Cierto, no toda la izquierda argentina

Hace unos días publiqué aquí un comentario breve sobre “La izquierda argentina”. La nota, sin dudas, fue una expresión de frustración más que de serena reflexión, por lo cual unía apreciaciones que sostengo (como la casi irrelevancia numérica de la izquierda ante la brutal envestida neocolonial criolla y el silencio temeroso o cómplice ante la masacre en Palestina) y una frustración y decepción por la timidez de una izquierda que ha perdido la rebeldía hasta el extremo de que un periodista conservador británico como Piers Morgan y las protestas de estudiantes estadounidenses en cincuenta universidades aparecen por lejos más a la izquierda que la gran mayoría de la izquierda en las neocolonias como Argentina.

Como toda generalización, no fue una apreciación sin injusticia. Alguien me recordó al profesor y actual diputado por la provincia de Buenos Aires, Chipi Castillo. También recordé que la única candidata presidencial en un debate, Myriam Bregman, fue la única que se la jugó denunciando la brutalidad que estaba sufriendo el pueblo palestino, saliéndose del discurso previsible y políticamente correcto de Sergio Massa y de las posiciones mesiánicas y fanáticas, pero cómodas, de Javier Milei y Patricia Bullrich.

Existen medios que contradicen mi crítica sobre la timidez sin épica de la izquierda, como La Izquierda Diario , laretaguardia.com.ar y otros, pero luchan con recursos mínimos que los mantienen en los márgenes de los medios masivos. Esto, que por un lado tiene sus virtudes, les recorta poder de influencia en la sociedad.

Comparto una charla enviada por un amigo y lector con la que no sólo concuerdo en sus puntos centrales sino que sirve para recuperar algo las esperanzas.