La Tercera Guerra Mundial sobre el escritorio

Como cada atardecer en Colonia del Sacramento, estaba sentado bajo los olivos de los abuelos, descansando de una larga jornada en la recogida de tomates en la granja, con mi por entonces amada Historia Universal del Arte de José Ráfols en las rodillas. Alguien (creo que uno de mis tíos, pero no pude ver su rostro) se acercó y me dijo que no estaba sabiendo explicar el problema porque no me estaba haciendo la pregunta correcta.

Me desperté inquieto y pensando en el mismo problema que me había agotado el día anterior. Supe a qué se refería aquel tío desconocido, tal vez el tío muerto en un misterioso accidente hace cuarenta años. En principio era un problema irrelevante: el mismo circo global producido en una casa de gobierno de un poderoso país. Pero la pregunta ausente iba acompañada de una respuesta trágica.

Intentaré explicarme.

La pregunta ausente

Las discusiones sobre las políticas del gobierno de Trump giran en torno a las posibles consecuencias de sus medidas arancelarias que han revuelto medio mundo: las bolsas de valores, la inflación, la reindustrialización, “una prosperidad nunca vista antes”. Todas parten de los decretos y declaraciones de intención del presidente.

Hay algo que está ausente en los medios dominantes en los análisis académicos, y no son las consecuencias ni las intenciones declaradas, sino el origen de todo. No es un origen histórico, sino su opuesto. Es un origen teleológico, un origen y una causa que está (de forma precaria) en el futuro.

Al proceder de esta forma, no sólo encontraremos consistencia de la orgía de aranceles con otras políticas del mismo gobierno, como la guerra contra la inmigración y las universidades, sino también una conclusión dramática.

Antes, resumiré las (significativas) contradicciones de estas políticas y narrativas.

Traifas

Estados Unidos tiene déficit comercial y un endeudamiento real, aunque no tan grave como Japón. Los genios de los negocios siempre han basado su éxito, a punta de cañón, en la irresponsabilidad propia y las obligaciones ajenas. Es algo muy viejo, pero, como toda crisis, es usada como cortina de humo para el ajuste de los de abajo.

En teoría, los aranceles tendrían el objetivo de equilibrar la balanza financiera, pero las medidas reales revelan algo difícil de etiquetar como ignorancia. Como bien saben los economistas, todos tenemos déficit con nuestro supermercado y superávit con nuestro empleador. Sin embargo, la idea anunciada en abril de 2025 (“El día de la liberación”) consistió en una tabla rasa de aranceles a prácticamente todo el mundo.

En 1890 McKinley produjo la mayor recesión del siglo con una política arancelaria. En 1930, el presidente Hoover agravó la crisis con más políticas arancelarias, produciendo la gran Depresión de los años treinta que obligó al país a socializarse para salir de la catástrofe. Un factor central de esa crisis anunciada por Marx e iniciada en 1929 con el hundimiento de Wall Street, se debió a la sobreproducción de productos industriales que no se podían vender porque los obreros no tenían capacidad de compra.

Ahora, traigamos estas lecciones históricas al presente e imaginemos que se produce un milagro y Estados Unidos se reindustrializa con salarios que nadie aceptaría hoy. ¿A quién le vamos a vender los productos industriales que nuestra clase media no podrá comprar y tampoco el 96 por ciento del mundo debido a las barreras arancelarias?

Ahorro

El Objetivo Real necesita esa clase obrera, servil e incondicional, en situación de necesidad perpetua. Para eso se debe radicalizar su pérdida de derechos políticos (como la libertad de expresión) y sus beneficios sociales, creados por Roosevelt en los 30s y Johnson en los 60s, luego reducidos por la ola neoliberal y libertaria a partir de la Era Reagan-Thatcher, como la educación pública y los programas de salud estatales, como el Medicare y el Medicaid.

¿Qué mejor, para una población sufriente y embrutecida con la propaganda políticoreligiosa que más circo? La motosierra de Elon Musk es uno de los artilugios de bufón que para nada inventó el presidente argentino Javier Milei; ya lo había usado en los 90s otro neoliberal en Uruguay, el presidente Lacalle Herrera. Esta motosierra (DOGE) ya ha destrozado cientos de miles de puestos de trabajo sin alcanzar sus objetivos. Por el contrario, su maquinaria destructora ahorró 150 mil millones de dólares y, por su propia burocracia, produjo un gasto muerto de 130 mil millones, además de erosionar la producción y el consumo.

No hay que olvidar que, aparte del fanatismo anglosajón escondido detrás de excusas patrióticas, estas políticas están escritas por un gobierno de los ricos, por los ricos y para los ricos. El uno por ciento de la población estadounidense posee 50 billones de dólares, es decir, el doble del PIB de Estados Unidos.

Pero hay que ahorrar quitándole la asistencia médica a los jubilados pobres. Ellos no son productivos ni lucharán ninguna guerra.

Inmigración

Las políticas de deportación indiscriminada y las declaraciones racistas de Trump, son un agregado personal y cultural de este país. Son parte del circo y de la clásica incitación fascista, pero también coinciden con el Objetivo Real. Se podría legalizar a esos millones de trabajadores (y consumidores) altamente necesarios y productivos, como hizo Ronald Reagan en 1986, pero, para el Objetivo Real, no se confía en la sumisión incondicional de extranjeros no caucásicos. (Recordemos que más allá de los billones de dólares invertidos por las superpotencias en análisis de Inteligencia, todo se reduce a la escasa inteligencia de un pequeño grupo de psicópatas con un coeficiente intelectual más bien mediocre. Alguien con conexiones un poco más arriba me ha dicho que me odian por esta “arrogancia” y, honestamente, me importa un carajo.)

El propósito declarado no es que son negros y mestizos, sino la reducción de la criminalidad, al tiempo que se crean empleos en el sector manufacturero para los ciudadanos. Un contrasentido por donde se lo mire. Actualmente, en el sector industrial existe medio millón de puestos eternamente vacantes, y ese número va en aumento. Como no se puede decir que los hispanos son improductivos, se los acusa de asesinos y violadores, a pesar de que la tasa de criminalidad en este grupo es, por lejos, inferior a la de los nacionales.

La excusa tradicional siempre fue “No estamos contra la inmigración, sino contra la inmigración ilegal” (ver “El racismo no necesita racistas”). Ahora, como estos argumentos racistas y xenófobos no son suficientes para el Objetivo Real, se continúa por criminalizar a los inmigrantes legales: profesores y estudiantes extranjeros, todos legales, usando dos excusas anticonstitucionales: (1) expulsar, desmoralizar, desacreditar o silenciar a los críticos de Israel acusándolos de antisemitas; (2) los chinos son comunistas por nacimiento y, por lo tanto, son un peligro para Estados Unidos. ¿Y los Nazis? Bueno, bienvenidos, como siempre.

Universidades

Es el mismo problema de la base laboral, pero en la cúspide de la pirámide: cualquier reindustrialización, aparte de difícil por los salarios nacionales, será doblemente imposible por las mismas medidas tomadas: para una reindustrialización se necesitan universidades, ciencia, tecnología. Pero, para el Objetivo Real, en palabras del vicepresidente Vance, “Los profesores son el enemigo” y para el Proyecto 2025, “Las universidades son el enemigo”. Cuando Eugene Debs y otros estadounidenses antimperialistas comenzaron a dar discursos contra el ingreso a la Primera Guerra Mundial, fueron encarcelados por cometer el “delito de opinión”. Ahora, un siglo después, como lo expliqué en P = d.t, cuando el poder tiembla, la tolerancia a la diversidad-disidencia-democracia disminuye de forma proporcional.

A pesar de que la retórica se centra en “solo los estadounidenses importan”, los mismos estudiantes estadounidenses no quieren ir a universidades sin estudiantes internacionales. ¿Por qué? Por la ahora peligrosa diversidad. Porque no son estúpidos. Los estudiantes saben que en la diversidad de experiencias y perspectivas radica el progreso científico y académico en todas las áreas. Por otra parte, también saben que si quieren hacer una carrera más allá de la mera sobrevivencia animal deben relacionarse con gente de todas partes del mundo, aunque ni siquiera se tomen la molestia de viajar a otro país.

Hace unos años estuve en el MIT invitado por Noam Chomsky para una conversación y, recorriendo sus edificios, encontré una abrumadora mayoría de estudiantes y profesores hablando una diversidad de idiomas o hablando inglés con acento extranjero. Lo mismo Harvard y casi cualquier otra universidad que se precie de algo. Desde hace muchas décadas, la mayoría de las patentes en Estados Unidos es creada por extranjeros. Pues, justo esa ventaja que sobrevive en este país es la que los propulsores del Proyecto 2025 y de el Objetivo Real quieren destruir.

El Objetivo Real

La obsesión de Trump de una imposible reindustrialización con obreros con salarios de los 60s, esconde un problema global y una advertencia oscura: la idea es hacer a Estados Unidos autosuficiente en previsión de una guerra global

¿Por qué deberíamos llegar a este extremo? Por la explicación que hemos desarrollado por años: porque, diferente a otras culturas y continentes, Noroccidente sólo se desarrolló por la brutalidad imperial y la fuerza de eliminar la prosperidad ajena con el discurso contrario. En particular, el mundo protestante y anglosajón no puede ver a nada ni a nadie sin clasificarlo como ángel o demonio. Obviamente, los demonios (los salvajes, los terroristas) son siempre los otros, y es urgente eliminarlos antes de que se les ocurra la misma idea a ellos.

Este Objetivo Real (seguro que en este momento está sobre una mesa de roble y caoba con un nombre más poético) está previendo y promoviendo la Tercera Guerra Mundial en base a datos concretos recogidos de los actuales campos de batalla. Sería abusar de la inocencia de los pueblos si descartamos esta hipótesis que, entiendo, es el mayor problema desde el año 850.000 AC, cuando solo sobrevivieron 1200 humanos en todo el planeta por una razón que los científicos todavía intentan aclarar.

La Segunda Guerra mundial no solo desarrolló la industria en Estados Unidos, sino que fue el factor que extendió la hegemonía anglosajona ante la decadencia del Reino Unido. La posguerra (la Guerra fría) demostró la eficacia del imperio Noroccidental (la OTAN) basado en la agresión y el acoso, no en la negociación o la convivencia. 

Estos son dos de los principales escenarios de estudio, ahora en las mesas de roble y caoba:

I

Rusia es el ejemplo más temido y más deseado. Las notas y discusiones sobre Rusia deben ser selváticas en este momento, ya que son una prueba sorpresiva e irrefutable de un país mediano que logró atravesar un largo conflicto bélico, bajo el bloqueo y acoso unánime de la OTAN, sin destruir su economía sino todo lo contrario. La clave no ha sido solo su poderío tecnológico, que no es superior al de Estados Unidos, sino su autosuficiencia industrial y agrícola. 

Karoline Leavitt, la vocera de la Casa Blanca declaró: “Necesitamos más plomeros y menos graduados en estudios culturales”. Estas ideas repetidas no sólo apelan al manual fascista creando falsas dicotomías para mantener a los de abajo en un permanente conflicto, sino que tienen un propósito doble: Si un plomero no escucha las criticas al sistema que lo mantiene en estado de necesidad, no sólo continuará en estado de obediencia sino que culpará a los críticos de su situación y (2) para el Objetivo Real, los esclavos funcionales serán cruciales, ya que no habría cárceles para tantos críticos saboteadores como Eugene Debs.

II

Gaza es el otro laboratorio donde esta mentalidad anglo-sionista, psicópata a extremos impensables, estudia cómo reacciona la población mundial ante repetidas matanzas surreales y cómo se controlan la indignación, las protestas y la opinión pública.

Sobre este tema, enorme, hemos escrito libros. No tengo espacio aquí para volver sobre los detalles, pero creo que la explicación sobre esta oscuridad ha sido bastante clara.  

Jorge Majfud, mayo 2025

Silicona 5.0 (dos reseñas)

“Mientras las universidades logran robots que se parecen cada vez más a los seres humanos, no sólo por su inteligencia sino ahora también por sus habilidades de expresar y recibir emociones, los hábitos consumistas nos están haciendo cada vez más similares a los robots”

(Cyborgs, JM, Izana Editores 2012)

Reseña de la novela Silicona 5.0, de Jorge Majfud (I)

Por Jorge Mejía

Aprendemos el mundo según cómo se nos muestra. El afán de comprenderlo y, debe decirse, dominarlo, desde hace mucho tiempo nos ha llevado a dividir el mundo en mitades, en contraposiciones y complementos. Bueno y malo, día y noche, mente y cuerpo, etc. Llámese cómo se llame (dualidad, binomio, relación biunívoca, dialéctica), al final siempre son dos. Silicona 5.0, novela de Jorge Majfud, autor nacido en Uruguay y hoy radicado en EE. UU., donde da clases en la universidad de Jacksonville, Florida, recorre las dos caras de este mundo-moneda, como en un vehículo que, aun si sólo avanza, ciego, hacia delante, permite ver ambos lados del paisaje.

El interés de la novela por remarcar esta condición doble, para después comentarla y criticarla, se hace evidente ya desde su estructura, dividida en dos partes: “Del otro lado” y “Del otro otro lado”. Igualmente, el nombre de su protagonista, Facundo, lleva esta condición doble, pues remite al libro de Sarmiento Civilización y barbarie, sin embargo, este Facundo no descansa en la conjunción de los dos elementos, antes se encuentra asediado por ellos. Facundo Walsh Ocampo oscila, mientras avanza, entre lo uno o lo otro. Durante la historia, aparecen otros nombres significativos, como el de Silvanna, que se encuentra entre lo natural y lo artificial; Elena, la más bonita según Homero, una belleza de la que se habla, pero que no aparece; Ernesto, quien combate desde la crítica; y Jeff, ya no Jeffrey, sino un mero ruido.

No hay elemento ni detalle baladí dentro de Silicona 5.0, cada uno tiene un significado, si bien unos más profundos que otros, relevante para la novela. Estas pequeñas claves se muestran a veces como una referencia, unas veces llanamente y otras con ligera sutileza (desde el filósofo Diógenes a Evangelion, pasando por Maradona, Donald Trump e incluso al propio Majfud). En ocasiones las cosas se muestran escondidas en el título de un capítulo, en una palabra concreta, en un gesto mínimo etc. La construcción de los capítulos, de los párrafos y de las oraciones, tampoco representan una arbitrariedad. Todo se halla colocado de modo que se transmita algo. La habilidad de Majfud para construir el mundo con palabras vuelve a Silicona 5.0 en una novela, dentro de su forma, brillantemente escrita. En ella, forma y fondo se corresponden en el mismo binomio, le otorgan una experiencia al lector que no se haya en todos los libros.

El primer capítulo, Hasta que el otro dijo basta, considero, ejemplifica en buen grado esta correspondencia entre forma y fondo. En él, se repite la palabra ‘había’ más de treinta veces en un corto periodo de tres páginas tan sólo. Ante esta repetición, en apariencia, innecesaria, surgen opiniones apresuradas sobre la calidad de la escritura, sin embargo, éstas pronto se disipan y desmienten, ya que este fenómeno no vuelve a aparecer en el resto de la novela. La escena, a partir de una reflexión sobre el presente y los recuerdos, busca marcar una sensación de pérdida, de derrota y desconcierto, de abandono y desencuentro. Jorge Majfud, pienso, debido a su cercanía con la lengua inglesa, asimila el verbo ‘haber’ con ‘to have’ que, a su vez, significa tener. Esta conjunción entre un significado y otro representa, más que una adquisición del inglés, una recuperación, ya que, antiguamente, ‘haber’ en español también significaba ‘poseer’. Después de esta posibilidad, se mira con otros ojos la reiteración de ese ‘había’, ahora no sólo representa una marca del tiempo pasado, sino también significa la pérdida, pues se le adhiere un ‘tenía’.

La novela, como se dijo, transcurre en dos partes, cada una con sus particularidades. La primera parte transcurre en EE. UU., al menos simbólicamente, y cuenta, grosso modo, el desarrollo de las ginoides (femenino de androides) Silvanna, su trasfondo; la segunda ocurre en Tijuana, México, y muestra la búsqueda de Facundo por su identidad a partir del presente y sus recuerdos. Por sí mismas, cada una de las partes son disímiles, contrarias la una de la otra. La primera parte va construida de manera separada, como si se tratara de un rompecabezas que armamos por fragmentos aislados, sin bordes, pues ya conocemos el resultado; la segunda, se construye desde las orillas, como si se desvelara un misterio. Esta construcción sirve para acentuar el estado de Facundo, el protagonista, pues, en la primera, con capítulos largos en comparación a otros, se limita a contar lo que pasó, como una historia ya contada, una anécdota a veces burocráticamente larga que se revisa de vez en cuando, mientras que la segunda, con episodios cortos, muestra la sensación de estar fuera de la zona de confort que tiene Facundo, va frenético, mareado, en busca de algo desconocido o que cree desconocido. En un lado se pierde, en otro se encuentra. Parecieran historias distintas y sólo unidas por el mismo protagonista y uno que otro guiño a los demás personajes, sin embargo, al unirse, logran más que únicamente ligar dos historias. Las dos partes representan dos caras que se confrontan, contrarias, y especialmente se remarcan las dualidades ocio-negocio, natural-artificial, mente-cuerpo.

El confrontamiento entre cada una de las caras que presenta la novela se construye a partir de reflexiones que alguien hace (a veces Facundo, a veces el narrador, a veces otra voz). Estas reflexiones, aún más que el argumento, conforman el verdadero motor que otorga vida a Silicona 5.0. En un estilo que en momentos recuerda a Milan Kundera, dichas reflexiones surgen a partir de fragmentos de la historia que pueden o no resultar importantes para ella. Las reflexiones abarcan una gran cantidad de temas como el capitalismo, la música, la pornografía, la tecnología, la política, etc. Todo se desvela en los recuerdos. Como en la vida real, el pensamiento se origina en situaciones no pensadas. Puede nacer de mirar a alguien, de leer lo que alguien escribió en la pared o la puerta de un sanitario, de una canción que ni siquiera nos guste, de un sinfín de posibilidades. Todo eso nos lleva al recuerdo. El recuerdo, nos ayuda, más que a volver al pasado, a construir el presente, a construirnos ante el asedio del futuro.

Silicona 5.0 por momentos pareciera una novela distópica, pero no hay distopía. Más que advertir o anunciar lo que viene, critica y denuncia lo que ya es, cabe resaltar que la novela se desarrolla en el año 2018. “No es a la tecnología a lo que le tengo miedo, dice un personaje, sino a la cultura que crea todo eso.” Ese, me parece, es el espíritu que acompaña a Silicona 5.0, uno de crítica, pero no de miedo. De vacío llenos, como Facundo, solemos buscar en la novedad la felicidad o un artificio para sentirnos medio llenos, a sabiendas de que el vacío permanece, pero quizá no sea cosa de ver en el futuro la esperanza, sino buscar, en el pasado, lo que nos hace ser. No se trata de buscar una razón, sino buscar un sentido.

Reseña de la novela Silicona 5.0, de Jorge Majfud (II)

Por Yunuén Quiroz 

Ediciones Olinyoli, México

Una gran novela sobre lo que perdemos como individuos y sociedades al pretender encontrar salida a nuestros problemas esenciales mediante soluciones tecnológicas.

Un alto ejecutivo obsesionado por el éxito sufre un infarto, tras recuperarse comienza a darse cuenta que está teniendo importantes fallas en la memoria, y que va recuperando involuntariamente recuerdos olvidados de hacía tres o cuatro décadas. En ese contrapunto del olvido de “importantes” aspectos del presente y rememoración de recuerdos “no importantes” sobre su juventud, el autor nos sitúa en una historia totalmente verosímil sobre la creación de un producto de inteligencia artificial, con formato de androide femenino, ideado por un equipo de hombres convencidos de que su masculinidad está definida por el éxito económico y por la posesión de bonitas mujeres sumisas. Los prototipos del producto se fabrican -obviamente- en Asia donde los fabricantes comparten la misma idea de lo que debería ser una mujer que los creadores intelectuales del proyecto del androide femenino. Todo parece ir sobre ruedas en dirección a la producción de una nueva Eva que realmente funcione y sirva para crear un paraíso patriarcal. Sin embargo, una brillante mujer, cercana y de confianza al grupo de ideólogos, logra ser la semilla-manzana para que el software del nuevo androide femenino construido a partir de ella no quede en formato de Eva, sino de Lilith. De ahí aquella perfecta idea de las mujeres androides que satisfarían a los machos con capacidad de compra comienza a convertirse en una distopía pues, ¿qué haría Lilith al encontrarse en la intimidad con un hombre que espera ser satisfecho?

Con episodios muy divertidos, escritos con fino humor ácido, y especialmente gozable para quienes apreciamos los giros culturales y de lenguaje entre sudamericanos, mexicanos, estadounidenses y personajes híbridos, esta novela nos pone a reflexionar sobre la seguridad de nuestras tarjetas, cuentas bancarias, sobre la ficción de los productos que garantizan que no se nos robe la identidad, sobre la ética de los productos de inteligencia artificial que comienzan a llegar a nuestras vidas y sobre todo lo que proveemos de información sobre nosotros mismos a los algoritmos que nos leen al usar nuestros teléfonos, buscadores y computadoras. También nos hace cuestionarnos sobre las ilusiones que tenemos puestas en que la tecnología nos solucione todo, incluso nuestras humanas relaciones.

Facundo Walsh Ocampo es un poco lo que somos todas las personas en estos días. Su relato sobre lo que perdió en la juventud al vender su alma a un trabajo exitoso y vacío es pertinente para hombres y mujeres, sus preguntas pueden inspirarnos a que nos las planteemos a nosotros mismos, tal como parece sugerirnos el autor, antes de que sea demasiado tarde para nuestra vida individual y para la vida del planeta.

Revista Avión de Papel, México

Ficha técnica: Majfud, Jorge. Silicona 5.0. España: Baile del sol, 2020. Impreso.

ISBN: 978-84-17263-76-8

https://letralia.com/recomendamos/2021/02/14/silicona-5-0-de-jorge-majfud/

https://www.ju.edu/spanish/latinoture/libros/silicona-5-0.php

Disponible en librerías.

https://majfud.org/2020/11/22/silicona-5-0/

http://www.olinyoli.com/libros/editorial-baile-del-sol/novela/silicona-50.html