Tengo una opinión ilegal sobre el [________]

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El primero de mayo de 2024, la cámara baja de Estados Unidos aprobó la ley Antisemitism Awareness Act (Ley de concientización del antisemitismo). La urgencia se debió a las masivas manifestaciones contra el [______________] en decenas de universidades.

A partir de ahora, cualquier discusión pública o académica sobre qué es o no es antisemitismo es definida de una vez y para siempre por ley, la que le confiere al Secretario de Educación, el maestro [______________] Miguel Cardona, mayor poder para decidir castigos y sanciones, según su alto criterio, sobre qué es antisemitismo y cuál es la resolución correcta al Dilema ético del tranvía. Cualquier discusión estará enmarcada dentro de los límites del Estado líder del Mundo Libre y “no podrá ser objeto de interpretación” (Sec. 6-a).

La nueva ley dice basarse en la Civil Rights Act de 1964 que prohíbe la discriminación de personas por su raza u origen nacional, lo cual es una magnífica [______________], considerando que esa ley fue producto de movilizaciones similares a las actuales. Fueron intensas y valientes protestas contra la segregación racial, el suprematismo blanco, el imperialismo y la guerra de Vietnam. Por entonces, los promotores de las leyes por los Derechos Civiles fueron atacados y desacreditados como peligrosos y violentos, como [________________].

Ahora, uno de los reclamos más sensibles de los estudiantes, aparte del fin del [_______] en [___], es la desinversión de los capitales financieros de sus universidades en la poderosa industria de la guerra, lo cual es un eco de las luchas estudiantiles estadounidenses contra otro apartheid, el de Sudáfrica. Sus demandas tuvieron repetidos efectos en los 80, en la segunda década de este siglo y, más recientemente, en la negociación efectiva de desinversión en estas industrias por parte de Brown University y de Rutgers University.

Aunque la nueva ley ensaya una literatura universalista, sólo menciona un grupo bajo protección para penalizar cualquier manifestación “contra los judíos”. Cualquier crítica al Estado de Israel o al sionismo es identificada (ahora por ley federal) con el antisemitismo.

La ley establece un criterio filosófico único y oficial: “La definición práctica de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto”. Esta organización, repetidas veces criticada por su igualación del antisemitismo con cualquier crítica a las políticas del Estado de Israel y por la confusión [_________] entre antisemitismo y antisionismo. Su “definición práctica de antisemitismo” hasta ayer no tenía consecuencias legales directas. Ahora sí.

Según la ley, “El antisemitismo está aumentando en los Estados Unidos y está afectando a los estudiantes judíos en escuelas, colegios y universidades desde jardín de infantes”. Lo cual es correcto. Pero este fenómeno no ha sido consecuencia del activismo [______________] ni de la izquierda en el mundo, sino del resurgimiento de los grupos neonazis y neo supremacistas de extrema derecha que han expandido su influencia en el gobierno y que, como en Europa y América latina suelen ser pro [_________] a-cualquier-precio. Basta con echar una mirada a los libertarios en Estados Unidos, Brasil, Argentina, Italia, Francia, Ucrania y otros países.

De igual forma, la libertad de expresión protegida por la Primera enmienda de la Constitución ha vuelto a demostrar lo que fue desde su aprobación en 1791: es la libertad del hombre blanco, del hombre rico, del esclavista imperial. Cuando los antiesclavistas intentaron ejercerla en el siglo XIX, terminaron acosados, perseguidos, presos o linchados.

La lucha contra este odio es una prioridad nacional y bipartidista que debe llevarse a cabo con éxito mediante un enfoque que incluya a todo el gobierno y la sociedad.” Policías escupiendo la bandera de Palestina en un campus, políticos afirmando que los palestinos deben ser borrados del planeta, rabinos afirmando que un budista o alguien se inclina ante Jesús debe morir por idólatra, no es discurso de odio ni incitación a la violencia. La de facto y sistemática aniquilación y acoso de los palestinos no es un discurso de odio porque no es un discurso.

Aparte de una milicia organizada en la clandestinidad, como toda colonia, los palestinos no tienen un ejército propio. Si se defienden usando la fuerza como lo reconoce el sentido común y la ONU como derecho, son terroristas. Además, no existen. Son un producto de la ficción de quienes se dedican al “discurso de odio”.

Como lo dijeron los mismos integrantes del gobierno de Netanyahu, los palestinos no existen y, además, son los descendientes de Amalek, por lo cual hombres y niños deben ser exterminados según una orden de Dios dada al actual Ministro de Defensa, Ben-Gvir, hace tres mil años. Como dijo Golda Mair, “no podemos perdonarlos por obligarnos a matar a sus hijos”. Pero esto no es ni racismo ni un ataque a un grupo humano debido a su origen étnico o religioso. Por el contrario, la ley blinda a los políticos estadounidenses y al gobierno [________] de Israel de ser acusados de suprimir la existencia de decenas de miles de niños y otros humanos en Gaza por culpa de Hamás―por alguna misteriosa razón, los secuestrados de Hamás nunca mueren bajo ningún bombardeo [________].

La ley es un logro de la creatividad legislativa, inmunizando a un grupo específico de seres humanos y omitiendo a otros. Todos los llamados a exterminar a los palestinos, repetidos infinidad de veces por autoridades, periodistas y religiosos, no se consideran y, por lo tanto, no son punibles. Por el contrario, ahora son protegidos de toda crítica. Ni la Corte Penal Internacional ni la Corte Internacional de Justicia ni ninguna ley puede infringir el sagrado y divino derecho de Israel a [________] a cien mil personas en menos de un año en nombre de la autodefensa.

Desde hace varias generaciones, cualquier reacción a este derecho divino es censurado como terrorista. Como lo dijo el embajador de Israel Gilad Erdan en la ONU el día anterior: “Siempre supimos que Hamas se esconde en las escuelas. No nos dimos cuenta de que también están en Harvard, Columbia y muchas universidades de élite”. Poco después, el senador por Arkansas Tom Cotton dio una conferencia de prensa denunciando las “pequeñas Gazas” en los campus universitarios. Como Gaza, los estudiantes pro palestinos sufrieron la violenta represión de la policía y de los grupos pro sionistas.

Por eso hay que castigarlo allí también. La nueva ley específica que su objetivo es “expandir el poder del Secretario de Educación” para dejarle libertad de castigo a quienes no entiendan lo que entiende el Gobierno. La ley cierra con la siguiente frase, propia de un religioso que interpreta un texto sagrado: “Nada en esta Ley podrá ser objeto de interpretación”. Hace un siglo, en Italia, esto llevaba el nombre de [___________].

Cuando a alguien le ofende la protesta contra la [___________] de 70 mil personas, más de la mitad de ellos niños y mujeres, casi todos ellos (injustamente) desarmados, pero no les molesta la [___________] de 70 mil personas, se define sin necesidad de ayuda.

Los nazis no sólo cerraron la histórica escuela de arquitectura Bauhaus a la cual consideraban corrupta, sino que declararon a la Teoría de la Relatividad como una teoría falsa porque su autor era judío, al tiempo que prohibían miles de libros por ser anti-alemanes. Ahora [________________]. Continuamos acercándonos a ese mismo surrealismo.

De ahora en adelante, en la Mayor Democracia del Mundo Libre tendremos que ponernos más poéticos y abusar de las metáforas, como en tiempos de Nerón, quien fue mencionado con el número 666 (su nombre en el alfabeto hebreo) porque, aunque existía cierta libertad de expresión, ésta estaba prohibida cuando afectaba de forma efectiva al poder imperial de entonces.

Jorge Majfud, 2 de mayo de 2024.

Sanders: “Sr. Netanyahu. No es antisemita hacerlo responsable a usted por sus acciones”

Señor Netanyahu,

No es antisemita ni pro-Hamas señalar que en poco más de seis meses, su gobierno extremista ha matado a 34 mil palestinos y herido a más de 78 mil palestinos y herido a más de 78 mil. 70 por ciento de los cuales son niños y mujeres.

No es antisemita señalar que su bombardeo ha destruido por completo más de 221.000 unidades habitacionales en Gaza dejando a más de un millón de personas sin hogar, casi la mitad de la población.

No es antisemita notar que su gobierno ha arrasado la infraestructura civil, la electricidad, el agua potable y la red de aguas residuales de Gaza.

No es antisemita darse cuenta de que su gobierno ha aniquilado sistema de salud de Gaza, fuera de servicio a 26 hospitales y matando a más de 400 trabajadores de la salud.

No es antisemita condenar la destrucción por parte de su gobierno de todas las 12 universidades de Gaza y 56 de sus escuelas con cientos de daños más, dejando a 625 mil estudiantes sin oportunidades educativas.

No es antisemita estar de acuerdo con prácticamente todas las organizaciones humanitarias al decir que su gobierno, en violación de la ley estadounidense, ha bloqueado irrazonablemente la ayuda humanitaria que llega a Gaza creando las condiciones en las que tantos miles de niños enfrentan desnutrición y hambruna.

Señor Netanyahu,

El antisemitismo es una forma vil y repugnante de racismo que ha hecho un daño indescriptible a millones de personas. Pero, por favor, no insulten la inteligencia del pueblo estadounidense intentando distraernos con las políticas de guerra inmorales e ilegales de su gobierno extremista y racista.

No utilicen el antisemitismo para desviar la atención de las acusaciones criminales que usted enfrenta en las cortes israelíes.

No es antisemita hacerlo responsable a usted por sus acciones.

Bernies Sanders, abril 2024.

Vientos de odio

Gov. Sarah Palin has breakfast and visits with...

Image via Wikipedia

Vientos de odio


 

El arte de odiar, I

Pocos días después del atentado contra la congresista Gabrielle Gifford de Arizona, circuló un video del pastor de una iglesia, del mismo Estado, que daba gracias a Dios por haber enviado al asesino. No importa que el asesino sea ateo o simplemente se trata de otro misterio divino. Este pastor, con pocos seguidores pero cada vez más famoso, suele difundir en Internet su propia lista de las cosas que Dios odia (los homosexuales, los científicos, los liberales). Para este autoproclamado ministro de Dios, uno entre tantos miles, el dios cristiano del Amor se define por su odio y, al igual que el famoso Pat Robertson, recomiendan abiertamente sacar la pistola y limpiar de vez en cuando a un pecador en nombre de Dios. Alguien anónimo, no sin sorna, ha preguntado si pegarle un tiro al mencionado pastor podría ser interpretado como la voluntad de Dios.

Casi al mismo tiempo, la ex gobernadora de Alaska, la cada vez más célebre Sarah Palin, se defendió en YouTube de las críticas sobre la influencia de su mensaje incendiario en los desequilibrados y asesinos como Jared Lee Loughn, diciendo que los actos criminales de un individuo “begin and end with the criminals who commit them (comienzan y terminan con los criminales que los realizan)”. Obviamente, esta ley moral no se aplica para los criminales de otras culturas (bárbaras, periféricas): si un fanático masacra a un grupo de inocentes, todo su pueblo y toda su cultura son responsables. Y se actúa en consecuencia.

Un viejo amigo profesor, pionero en la reflexión sobre hipertexto y democracia, entusiasta defensor de Internet desde los años 80, me decía que un aspecto positivo de la Red era que había “igualado la voz” de las personas alrededor del mundo (tendencia humanista que ambos venimos destacando desde hace años). Pero el aspecto negativo era que, de igual forma, también había dado voz a unos pocos fanáticos, y que cuanto menos cultura y educación tenía una persona, más fácil presa era de este fanatismo. Agregué que temía que uno de los aspectos negativos de esta cultura es que los fanáticos (anónimos y encumbrados) tienen más rating que los individuos más racionales. Basta ver el número de vistas en YouTube que tiene el video de un lunático que afirma que la Tierra es plana y el de un científico que demuestra lo contrario.

Pera el fanatismo no es sólo propiedad de la gente inculta. La Alemania de los años treinta era uno de los países más educados del mundo. Ni que hablar de los imperios de turno.

En una entrevista radial mencioné al pasar que, entre otras razones que parecían de mayor peso, tal vez la condición de judía de Gabrielle Gifford no fuese un detalle insignificante para explicar las motivaciones del acto. No es que la creyera una razón central. Simplemente, no la subestimaba.

Al día siguiente recibí un par de correos acusándome de “judío sionista”. Lo que contrasta con otras supuestas acusaciones parecidas de ser “musulmán” por el simple hecho de denunciar la muerte de decena de niños palestinos en un solo bombardeo israelí.

Debería ser un dato irrelevante: no soy ni judío ni musulmán. No lo digo como desagravio, claro. Lo digo simplemente porque es verdad y porque me demuestra, en carne propia, el tamaño de la estupidez humana. Apenas soy un hombre imperfecto y contradictorio, como cualquier hombre, como cualquier mujer, capaz de tolerar muchas cosas pero irremediablemente incapaz de soportar el dolor de un solo niño ni la barbarie medieval de andar masacrando hombres y mujeres en nombre de Dios; incapaz de soportar la barbarie moderna de masacrar individuos y hasta pueblos enteros en nombre de la Justicia, la Igualdad, la Libertad y todas las Buenas Razones que se nos puedan ocurrir con mayúsculas.

El arte de odiar, II

En Internet circulan listas de premios Nobel discriminados por nacionalidades, la mayoría confeccionadas por autores fantasmas. De ahí se deduce la superioridad de unos pueblos sobre otros, como si la academia sueca fuese el dedo de Dios. Los peores, sin ningún rigor académico, está de más decir, vinculan estas estadísticas a diferencias biológicas (si Alfred Nobel hubiese nacido en tiempos de Tutankhamun, “las razas superiores” serían, sucesivamente, los egipcios, los persas, los chinos, los indios, los judíos, los griegos, los romanos, los árabes, los mayas, los ingleses, los americanos…).

Algunos atribuyen estas diferencias a la superioridad de una cultura o de una religión sobre las otras. Los más razonables, entiendo, las consideran culturales, vinculadas a circunstancias históricas.

Algunas listas reciben el apoyo de innumerables opinantes que las redireccionan masivamente a nuestros correos. Como las que comparan el número proporcional de premios Nobel ganados por judíos y el número de premios ganado por árabes y de ahí deducen la superioridad de “un pueblo” (cuando no de una raza) sobre el otro e, incluso la superioridad intelectual de unos individuos sobre los otros por el solo hecho de pertenecer a uno de los pueblos con más premios Nobel. (Por lo menos desde la Edad Media, al pueblo judío se le negó derechos de propiedad y nobleza, lo que acentuó su tendencia a refugiarse en el trabajo intelectual, el cual, por ser trabajo, fue despreciado por la nobleza, casi tanto como el trabajo manual).

Estas listas comparativas se parecen en algo a esas otras que enumeran las veces que el pueblo judío fue expulsado de diferentes países en los últimos tres mil años, por lo que se infiere que el mensaje explicaría una especie de karma nacional.

La gran cantidad de premios Nobel ganados por un pueblo o un país X no deja de ser un mérito. Pero tampoco deja de ser un merito relativo, del cual no hay que deducir superpoderes culturales, ideológicos o raciales. Menos derechos especiales. La Alemania de los años treinta era el país que tenía más premios Nobel y también fue el país que más fácil se dejó engañar por un fanático que llevó a medio pueblo a organizar o tolerar uno de los peores holocaustos, si no el peor, de la historia moderna (del holocausto indoamericano casi no se habla).

Ahora, si revemos estas listas, también veremos una predominancia abrumadora de hombres sobre mujeres. ¿Vamos a deducir, entonces, que las mujeres son tanto menos inteligentes o capaces? O por el contrario, ¿el dato no indica, acaso, alguna circunstancia histórica que las oprimió en la misma proporción?

Si despreciamos a aquellos inmigrantes que proceden de culturas que no han trabajado en el sentido en que sería necesario para acumular premios Nobel (leer “¡Qué error hemos cometido!”, de un inexistente Sebastián Vivar Rodríguez), ¿vamos a despreciar igualmente a las mujeres?

Me gustaría ver la misma consistencia en los argumentos y leer de esos mismos grupos racistas gritando: “No dejen entrar más mujeres a este país. Dejen entrar sólo hombres, porque gracias a ellos tendremos más premios Nobel, porque gracias a ellos el mundo es un lugar más próspero”.

Claro, alguno, dentro de estos grupos, se opondrá diciendo: “No, hay que dejar entrar también a las mujeres. De lo contrario aumentaría la homosexualidad. De lo contrario no habría madres que dieran hijos varones que produjeran premios Nobel, que no trajeran progreso y prosperidad”.

También seria consecuente. Porque no otra cosa practican algunos dejando entrar a inmigrantes procedentes de culturas marginales, sin premios Nobel, para que limpien los baños de los premios Nobel, para que planten y recojan las siembras que alimentan a los premios Nobel, para que se enlisten en los ejércitos que luego irán a poner orden en esos pueblos barbaros que no tienen premios Nobel.

Jorge Majfud

Jacksonville University

 

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