Despojados, desplazados y precarizados

En Inglaterra, los campesinos desplazados a las ciudades por la agresiva privatización de sus tierras comunales y la desregulación de la renta, debieron venderse a las incipientes manufactureras. Podemos sospechar que el desplazamiento-desarraigo es otro elemento funcional al poder capitalista, algo que contrasta radicalmente con la estabilidad del sistema feudal. Con los desplazamientos forzados por razones políticas o económica, se precarizó la existencia del trabajador, haciéndolo más vulnerable y, por lo tanto, más obediente y productivo. Esta práctica se puede observar desde el desplazamiento de los campesinos en la Inglaterra del siglo XVI y XVII y en las colonias. Se puede observar en el permanente desplazamiento de los pueblos nativos americanos y su reemplazo por trabajadores secuestrados en África: el esclavo no tenía hacia dónde huir y, cuando lo hacía, lo hacía a un mundo desconocido llevando en su piel la prueba del delito. Se puede observar hoy en Europa y Estados Unidos con respecto a los inmigrantes, sobre todo los inmigrantes ilegales, desplazados y expulsados de sus tierras, también y sobre todo por razones económicas y, en algunos casos políticas. Estos inmigrantes precarios por su condición legal son precarizados aún más con su criminalización y persecución, haciéndolos migrar también de un estado a otro, lo cual refuerzan la misma lógica de la explotación en países orgullosos de su libertad, democracia, justicia y derechos humanos. En ese aspecto, nada ha cambiado.  

Volviendo al origen de la lógica del despojo en Inglaterra, la migración de los campesinos expulsados de sus tierras fue posible porque gran parte de su subsistencia fue cubierta por los alimentos de Asia que el oro y la plata robadas en América (a otros desplazados y despojados) podían comprar en el mercado internacional. El oro y la plata de América no sólo fue una fuerte inversión en las nuevas industrias europeas y en sus ejércitos imperiales (vía Imperio español y piratas ingleses), sino que hizo posible que gran parte de su población se dedicara a la industria en lugar de la agricultura. Estos metales que crearon las divisas imperiales no quedaron dormidos. Continúan trabajando hasta hoy en los grandes bancos para asegurar la estabilidad de sus países desarrollados.

jorge majfud, del libro Moscas en la telaraña.