the universe is put together,» Columbia’s Greene said. But he added: «I would bet just about everything I hold dear that this won’t hold up to scrutiny.»
(source>>)
La lengua de las mariposas
La casa de Bernarda Alba
[vimeo http://vimeo.com/10454912]
película completa
Lorca, muerte de un poeta >>
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La lengua de las mariposas
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El contexto histórico: RTVe
Francisco Franco
Franco y Hitler
arte urbano
Mind your step
«Mind your step» is a street illusion at Sergels torg in Stockholm between 7-12 June 2011. It is created by photographer Erik Johansson and this video summarize the first three days.
La elección
«Papá, tu esposa y yo nos vamos a separar»
Papá, tenemos que hablar. Sé que te resultará difícil lo que tengo que decirte pero también sé que aprenderás a aceptarlo con el tiempo…
Tu esposa y yo nos vamos a separar. Ambas vamos a formar nuevas familias. Tú vendrás conmigo y vivirás con Amalia. Amalia es la mamá que conocí en la guardería. ¿Recuerdas aquella señora de pelo negro que siempre iba con un niño rubio que usaba lentes? Bueno, es ella. No fue un amor a primera vista. Fue algo que se fue dando con el tiempo. No se cómo explicártelo. Sé que en este momento estarás pensando, “¿cómo es posible que una hija deje de querer a una madre para querer a otra?”. Pero hay cosas, sentimientos que tenemos los niños que un adulto no podría comprender jamás. Seguramente cuando seas un anciano logres comprenderlo. Los ancianos recuerdan mejor la infancia que el resto de sus vidas marcadas por la confusión y las fantasías propias de los adultos. Es por eso que te pido que no pretendas entenderlo todo. Solo acéptalo como es, ya que es una decisión tomada. Cuanto mas tardes, mas sufrirás.
Amalia tiene un hijo de cinco años, casi la misma edad que yo, por lo que estoy seguro que aprenderás a quererlo como mamá aprenderá a querer a la chica de Ignacio como si fuese yo misma.
Ya lo hemos hablado con tu esposa. A veces la relación de un hijo con alguno de sus padres no funciona y lo mejor, para evitar conflictos que hacen mal a los dos, es la separación.
Sabes que las cosas entre mamá y yo no iban bien desde hace un buen tiempo. Alguna vez, incluso, llegó a pegarme en las nalgas porque le eche el café en su computadora. Esa maldita computadora que destruyó nuestra relación de madre e hija. No la denuncié a la maestra de la escuela para no llevar las cosas a un extremo que podrían perjudicarla aun mas. Las nalgadas, esa reacción primitiva, propia de padres cavernícolas, sólo fueron la gota que colmaron el vaso. Resolvimos separarnos en bueno términos. Si, se que amas a tuesposa pero aprenderás a vivir sin ella y a querer a Amalia como quieres a mama. Podrás visitarla los fines de semana. ¿Qué pretendes? No hay una solución intermedia. Ni yo puedo vivir ya con tu esposa ni tú puedes vivir con ella y conmigo bajo el mismo techo. Imagina que ella deba cruzarse cada mañana con mi nueva madre y yo tenga ver a sus nuevos hijos abrazados a ella y llenándola de besos y ella felizmente realizada como madre. En el fondo, tampoco yo lo soportaría, por mas justo que sea.
No, tampoco es posible una tercer casa donde puedas vivir vos y mamá solos. Yo necesito a un padre y tú me necesitas también. Cuando yo cumpla dieciocho entonces sí, serás libre y podrás volver con mamá si quieres. Soy una niña todavía y tengo derecho a rehacer mi vida. Tu eres adulto, ya has vivido gran parte de tu vida, tienes experiencia y no te traumarás por este cambio. Aprenderás a aceptarlo con el tiempo.
También deberás a ser un padre comprensivo y juicioso. Amalia tiene sus defectos y virtudes, pero es una Buena mujer y una Buena madre. No es Buena en la cocina así que espero que aprendas a cocinar para los cuatro y cuando ella cocina tengas la delicadeza de elogiar su esfuerzo.
Yo sé que esto te toma un poco por sorpresa, aunque lo habrás adivinado desde hace algún tiempo. Sé que no es fácil tener que vivir y querer a otra madre como querías a tu esposa. No se trata de reemplazar tus sentimientos. Seguirás queriendo a tu esposa como siempre, solo que además deberás aprender a vivir con otra esposa y hacer tu mejor esfuerzo por quererla como yo la quiero.
Imagina que absurdo si hubiese sido tú, el padre, el que resolviera irse con otra mujer y yo, la niña, la que tuviese que enfrentar y adaptarme a un problema semejante, un problema de adultos, a un capricho de adultos? Yo tendría que querer a una nueva mamá que tú eligieras. Tal vez no lo soportaría, porque soy una niña muy pequeña. Pero tú eres un adulto y sabrás adaptarte. Obvio, eso pasaba en las sociedades salvajes de tus tatarabuelos, pero afortunadamente hoy los niños tenemos nuestros derechos conquistados. Ya no somos pequeños saquitos de lana dónde los adultos descargan todos sus caprichos y frustraciones. Ya me tocará a mí cuando sea adulta, proteger a mis niños de mis amores y desamores.
Yo sé que duele, que a tu corazón viejo le costará aceptarlo, pero no hay vuelta atrás. Tendrás que aprender a querer a Amalia como yo aprenderé a querer a Pablito como si fuese mi hermano. De hecho, va a ser mi hermano a partir de hoy. Ya verás que Amalia es una esposa encantadora…
Qué le vas a hacer, papá. No llores. La vida es así.
Jorge Majfud
La práctica vital
Practicing life (English)
La práctica vital
No pocas veces he escuchado que la desventaja de estudiar un nuevo idioma consiste en que si luego no se usa, se pierde. Esto es técnicamente impreciso, ya que perder la habilidad de usar un conocimiento no significa necesariamente que uno ha olvidado todo o lo necesario. De hecho, ocurre lo mismo con nuestra propia lengua materna. En nuestra memoria hay decenas de miles de palabras (podemos verificarlo con sólo abrir un diccionario), pero usamos apenas una fracción. Es sólo un ejemplo, ya que el problema no radica en las cantidades sino en la calidad. Según algunos estudios realizados con estudiantes de mi propio país de origen, las nuevas generaciones de estudiantes usan apenas quinientas palabras, lo cual resulta paradójico considerando los nuevos medios escritos de la Era digital. Paradójico, no inexplicable: no se puede salir ileso de tanta habilidad para el manejo de emoticones y otras pobrezas y perezas intelectuales, tan propia de la cultura del “clic”.
Claro, hay que respetar los cambios de las nuevas generaciones; generación que no cambia es generación perdida. Pero tampoco se puede adular a las nuevas generaciones dejando de señalarles, de forma cómplice y cobarde, todo lo que han perdido de forma inadvertida porque probablemente nunca lo conocieron. Al menos que se demuestre que sólo aquel hábito de leer antigüedades de trecientas paginas (de papel, ¿por qué no?) de algún genio de la historia, es un ejercicio inútil y anacrónico. Entonces el poder del mundo seguirá concentrado en las manos de aquellos pocos que salen de las mejores universidades, reductos y bastiones de la “antigua” cultura escrita, mientras el resto se limitará a otro rol tradicional: a su función de consumidores de novedades.
El viejo latiguillo de “una imagen vale por mil palabras” es harto más popular pero no menos cierto es su contrario: “una palabra vale por mil imágenes”. No sólo para el pensamiento abstracto y para las emociones más profundas. También lo vemos todos los días en la prensa: las imágenes, con esa falsa aureola de objetividad, son casi siempre esclavas del texto que las acompaña, del discurso que dice quién es el villano y quién el noble en esa guerra, en esa gresca callejera, en esos niños muriendo de hambre. En esos casos, qué grotesco resulta escuchar “las imágenes hablan por sí solas”.
Aprender suele ser un placer, pero cualquier aprendizaje serio implica un gran esfuerzo. Si no lo fuera, el mundo sería casi perfecto y ningún título, ningún reconocimiento y probablemente ninguna habilidad tendría algún valor social, como una medalla en un torneo olímpico vale por la discriminación que representa. Claro que no todo conocimiento ni toda habilidad significan un avance para la humanidad. Por ejemplo, la estupidez tampoco es algo innato. Nadie encontrará un niño estúpido de dos años de edad. Es decir, la estupidez también es una habilidad que se adquiere luego de un entrenamiento esmerado.
Los idiomas, entonces, no son el único caso que requiere cuidado para crecer y mantenerse. De la misma forma que se aprende cualquier disciplina, incluida aquellas que requieren entrenamiento físico, también se pierden muchas otras habilidades y muchos conocimientos cuando no se usan. Mucho mas rápido se desinflan los músculos de un físicoculturista que las palabras exóticas que aprendemos en un viaje de turismo.
He estudiado matemáticas durante muchos años en la educación formal de mi país e, incluso, por unos pocos semestres fui profesor de matemáticas (al tiempo que, no sin paradoja, mi principal trabajo era resolver problemas prácticos en las obras de construcción) antes de abandonarlo todo por la literatura. Claro, abandonar también es un verbo impreciso. Todo está ahí. Sin embargo, mis habilidades para resolver ecuaciones integrales o diferenciales, que en algún momento de mi vida fueron un ejercicio fascinante, han disminuido de forma sensible. Un día me puse a refrescar algo de ese conocimiento y me di cuenta, no sin dificultad, que la ciudad de los altos muros no había desaparecido, estaba en algún lugar de mi memoria, pero un poco o bastante enterrada. O quizás esa habilidad que antes servía para resolver ecuaciones o cálculos estructurales que ahora hacen las computadoras, se ha dedicado a influir en mi vida de alguna otra forma insospechada.
De cualquier forma, sabemos que lo mismo le ocurre a un deportista. El cerebro es, al fin y al cabo, un músculo. Un músculo grasoso que consume casi un tercio del oxigeno total del cuerpo. No sabemos si ahí radica el espíritu, el alma y toda la actividad emocional, aparte de la intelectual, pero seguramente es la estación central de todas estas experiencias vitales.
El juego de perdidas y ganancias también ocurre con los sentimientos y emociones más complejas y con las más básicas y elementales, como el amor y el odio, la tristeza y la felicidad.
Una vez un profesor amigo en Estados Unidos me vio preocupado y luego que vagamente le referí los motivos (el mundo, mis propias incertidumbres sobre el futuro) me advirtió lo siguiente: uno siempre tiene problemas y, claro, lo mejor es tomarlos en serio y resolverlos. Para un problema no hay nada mejor que una solución. Pero luego, si uno vive en un permanente estado de preocupación o infelicidad, una vez cuando uno ha resuelto aquellos problemas que alguna vez lo preocuparon, no alcanza a advertir que lo ha hecho o, peor, es incapaz de ser razonablemente feliz, ya que ha perdido el entrenamiento o la sabiduría necesaria para serlo. Uno aprende a no ser feliz y luego, como un idioma materno, es más difícil perder esa perspectiva. Aun así, tampoco es un aprendizaje irreversible.
Si uno no practica ciertos sentimientos, los pierde. No es imposible recuperarlos. Claro, es más fácil comprender esto que realizarlo. Pero comprender es, casi siempre, el primer paso.
Llevar la memoria (y ahora también la inteligencia) en la mano, no es algo que pasará inadvertido por el músculo intelectual, como no pasaría inadvertido para un campeón de tenis la sustitución de la cancha y la raqueta tradicional por el PlayStation. Mientras las universidades logran robots que se parecen cada vez más a los seres humanos, no sólo por su inteligencia probada sino ahora también por sus habilidades de expresar y recibir emociones, los hábitos consumistas nos están haciendo cada vez más similares a los robots.
Es decir, no sólo los idiomas que no se usan se pierden; las mismas habilidades básicas de ser seres humanos corren la misma suerte. En el primer caso es evidente porque siempre nos queda una lengua desde la cual observar la pérdida; en el otro no, porque una vez que se pierde la condición de ser humano no se puede advertirlo, como un robot no puede advertir que en realidad no es un ser humano, sin importar lo que diga, piense o sienta.
Jorge Majfud, 2011.
MDZ (Argentina)
La Republica (Uruguay)
El S-11 diez años después
EL MUNDO › EL ESCRITOR URUGUAYO JORGE MAJFUD, RADICADO EN ESTADOS UNIDOS, REFLEXIONA SOBRE EL ANIVERSARIO
“El 11-S se está convirtiendo en tabú”
Majfud analiza la vida cotidiana de los estadounidenses, diez años después del atentado. Más allá de la fuerte presencia del tema en los medios, el norteamericano medio, dice, prefiere no hablar de eso. Los temores y los cambios que provocó.
–¿Cómo se recuerda en Estados Unidos el atentado 10 años después?
–Se recuerda como la mayoría imaginó sobre lo que iba a ser. Un hito en la historia de Estados Unidos, por haber sido el primer ataque de un poder extranjero en suelo propio, si no consideramos Pearl Harbour, que Japón llevó a cabo sobre el océano Pacífico en 1941 cuando Hawai todavía no se había convertido plenamente en un estado de la unión; un hito que provocó o justificó (dependiendo de la lectura que se realice) las guerras en Irak y Afganistán, dos de las guerras más largas de la historia contemporánea.
–¿Todavía es tema de conversación?
–Lo fue, especialmente en los medios de comunicación. Todavía lo es, en menor medida, en esos mismos medios. Sobre todo cuando hay un aniversario o algún hecho está directamente relacionado con ese acontecimiento. No lo es en la población en general. Por el contrario, tengo la fuerte sospecha de que en cierto grado es algo que se está convirtiendo en un tabú. Es decir, por un lado es omnipresente en el inconsciente colectivo y por el otro se evita lo más posible. No se quiere hablar de eso, por cansancio o porque sus consecuencias han ido mucho más allá de lo deseado. Dos guerras interminables, tres mil muertos en un día, más de tres mil soldados y muchas decenas más de iraquíes muertos como consecuencia directa o indirecta de la reacción militar; una economía herida por el costo astronómico de ambas ocupaciones, un tema de discusión que encuentra a tirios y troyanos dentro de un mismo país, conscientes de que sus puntos de vista sobre las reacciones internas y externas son a veces irreconciliables. Pocos meses antes del décimo aniversario de aquellos atentados, el hombre más buscado del mundo, responsable o responsabilizado por los hechos, fue capturado y muerto. Bin Laden puede ser tema repetido en los medios de prensa; definitivamente no lo es entre la población común que prefiere escuchar sobre esas tragedias y hablar sobre fútbol, sobre Lady Gaga o sobre temas económicos. Una gran proporción de estadounidenses están obsesionados con volver a un pasado que seguramente los horrorizaría de hacerse realidad. Generalmente, éste es el público que se define como conservador y religioso. Es la misma mentalidad de Hesíodo o del cristianismo medieval según la cual la Edad de Oro fue la primera y todas las demás han sido un largo camino de decadencia moral hasta nuestra Edad de Hierro.
–Pero en el día a día, ¿afecta todavía la vida del estadounidense o es un hecho del pasado?
–Sí, afecta, pero, como decía, creo que en todo caso afecta por algunas consecuencias prácticas (los cambios en la seguridad, las acciones bélicas de los últimos diez años y sus consecuencias económicas); y afecta por sus consecuencias psicológicas, expresadas en un silencio significativo. También hay que recordar que en comparación a la vocación latinoamericana de la disputa ideológica, de la lucha política, el norteamericano prefiere rehuir este tipo de discusiones; se siente más cómodo actuando que argumentando. Cuando argumenta, lo hace con pasión controlada y casi siempre a través del discurso de un líder; casi siempre se nota su entrenamiento dominical en el ejercicio de escuchar y no contestar, más propio de las iglesias.
–¿Qué tanto ha cambiado la forma de ver el mundo del estadounidense promedio?
–No estoy seguro. No he vivido aquí durante las décadas y los siglos anteriores. Pero por lo que puedo deducir de su historia, mi opinión es que siempre cambian las formas. En las universidades ha habido una explosión del interés por los idiomas y las culturas hispánicas y árabes, por ejemplo. Pero la raíz de los pensamientos más profundos, de las formas de actuar (al igual que en el caso latinoamericano si vemos la misma historia indígena o prehispánica), se siente siempre como un fuerte eco, en cada gesto, en cada decisión apresurada. Cambian las formas, no los impulsos más radicales, sobre los cuales está basada la mayor parte de las ideas y los pensamientos populares.
–¿La población se siente más amenazada hoy que hace diez años?
–El miedo a otros atentados terroristas es menor. Tal vez no porque el país sea más seguro que antes, sino porque ha bajado la tensión psicológica que provocaron el impacto real primero y los discursos políticos después. Objetivamente, si vemos las tragedias que ocurren cada día por enfermedades, por cataclismos climáticos o por muchas otras razones, la posibilidad de morir en un atentado terrorista internacional son bajísimas. Aunque casi cualquier parte de Estados Unidos es más segura que cualquiera de las grandes ciudades latinoamericanas, más personas mueren anualmente por el mal uso de armas, por accidentes de tránsito o por dietas suicidas que por el peor atentado que haya registrado la historia. Por otra parte, la frustración por una economía que es percibida en recesión, aunque haya salido de ella hace más de dos años, ha sustituido todas las demás preocupaciones. Tengo la impresión de que, o una parte del pueblo norteamericano necesita de una obsesión con que ocupar su mente, o existe un Gran Hermano que está haciendo un buen negocio desde su púlpito, creando un permanente estado de alarma. En el fondo, es algo muy cristiano. Quizá cuando dejen de sentir la ansiedad azteca de que es necesario un permanente sacrificio para mantener el mundo girando, este pueblo alcanzará la paz espiritual. Y algún otro, la paz, a secas.
–¿Se preocupan porque vuelva a ocurrir?
–En el tímido discurso social y en el agresivo discurso mediático, sí. En el fuero interior de cada individuo, sospecho que no, más allá de que sea siempre una posibilidad innegable.
–¿Ocurrió algún cambio importante en la sociedad norteamericana derivado de este hecho?
–Los atentados del 11 de septiembre hicieron posible, entre otras cosas, que los años ’80, inaugurados en las políticas de Reagan (mi amigo Noam Chomsky dice que Reagan nunca existió) se perpetuaran diez años más allá de la era Clinton, la que pareció relajar algo las políticas conservadoras. La locura y el horror de ese día, presenciados en directo por el mundo entero fueron el clímax de una Era que está a punto de desaparecer: un mundo basado en el petróleo y en la idea de un futuro ilimitado. Personalmente creo que el futuro terminó con la presidencia de Carter. Desde entonces ya no tuvimos hombres en la Luna, el año 2000 llegó miserablemente, sin guerras de las galaxias, el pasado y la naturaleza recuperaron su prestigio. Los fanáticos religiosos, de un lado y del otro, también recuperaron el discurso hegemónico, en manos de los fanáticos cientificistas hasta la Segunda Guerra Mundial. El 11 de septiembre fue una tragedia humana. Eso no se discute. Pero para la historia contemporánea y más allá fue, sobre todo, la expresión simbólica de un tiempo que se partió en dos grandes Eras donde el único paradigma histórico que ha sobrevivido es el capital.
* Radio Uruguay, Sodre.
Nuestro pequeño Abu Ghraib
Nuestro pequeño Abu Ghraib
Un reciente informe, referido al video donde se ve la violación de un haitiano por parte de militares uruguayos integrantes de los cuerpos de paz de la ONU, dice que «una investigación preliminar de las Naciones Unidas determinó que el vídeo, pese a vulnerar varios reglamentos de la Misión de Estabilización para Haití de la ONU (Minustah), no registraba en realidad una violación sino una broma pesada llevada a cabo por los militares». Que es como decir que si no hay penetración no hay violación, apenas «una broma de mal gusto». Un vergonzoso concepto de parte de un organismo internacional, la ONU (para la cual algunas veces colaboré con escritos, por pedido directo de su casa central), que sólo sirve para promover o justificar la violencia moral.
La verdad, me quedo sin fuerzas anímicas para responder semejante idiotez de una forma más analítica. Sólo quisiera saber si alguno de aquellos burócratas o patriotas trasnochados definirían semejante violencia amoral de la misma forma si la victima hubiese sido alguno de sus familiares y no un anónimo haitiano. Estoy seguro que cualquiera de ellos se recuperaría más fácilmente de un golpe en la cara que de semejante golpe moral. Pero se supone, como lo indica la tradición, siempre viva aunque travestida, que los pobres de piel oscura no tienen semejantes sensibilidades y lo soportan todo.
Ese es nuestro pequeño Abu Ghraib, en proporción a nuestro PIB, aunque la historia es mucho más larga, como ya sabemos. Pero sea como sea, no nos queda opción que denunciarlo y resistirlo. Algunos prefieren soslayarlo y hasta excusarlo, enfermos del peor patriotismo. Otros, como aquellos uruguayos que lo han hecho público en los medios y en las redes sociales, solo pueden responder a la vergüenza que sienten los seres humanos de verdad, no porque semejantes aberraciones sean cometidas por militares uruguayos, no porque sean cometidas por “compatriotas”, sino porque son cometidas por algo parecido a seres humanos que luego se convierten en respetables esposos, abuelos y por ahí hasta en héroes.
Jorge Majfud
Pagina/12 (Argentina)
El Nuevo Herald (USA)
A contra reloj
[youtube+http://www.youtube.com/watch?v=YlGveg4xg-4&feature=youtu.be]
A contra reloj es un video realizado por Hijos Uruguay bajo la dirección de Pablo Sobrino a partir de una canción con el mismo nombre del cantautor uruguayo Ismael Collazo.
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