Este siglo, esta primera mitad de siglo será testigo de la muerte de las ideologías dominantes, las ideologías invisibles.
Por ejemplo, la de aquellos que propagaron el egoísmo y los beneficios primero como fuente del progreso y el bienestar; aquellos que se han pasado la vida acusando a otros de propagar discursos sobre la lucha de clases mientras, en silencio, ejercían la más obtusa lucha de clases.
Es inevitable. De hecho, es lo que estamos viendo, aunque pocos quieren ver.
JM, mayo 2021
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