No es que cambiar algunas ideas sea algo malo. La experiencia, el conocimiento, suelen provocar cambios en las ideas. Si, además, cambias tu ideología, o tus principios, tus valores, entonces se trata de algo más serio que debes analizar en profundidad.
El problema es cuando la gente cambia de domicilio (de clase social, de país, o simplemente se jubila) y cambia de ideología, como quien cambia de auto, de ropa, o de pasaporte. El problema es cuando cambia sus ideas para justificar sus privilegios como individuo y no por un entendimiento mejor de las necesidades más allá de su miserable y reducido círculo que adornan con nombres como “egoísmo productivo”.
Luego, precisamente a eso, le llaman “consistencia”. En alguna forma, en un sentido sincrónico, lo es, porque adaptan sus ideas y sus valores a sus intereses hasta que no dejan lugar a las contradicciones aparentes; porque sus ideas son consistentes con sus formas de vida. Es decir, son consistentes en un sentido profundamente hipócrita.
No lo es en su sentido diacrónico, es decir, en su perspectiva temporal, vital, en su sentido moral.
jorge majfud julio 2025

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