ONU: Derecho de los pueblos a la libre determinación. Resolución de la Asamblea General

38/17. Importancia de la realización universal del derecho de los pueblos a la libre determinación y de la pronta concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales para la garantía y observancia efectivas de los derechos humanos.

  • Exhorta a todos los Estados a que apliquen plena y fielmente todas las resoluciones de las Naciones Unidas relativas al ejercicio del derecho a la libre determinación y la independencia de los pueblos sometidos a dominación colonial y extranjera;
  • Reafirma la legitimidad de la lucha de los pueblos por su independencia, integridad territorial, unidad nacional y liberación de la dominación colonial, el apartheid y la ocupación extranjera por todos los medios disponibles, incluida la lucha armada;
  • Reafirma el derecho inalienable del pueblo namibio, el pueblo palestino y todos los pueblos sometidos a dominación extranjera y colonial a la libre determinación, la unidad nacional y la soberanía sin injerencia extranjera;
  • Condena enérgicamente a los gobiernos que no reconocen el derecho a la libre determinación y la independencia de todos los pueblos que aún se encuentran bajo dominación colonial y subyugación extranjera, en particular los pueblos de África y el pueblo palestino […]

La Asamblea General,

Reafirmando su convicción de la importancia de la aplicación de la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales, contenida en su resolución 1514 (XV), de 14 de diciembre de 1960,

Reafirmando la importancia de la realización universal del derecho de los pueblos a la libre determinación, la soberanía nacional y la integridad territorial, y de la pronta concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, como imperativos para el pleno disfrute de todos los derechos humanos,

Reafirmando la obligación de todos los Estados Miembros de cumplir los principios de la Carta de las Naciones Unidas y las resoluciones de las Naciones Unidas relativas al ejercicio del derecho a la libre determinación por los pueblos bajo dominación colonial y extranjera,

Recordando sus resoluciones 2649 (XXV), de 30 de noviembre de 1970, 2955 (XXVII), de 12 de diciembre de 1972, y 3070 (XXVIII), de 30 de noviembre de 1973, 3246 (XXIX) de 29 de noviembre de 1974, 3382 (XXX) de 10 de noviembre de 1975, 33/24 de 29 de noviembre de 1978, 34/44 de 23 de noviembre de 1979, 35/35 de 14 de noviembre de 1980, 36/9 de 28 de octubre de 1981 y 37/43 de 3 de diciembre de 1982, y las resoluciones del Consejo de Seguridad 418 (1977) de 4 de noviembre de 1977 y 421 (1977) de 9 de diciembre de 1977,

Recordando también sus resoluciones 1514 (XV) de 14 de diciembre de 1960, 2465 (XXIII) de 20 de diciembre de 1968, 2708 (XXV) de 14 de diciembre de 1970, 33/44 de 13 Diciembre de 1978, 35/119, de 11 de diciembre de 1980, 36/68, de 1 de diciembre de 1981, y 37/35, de 23 de noviembre de 1982, relativas a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales,

Recordando además sus resoluciones 3103 (XXVIII), de 12 de diciembre de 1973, y 3314 (XXIX), de 14 de diciembre de 1974, así como las resoluciones del Consejo de Seguridad 405 (1977), de 14 de abril de 1977, 419 (1977), de 24 de noviembre de 1977, 496 (1981), de 15 de diciembre de 1981, y 507 (1982), de 28 de mayo de 1982, en las que las Naciones Unidas condenaron el reclutamiento y la utilización de mercenarios, en particular contra los países en desarrollo y los países de liberación nacional. Movimientos,

Recordando además sus resoluciones sobre la cuestión de Namibia, en particular la resolución ES-8/2, de 14 de septiembre de 1981, y la resolución 532 (1983) del Consejo de Seguridad, de 31 de mayo de 1983,

Acogiendo con beneplácito la celebración de la Conferencia Internacional en Apoyo a la Lucha del Pueblo Namibiano por la Independencia, celebrada en París del 25 al 29 de abril de 1983,1/

Acogiendo con beneplácito también la celebración de la Conferencia Internacional sobre la Alianza entre Sudáfrica e Israel, celebrada en Viena del 11 al 13 de julio de 1983,2/

Recordando las resoluciones AHG/Res.105 sobre Namibia, AHG/Res.111 sobre la política de desestabilización del régimen racista de Sudáfrica y AHG/Res.112 sobre Sudáfrica, aprobadas por el decimonoveno período ordinario de sesiones de la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización de la Unidad Africana, celebrado en Addis Abeba del 6 al 12 de junio de 19833/

Recordando además su resolución 37/1, de 1 de octubre de 1982, relativa a su llamamiento de clemencia en favor de los combatientes por la libertad de Sudáfrica, y la resolución 533 (1983) del Consejo de Seguridad, de 7 de junio de 1983, relativa a la condena a muerte por Sudáfrica de los tres patriotas del Congreso Nacional Africano de Sudáfrica,

Reafirmando que el sistema de apartheid impuesto al pueblo sudafricano constituye una violación de los derechos fundamentales de ese pueblo, un crimen de lesa humanidad y una amenaza constante para la paz y la seguridad internacionales,

Gravemente Preocupados por la continuación de la ocupación ilegal de Namibia por Sudáfrica y las continuas violaciones de los derechos humanos de la población del territorio y de otros pueblos que aún se encuentran bajo dominación colonial y subyugación extranjera,

Reconociendo que las llamadas propuestas de reforma constitucional forman parte integral de la política de «bantustanización», incompatible con la auténtica independencia, la unidad nacional y la soberanía, y que tiene el efecto de perpetuar el poder de la minoría blanca y el sistema racista de apartheid en Sudáfrica,

Profundamente preocupados por los continuos actos terroristas de agresión cometidos por el régimen de Pretoria contra Estados africanos independientes de la región, en particular Angola, Botsuana, Lesoto, Mozambique, Seychelles, Suazilandia, Zambia y Zimbabue,

Profundamente indignados por la ocupación de parte del territorio de Angola por las tropas del régimen racista de Sudáfrica,

Recordando las resoluciones del Consejo de Seguridad 527 (1982), de 15 de diciembre de 1982, y 535 (1983), de 29 de junio de 1983 Sobre Lesotho,

Reafirmando la unidad nacional y la integridad territorial de las Comoras,

Recordando la Declaración Política aprobada por la Primera Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización de la Unidad Africana y la Liga de los Estados Árabes, celebrada en El Cairo del 7 al 9 de marzo de 19774/

Recordando además sus resoluciones pertinentes sobre la cuestión de Palestina, en particular las resoluciones 3236 (XXIX) y 3237 (XXIX), de 22 de noviembre de 1974, 36/120, de 10 de diciembre de 1981, ES-7/6, de 19 de agosto de 1982, y 37/86, de 10 de diciembre de 1982,

Recordando la Declaración de Ginebra sobre Palestina y el Programa de Acción para el logro de los derechos de los palestinos, aprobados por la Conferencia Internacional sobre la Cuestión de Palestina, celebrada en Ginebra del 29 de agosto al 7 de septiembre de 1983,5/

Considerando que la negación de los derechos inalienables del pueblo palestino a la libre determinación, la soberanía, la independencia y el retorno a Palestina, así como los reiterados actos de agresión de Israel contra el pueblo de la región, constituyen una grave amenaza para la paz y la seguridad internacionales,

Profundamente consternado y alarmado por las deplorables consecuencias de la invasión israelí del Líbano y recordando todas las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad, en particular las resoluciones 508 (1982), de 5 de junio de 1982, 509 (1982), de 6 de junio de 1982, 520 (1982), de 17 de septiembre de 1982, y 521 (1982), de 19 de septiembre de 1982,

  1. Calls upon all States to implement fully and faithfully all United Nations resolutions relating to the exercise of the right to self-determination and independence of peoples under colonial and foreign domination;
  2. Reaffirms the legitimacy of the peoples’ struggle for independence, territorial integrity, national unity, and liberation from colonial domination, apartheid, and foreign occupation by all available means, including armed struggle;
  3. Reaffirms the inalienable right of the Namibian people, the Palestinian people, and all peoples under foreign and colonial domination to self-determination, national unity, and sovereignty without foreign interference;
  4. Strongly condemns Governments that do not recognize the right to self-determination and independence of all peoples still under colonial domination and foreign subjugation, in particular the peoples of Africa and the Palestinian people;
  5. Endorses the declarations and programmes of action on Namibia and Palestine adopted respectively by the international conferences on these questions and calls for their immediate implementation; 6. Reaffirms its strong condemnation of the illegal occupation of Namibia by South Africa;
  6. Condena la política de «bantustanización» y reitera su apoyo al pueblo oprimido de Sudáfrica en su justa y legítima lucha contra el régimen racista minoritario de Pretoria;
  7. Rechaza las supuestas reformas del régimen sudafricano, en especial la limitada representación parlamentaria de las personas de color y asiáticas, diseñada para socavar la unidad del pueblo oprimido de Sudáfrica y consolidar el sistema de apartheid;
  8. Condena a Sudáfrica por la creciente opresión del pueblo namibio, por la militarización masiva de Namibia y por los ataques armados lanzados contra los Estados de la región para desestabilizarlos políticamente y sabotear y destruir sus economías;
  9. Condena enérgicamente la creación y el uso de grupos terroristas armados por parte de Sudáfrica con el fin de oponerlos a los movimientos de liberación nacional y desestabilizar a los gobiernos legítimos del África austral;
  10. Condena enérgicamente la continua ocupación de partes del sur de Angola y la reciente agresión masiva perpetrada por tropas sudafricanas contra la aldea de Cangamba, en la provincia de Moxico, a 500 kilómetros de la frontera con Namibia, y exige la retirada inmediata e incondicional de las tropas sudafricanas del territorio angoleño;
  11. Reafirma enérgicamente su solidaridad con los países africanos independientes y los movimientos de liberación nacional víctimas de actos asesinos de agresión y desestabilización por parte del régimen racista de Pretoria, y exhorta a la comunidad internacional a que preste mayor asistencia y apoyo a estos países para que puedan fortalecer su capacidad de defensa, defender su soberanía e integridad territorial y reconstruir y desarrollarse pacíficamente;
  12. Condena enérgicamente el reciente bombardeo de Matola, un suburbio de la capital de Mozambique, por parte de Sudáfrica, y los actos de usurpación territorial y espionaje contra Mozambique, así como el ataque del 17 de octubre de 1983 contra la Oficina del Congreso Nacional Africano en Maputo, perpetrado por el régimen racista de Pretoria;
  13. Reafirma que la práctica de utilizar mercenarios contra Estados soberanos y movimientos de liberación nacional constituye un acto criminal y exhorta a los gobiernos de todos los países a que promulguen leyes que declaren como delitos punibles el reclutamiento, la financiación y el entrenamiento de mercenarios en sus territorios, así como su tránsito por ellos, y prohíban a sus nacionales servir como mercenarios, y a que informen sobre dicha legislación al Secretario General;
  14. Condena enérgicamente las continuas violaciones de los derechos humanos de los pueblos que aún se encuentran bajo dominación colonial y subyugación extranjera, la continuación de la ocupación ilegal de Namibia y los intentos de Sudáfrica de desmembrar su territorio, la perpetuación del régimen racista minoritario en el África meridional y la negación al pueblo palestino de sus derechos nacionales inalienables;
  15. Condena además enérgicamente al régimen racista de Pretoria por sus actos de desestabilización, agresión armada y bloqueo económico contra Lesotho e insta encarecidamente a la comunidad internacional a que preste la máxima asistencia a Lesotho para que pueda cumplir con sus obligaciones humanitarias internacionales hacia los refugiados y a que utilice su influencia sobre el régimen racista para que desista de sus actos terroristas contra Lesotho;
  16. Expresa su profunda indignación por el cruel asesinato, el 9 de junio de 1983, de los tres luchadores por la libertad del Congreso Nacional Africano a manos del régimen racista de Sudáfrica, que cometió el crimen con flagrante indiferencia a pesar de los diversos llamamientos de la comunidad internacional, desafiando así la resolución 533 (1983) del Consejo de Seguridad;
  17. Toma nota de la Declaración de la Conferencia Internacional sobre la Alianza entre Sudáfrica e Israel;6/
  18. Condena enérgicamente la política de los países occidentales, Israel y otros países cuyas relaciones políticas, económicas, militares, nucleares, estratégicas, culturales y deportivas con el régimen minoritario racista de Sudáfrica alientan a dicho régimen a persistir en la represión de las aspiraciones de los pueblos a la libre determinación y la independencia;
  19. Exige nuevamente la aplicación inmediata del embargo obligatorio de armas contra Sudáfrica, impuesto en virtud de la resolución 418 (1977) del Consejo de Seguridad, por todos los países, y en particular por aquellos que mantienen cooperación militar y nuclear con el régimen racista de Pretoria y continúan suministrándole material conexo;
  20. Toma nota con satisfacción de la Declaración de París sobre Sanciones contra Sudáfrica, la Declaración Especial sobre Namibia y los informes de las comisiones técnicas y políticas aprobados por la Conferencia Internacional sobre Sanciones contra Sudáfrica, celebrada en París del 20 al 27 de mayo de 19817/ bajo los auspicios de las Naciones Unidas y la Organización de la Unidad Africana;
  21. Exige la aplicación inmediata de su resolución ES-8/2 sobre Namibia;
  22. Insta a todos los Estados, organismos especializados, organizaciones competentes del sistema de las Naciones Unidas y demás organizaciones internacionales a que presten su apoyo al pueblo namibio, a través de su único y legítimo representante, la Organización del Pueblo del África Sudoccidental, en su lucha por lograr su derecho a la libre determinación y la independencia de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas;
  23. Reafirma las resoluciones sobre la cuestión del Sáhara Occidental aprobadas en los períodos ordinarios de sesiones de la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización de la Unidad Africana, celebrados en Nairobi del 24 al 27 de junio de 19818/ y en Addis Abeba del 6 al 12 de junio de 19839/, y pide su inmediata aplicación;
  24. Toma nota de los contactos mantenidos entre el Gobierno de las Comoras y el Gobierno de Francia en la búsqueda de una solución justa al problema de la integración de la isla comorana de Mayotte en las Comoras, de conformidad con las resoluciones de la Organización de la Unidad Africana y de las Naciones Unidas sobre esta cuestión; 26. Pide un aumento sustancial de todas las formas de asistencia prestada por todos los Estados, órganos de las Naciones Unidas, organismos especializados y organizaciones no gubernamentales a las víctimas del racismo, la discriminación racial y el apartheid a través de sus movimientos de liberación nacional reconocidos por la Organización de la Unidad Africana;
  25. Condena enérgicamente las masacres cada vez más generalizadas de personas inocentes e indefensas, incluidas mujeres y niños, perpetradas por el régimen racista minoritario de Pretoria en su desesperado intento de frustrar las legítimas demandas del pueblo;
    Exige la liberación inmediata de las mujeres y los niños detenidos en cárceles de Namibia y Sudáfrica;
    Condena enérgicamente las constantes y deliberadas violaciones de los derechos fundamentales del pueblo palestino, así como las actividades expansionistas de Israel en Oriente Medio, que constituyen un obstáculo para el logro de la autodeterminación y la independencia del pueblo palestino y una amenaza para la paz y la estabilidad en la región;
    Condena además enérgicamente la masacre de palestinos y otros civiles en Beirut y la agresión israelí contra el Líbano, que pone en peligro la estabilidad, la paz y la seguridad en la región;
    Exige la liberación inmediata e incondicional de todas las personas detenidas o encarceladas como resultado de su lucha por la libre determinación y la independencia, el pleno respeto de sus derechos individuales fundamentales y el cumplimiento del artículo 5 de la Declaración Universal de Derechos Humanos 10/, según el cual nadie será sometido a torturas ni a tratos crueles, inhumanos o degradantes;
    Insta a todos los Estados, organismos especializados, organizaciones competentes del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales a que presten su apoyo al pueblo palestino, a través de su único y legítimo representante, la Organización de Liberación de Palestina, en su lucha por recuperar su derecho a la libre determinación y la independencia de conformidad con la Carta;
    Reitera su satisfacción por la asistencia material y de otro tipo que los pueblos sometidos a regímenes coloniales siguen recibiendo de los gobiernos, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y las organizaciones intergubernamentales, y pide un aumento sustancial de dicha asistencia;
    Insta a todos los Estados, organismos especializados y demás organizaciones competentes del sistema de las Naciones Unidas a que hagan todo lo posible para asegurar la plena aplicación de la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales y a que intensifiquen sus esfuerzos para apoyar a los pueblos sometidos a dominación colonial, extranjera y racista en su justa lucha por la libre determinación y la independencia;
    Pide al Secretario General que dé la máxima publicidad a la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales y a la lucha de los pueblos oprimidos por el logro de su libre determinación e independencia nacional, y que informe periódicamente a la Asamblea General sobre sus actividades;
    Decide volver a examinar este tema en su trigésimo noveno período de sesiones, basándose en los informes que se ha solicitado a los gobiernos, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales sobre el fortalecimiento de la asistencia a los territorios y pueblos coloniales.

    1/ Véase A/CONF.120/13.
    2/ Véase A/AC.115/L.595.
    3/ Véase A/38/312, anexo.
    4/ A/32/61, anexo I.
    5/ Véase A/CONF.114/42, cap. I.
    6/ A/38/311-S/15883, anexo.
    7/ Informe de la Conferencia Internacional sobre Sanciones contra Sudáfrica, París, 20 a 27 de mayo de 1981 (A/CONF.107/8), secc. X y anexos X y XI.
    8/ A/36/534, anexo II, resolución AHG/Res.103 (XVIII).
    9/ A/38/312, anexo, resolución AHG/Res.194 (XIX).
    10/ Resolución 217 A (III).

Fuente: https://docs.un.org/en/A/RES/38/17

Historiadores de Estados Unidos condenan el escolasticidio en Gaza

Los miembros de la American Historical Association (la sociedad científica más antigua de los Estados Unidos) que asistieron a la conferencia anual en Nueva York votaron el domingo 5 de enero de 2025 por 428 a favor y 88 en contra para aprobar una resolución que se opone al “escolasticidio” en Gaza y a la financiación de la guerra de Israel por parte del gobierno de Estados Unidos.

La medida convierte a la Asociación Histórica Estadounidense en el último grupo académico que expresa una postura sobre la guerra en Gaza, a pesar de las críticas conservadoras, que llegan hasta el presidente electo, de la defensa de los derechos de los palestinos en el ámbito académico.

El escolasticidio significa la erradicación intencional de un sistema educativo. La resolución, que dice que la campaña militar de Israel “ha destruido efectivamente el sistema educativo de Gaza”, pide un alto el fuego permanente y que la asociación forme un comité para ayudar a reconstruir “la infraestructura educativa de Gaza”.
La resolución se aprobó después de una bulliciosa reunión de una hora en la que no cabían más personas de pie en el salón de un hotel que estaba tan lleno que algunos asistentes no cabían dentro. Antes de que los miembros votaran, escucharon un debate estructurado sobre la resolución que incluyó a cinco personas que hablaron a favor de la resolución y cinco personas en contra. Durante todo el debate hubo aplausos, vítores y ovaciones de pie para los oradores que defendieron la resolución y más aplausos apagados para los oponentes.

Antes de que comenzara el debate, un miembro, el profesor asociado de la Universidad Rice Abdel Razzaq Takriti, se paró al frente de la sala y acusó al director ejecutivo de la asociación, Jim Grossman, de haber hecho «una declaración política» contra la resolución en su informe con el que se inició la reunión. (Grossman había dicho «no somos una organización política», pero luego dijo que solo estaba dando su informe).

Cuando llegó el momento de votar, algunos miembros criticaron el método de simplemente escribir sí o no en tarjetas de notas; a los asistentes se les habían proporcionado varias tarjetas. Después del debate, pero antes de que se revelara el resultado, un miembro señaló a otro y lo acusó de grabar la reunión en contra de las reglas, lo que llevó a Grossman a buscar en su teléfono y concluir que eso no sucedió.
Cuando se anunció el total de votos, la abrumadora mayoría fue recibida con cánticos de «¡Libertad, libertad para Palestina!» Pero la votación del domingo no es el final del proceso.

La resolución pasará ahora al consejo electo de la asociación, que puede aceptarla, vetarla o negarse a aprobarla. Esa última opción enviaría la resolución a los aproximadamente 10.450 miembros de la asociación para su votación. Grossman dijo que entonces se necesitaría una mayoría simple de los votantes para aprobarla.

El debate que se viene puede reflejar lo que se escuchó el domingo: discusiones sobre cuándo las asociaciones académicas deberían pronunciarse y, si lo hacen, qué deberían decir.

El Consejo Ejecutivo de la Asociación de Lenguas Modernas, cuya reunión anual se celebrará a finales de esta semana, ha sido criticado por no permitir a los miembros de esa organización ni siquiera votar sobre una resolución que también acusaría a Israel de escolasticidio. La resolución de la MLA habría ido más allá que la de la Asociación Histórica Estadounidense al respaldar también el movimiento de boicot, desinversión y sanciones contra Israel.

La resolución de la Asociación Histórica Estadounidense cita a un grupo de expertos independientes de las Naciones Unidas que, según un comunicado de prensa anterior de la ONU, dijeron: «Puede ser razonable preguntar si existe un esfuerzo intencional para destruir por completo el sistema educativo palestino».

Ese comunicado de prensa era de abril, apenas seis meses después del inicio de la guerra entre Israel y Hamás. El comunicado de la ONU decía que, para entonces, la última universidad de Gaza ya había sido destruida y «más de 5.479 estudiantes, 261 profesores y 95 profesores universitarios han muerto en Gaza, y más de 7.819 estudiantes y 756 profesores han resultado heridos».

Historiadores por la Paz y la Democracia escribieron la resolución. Van Gosse, copresidente de la organización y profesor emérito de historia en el Franklin & Marshall College, dijo que él y otros fundaron el grupo hace 20 años para oponerse a la guerra de Irak.

Horas antes de la votación el domingo por la noche, otro grupo llamado Historiadores por Palestina realizó una manifestación frente al hotel de la conferencia cerca de Times Square. Unas 75 personas escucharon a los oradores, incluido Takriti, que manejaba un megáfono, de pie junto a personas que sostenían una pancarta que decía “¡Alto el fuego ahora!”.

“Hay negacionistas que niegan la realidad y, lo que es importante para nosotros los historiadores, utilizan la falsificación histórica para promoverla”, dijo Takriti, profesor asociado de historia árabe moderna, ante los gritos de “¡Vergüenza!” de la audiencia. Dijo que la resolución del domingo era solo un comienzo.

“Hoy en día, algunas de estas personas leerán reconocimientos de tierras aquí en este espacio colonizado, pero no quieren decir lo que leen”, dijo Takriti. “No han interiorizado lo que están diciendo. Para ellos, son sólo palabras sin sentido, y Gaza lo demuestra. Porque si tuvieran algún entendimiento, si tuvieran algún sentimiento por los demás, si no estuvieran incurriendo en un comportamiento puramente narcisista (y violento), habrían emitido resoluciones mucho más enérgicas que la que se está proponiendo desde el principio de este genocidio”.

La asociación ya se ha pronunciado sobre los acontecimientos actuales. En febrero de 2022, publicó una declaración en la que condenaba “en los términos más enérgicos posibles la reciente invasión rusa de Ucrania. Este acto de agresión militar abierta viola la soberanía de una Ucrania independiente y amenaza la estabilidad en la región en general y en todo el mundo”. Además, decía: “Apoyamos vigorosamente a la nación ucraniana y a su pueblo en su resistencia a la agresión militar rusa y a la retorcida mitología que el presidente Putin ha inventado para justificar su violación de las normas internacionales”.

https://www.insidehighered.com/news/faculty-issues/academic-freedom/2025/01/05/aha-convention-attendees-oppose-scholasticide-gaza

 United Nations Pay Tribute to Author Eduardo Galeano

PRESS RELEASE

 26th May, 2015,  New York, NY, USA

On the 26th of May 2015, The United Nations paid tribute to writer Eduardo Galeano in its conference room.

 

 Naciones Unidas Homenaje a Galeano

 Those participating in the event included Fernando Carrera, the Ambassador of Guatemala, Susana Malcorra, Chief of Staff of the UN Secretary General, Uruguay’s Ambassador to the UN, Gonzalo Koncke, Ambassador of Argentina, María Cristina Perceval, and Acting President of the General Assembly, Denis Antoine.

 Panelists who were responsible for the presentations were Australian Ari Gaitanis, Head of the Public Information Unit at the UN, Spanish journalist Grace Augustine, the Colombian writer Norman Valencia, and Uruguayan writer and Jacksonville University professor, Jorge Majfud. Gaitanis referred to his discovery of Latin America through García Márquez, Octavio Paz and Eduardo Galeano. Augustine recalled various moments in the work of Galeano, while Majfud analyzed modern utopias and their relationship with the Amerindian cosmology.

Following the comments of ambassadors from different Latin American countries, the tribute ended with the participation of the Uruguayan bandoneon player, Raul Jaurena.

Source http://www.pressreleaseservice.co.uk/eduardo-galeano/4589529677 

 

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Nuestro pequeño Abu Ghraib

Nuestro pequeño Abu Ghraib

Un reciente informe, referido al video donde se ve la violación de un haitiano por parte de militares uruguayos integrantes de los cuerpos de paz de la ONU, dice que «una investigación preliminar de las Naciones Unidas determinó que el vídeo, pese a vulnerar varios reglamentos de la Misión de Estabilización para Haití de la ONU (Minustah), no registraba en realidad una violación sino una broma pesada llevada a cabo por los militares». Que es como decir que si no hay penetración no hay violación, apenas «una broma de mal gusto». Un vergonzoso concepto de parte de un organismo internacional, la ONU (para la cual algunas veces colaboré con escritos, por pedido directo de su casa central), que sólo sirve para promover o justificar la violencia moral.

La verdad, me quedo sin fuerzas anímicas para responder semejante idiotez de una forma más analítica. Sólo quisiera saber si alguno de aquellos burócratas o patriotas trasnochados definirían semejante violencia amoral de la misma forma si la victima hubiese sido alguno de sus familiares y no un anónimo haitiano. Estoy seguro que cualquiera de ellos se recuperaría más fácilmente de un golpe en la cara que de semejante golpe moral. Pero se supone, como lo indica la tradición, siempre viva aunque travestida, que los pobres de piel oscura no tienen semejantes sensibilidades y lo soportan todo.

Ese es nuestro pequeño Abu Ghraib, en proporción a nuestro PIB, aunque la historia es mucho más larga, como ya sabemos. Pero sea como sea, no nos queda opción que denunciarlo y resistirlo. Algunos prefieren soslayarlo y hasta excusarlo, enfermos del peor patriotismo. Otros, como aquellos uruguayos que lo han hecho público en los medios y en las redes sociales, solo pueden responder a la vergüenza que sienten los seres humanos de verdad, no porque semejantes aberraciones sean cometidas por militares uruguayos, no porque sean cometidas por “compatriotas”, sino porque son cometidas por algo parecido a seres humanos que luego se convierten en respetables esposos, abuelos y por ahí hasta en héroes.

Jorge Majfud

Pagina/12 (Argentina)

El Nuevo Herald (USA)

La pandemia del consumismo

The Pandemic of Consumerism (English)

Los períodos de calentamiento global no son un invento humano. Pero los humanos hemos inventado la forma de convertir un ciclo natural en una anomalía. Su gravedad puede exceder la tragedia de una, de muchas bombas atómicas, pero no vemos la explosión porque vivimos dentro de ella, porque se parece al incontestable capricho de la naturaleza ante el cual solo cabe resignarse.

Los gobiernos del mundo están demasiado ocupados tratando de salvar a la humanidad de “la gran crisis” —la crisis económica—, estimulando el mismo consumo que nos está llevando a la catástrofe. Si la destrucción global aún no ha alcanzado la catástrofe tan temida, es sólo porque el consumismo no ha alcanzado aun los porcentajes tan deseados. En este delirio colectivo, confundimos desarrollo con consumismo, éxito con despilfarro, crecimiento con engorde. La pandemia es considerada un síntoma de buena salud. Su éxito ha sido tan abrumador que no hay ideología ni sistema político en el mundo que no esté concentrado en reproducirla y multiplicarla.

Las nuevas tecnologías podrían ayudar a disminuir las emisiones de dióxido de carbono, pero es improbable que sean suficientes ante un mundo que recién se encuentra en los inicios de su capacidad para consumir, dilapidar y destruir. Pretender reducir la contaminación ambiental sin reducir el consumismo es como combatir el narcotráfico sin reducir la adicción de los drogadictos.

El despilfarro irracional del consumismo no tiene límites; no ha evitado la muerte de millones de niños por hambre pero ha puesto en peligro la existencia de toda la biósfera. Si el exitoso consumismo no es reemplazado por la olvidada austeridad, pronto deberemos elegir entre la guerra y la miseria, entre el hambre y las epidemias.

Está en manos de los gobiernos y en manos de cada uno de nosotros organizar la salvación o acelerar la destrucción. La Conferencia sobre el cambio climático de Copenhague es una nueva oportunidad para evitar la mayor catástrofe que nunca ha enfrentado la Humanidad. Procuremos que no sea otra oportunidad perdida, porque no disponemos de todo el tiempo del mundo.

Jorge Majfud

Enero 2009

https://web.archive.org/web/20110515101838/http://www.un.org/wcm/content/site/chronicle/cache/bypass/home/archive/Issues2009/pid/5087?ctnscroll_articleContainerList=1_0&ctnlistpagination_articleContainerList=true

 

La pandémie du consumérisme

Par Jorge Majfud

Chrinique ONU  

Les périodes de réchauffement climatique ne sont nécessairement une invention humaine. Mais les êtres humains ont trouvé les moyens de transformer un cycle naturel en un cycle anormal dont la gravité dépasse l’explosion tragique d’une bombe atomique, ou même de plusieurs bombes atomiques. Toutefois, nous ne pouvons pas voir l’explosion parce que nous sommes pris dans son tourbillon, parce qu’elle semble être un accident de la nature auquel nous devons nous résigner.

Les gouvernements mondiaux sont trop occupés à tenter de sauver l’humanité de la « grande crise » – la crise économique – en stimulant la consommation qui nous conduit à une catastrophe totale. Si nous n’avons pas encore atteint le niveau d’une véritable catastrophe, c’est seulement parce que nous n’avons pas encore atteint les niveaux de consommation soi-disant souhaités.
Dans cette illusion collective, on confond développement et consumérisme, gaspillage et succès ainsi que croissance et engraissement. La pandémie est perçue comme un signe de bonne santé. Son « succès » est tel qu’il n’existe aucun système idéologique ou politique dans le monde qui ne se soit adapté pour le reproduire.
Les nouvelles technologies pourraient permettre de réduire les émissions de dioxyde de carbone, mais cela ne sera probablement pas suffisant dans ce monde qui ne fait que commencer à consommer, à gaspiller et à détruire. Tenter de réduire la pollution environnementale sans réduire le consumérisme équivaut à combattre le trafic de la drogue sans combattre la toxicomanie.
Le consumérisme débridé et irrationnel ne connaît aucune limite. Il n’a pas empêché des millions d’enfants de mourir de faim, mais il a mis en danger l’existence de l’ensemble de la biosphère. Si le consumérisme n’est pas remplacé par des valeurs oubliées comme l’austérité, nous aurons bientôt à choisir entre la guerre et la misère, la faim et les épidémies.
Il incombe aux gouvernements et à chacun d’entre nous soit d’organiser notre salut soit d’accélérer la destruction de notre propre monde.
La Conférence sur le climat de Copenhague offre une nouvelle occasion de prévenir la plus grande calamité à laquelle l’humanité ait jamais été confrontée. Il ne faut surtout pas manquer cette occasion, parce que le temps nous est compté.
Jorge Majfud est l’auteur de La Ciudad de la Luna, son ouvrage le plus récent.

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The Pandemic of Consumerism

Periods of global warming are not in and of themselves a human invention. But humans have invented ways of turning a natural cycle into an abnormality whose severity can exceed the tragedy of one atomic bomb or even of several atomic bombs. However, we cannot see the explosion because we live in it, because it seems to be an evident freak of nature to which we must all resign ourselves.

The world’s governments are too busy trying to save humanity from the “great crisis” —the economic crisis— by stimulating the same consumption that is leading us to unmitigated disaster. If the level of global destruction has not yet reached the dreaded status of full-blown catastrophe, it is only because consumerism has not yet reached its supposedly desired levels.

In this collective delusion, development is confused with consumerism, wastefulness with success, and growth with fattening. The pandemic is considered a sign of good health. Its “success” has been so overwhelming that there is no ideology or political system in the world that is not bent upon reproducing and multiplying it.

New technologies could help to reduce carbon dioxide emissions, but it is unlikely that this would be sufficient in a world that is just at the beginning of its capacity to consume, to squander, and to destroy. Trying to reduce environmental pollution without reducing consumerism is like combatting drug trafficking without reducing the drug addiction.

Wasteful and irrational consumerism has no limits; it has not prevented the death of millions of children from hunger, but it has endangered the existence of the entire biosphere. If “successful” consumerism is not replaced by the forgotten values of austerity, soon we will choose between war and misery, hunger and epidemics.

It is in hands of governments and in hands of each of us either to organize the salvation or accelerate the destruction of our own world. The Climate Change Conference in Copenhagen is a new opportunity to prevent the greatest calamity humanity has ever faced. Let us not have another opportunity missed, because we certainly do not have all the time in the world.

Jorge Majfud

August 2009

Lincoln University